El capitalismo es un modelo económico insostenible a largo plazo, ya que un sistema basado en la acumulación de capital para unos pocos, provoca la miseria, la pobreza de las mayorías y pone en peligro la existencia de la humanidad por los altísimos grados de consumismo que su misma doctrina profesa. Parafraseando a Stallman, el sistema capitalista es muy bueno para una sola cosa: que unos pocos acumulen riqueza. El sistema político que más se acerca a la práctica del sistema económico capitalista es el sistema político autoritario. Es un autoritarismo que no es posible esconder: es el autoritarismo del dinero. Es el poder financiero el que marca los ritmos en la economía capitalista global. La dinámica de este capital financiero permite manipular la vida cotidiana de la población, en todas sus fases.

La imperiosa necesidad de dinero aparece como el mecanismo de disciplina por excelencia en el capitalismo global; las condiciones laborales, sociales, la dignidad humana y el entorno ecológico sucumben al poder del dinero, que emerge como mecanismo de explotación de todos los recursos existentes, concentrando y centralizando mediante su acción el poder económico y político.

Como consecuencia de ello, los valores democráticos, el igualitarismo, la solidaridad y los derechos humanos son desdeñados en el sistema económico capitalista, aflorando entonces inevitablemente la dictadura de la burguesía, la represión a los sectores más desfavorecidos y la complicidad con las corporaciones nacionales satélites de las corporaciones mundiales, lo cual finalmente constituye el semillero de la dictadura más perversa que ha creado el hombre, el fascismo.

Todavía hoy recordamos como los banqueros e industriales apoyaron y financiaron el ascenso de Hitler. Por ello el nazismo nunca se opuso al gran capital y en cambio sí combatió con saña todas las formas de socialismo. El fascismo ejerció un gran atractivo para la clase media, una pequeña burguesía que acarició metas de prosperidad, adquisición de propiedad y vio en el fascismo el vehículo para alcanzarlas. Estos hechos son válidos en el siglo XXI en el mundo y particularmente en Venezuela, cuya clase media está  fuertemente mediatizada por los medios de comunicación, por tal motivo creo que muy pocos pudieran ser rescatados, especialmente quienes trabajan en la empresa privada. Por ello este artículo va dirigido muy especialmente a  la gran mayoría de los Servidores de la Administración Pública  ubicados en la llamada clase media, quienes vivimos en urbanizaciones acomodadas aunque muchos procedemos de barrios populares, hecho este último que se ha visto aumentado significativamente durante los 12 años de Revolución Bolivariana, gracias a los beneficios que hemos obtenido de los programas económicos adelantados por el gobierno.

Los beneficios que ha ofrecido la Revolución liderada por el Comandante Presidente Chávez para esta vieja y nueva clase media venezolana incluyen el plan del auto popular, créditos para vivienda, eliminación de los créditos con tasas de interes indexadas, eliminación del cobro del IPC, protección a los ahorristas de bancos fraudulentos como el Federal, aumentos de sueldos, bonos de productividad, bonos especiales, los cuales muy dificilmente pudieran ser ofrecidos y mantenidos por los gobiernos de la IV República. Resulta pertinente recordar las penurias que hoy en dia están viviendo los trabajadores públicos y jubilados de los paises mas ricos, a quienes les rebajan los sueldos y eliminan beneficios  para pagar la gran crisis financiera en curso del capitalismo, en lugar de hacerla pagar por los que mas tienen. La mayoria de los países europeos son ejemplos palpables de dicha crisis.

A estas personas de la Clase Media que trabajan en nuestra Administración Pública, les hago un llamado serio a la Reflexión. Aun con todas las fallas que pueda tener el Gobierno Bolivariano, también podemos afirmar que resulta francamente imposible que estos logros alcanzados en los 12 años de Revolución puedan ser mantenidos por los líderes de la IV República que hoy se presentan como candidatos de la Oposición, mucho menos por un miembro de la rancia oligarquía nacional y mundial personificada por Capriles Radonsky. Sus compromisos ineludibles con los poderes de la oligarquía venezolana y élites de poder mundial lo obligarían a echar para atrás  beneficios y leyes que han permitido dignificar tanto a la clase media como a los sectores más humildes de la población. Menos aún se podrán mantener los beneficios que hemos gozado en la clase media  durante el Gobierno del Presidente Chávez, porque los intereses de la oposición están más comprometidos con los ricos de siempre.

Compañeros y Compañeras de la Administración Pública, vayamos a defender los Logros innegables de la Revolución Bolivariana el 07 de ocubre de 2012. Ese día votemos por la Vida, por la Paz, por la Revolución liderada por Hugo Chávez Frías.

¡Equivocarse ese día es perder mañana los beneficios que tanto han costado en 12 años!