En ese entonces destaqué la evidente falta de una adecuada Articulación e Interrelación entre
los actores involucrados de Barrio
Adentro 1, CDI’S y Hospitales, incluidos los actores del más alto nivel
gubernamental, y la perentoria necesidad
de crear un Sistema de Salud Socialista
y Revolucionario. Decía: “Los recursos
necesarios podrán ser obtenidos de las milmillonarias sumas entregadas a los
seguros privados por concepto de Primas, los cuales se nutren en su mayor
porcentaje de los organismos públicos centralizados y descentralizados y
finalmente terminan financiando a las clínicas y centros de salud privados”.
En marzo de 2012 el Gobierno Bolivariano y la Asociación de Clínicas firmaron un acuerdo para el control de precios de los servicios de salud para trabajadores y familiares del sector público, control de precio por cierto que no se diferencia gran cosa de los vigentes entre la clínicas privadas y la empresas aseguradoras que históricamente se han cuidado de pagar la menor cantidad posible por concepto de HCM a las Clínicas Privadas, de allí la poca oposición que efectivamente se verificó por parte de la Asociación de Clínicas. Cabe destacar que el servicio de salud de la gran mayoría de las instituciones públicas continúa siendo manejado por empresas aseguradoras, y muy pocas manejan un sistema auto-administrado de salud, así que el negocio de las aseguradoras con el sistema privado continúa siendo financiado por el presupuesto público nacional. De hecho, el Gobierno venezolano en el año 2011 transfirió al sector privado de salud la cantidad 7mil 742 millones de bolívares, una cifra sin duda exorbitante.
Y aquí cabe
entonces recordar las estadísticas del INE: el 81,8% de la población
utiliza normalmente el sistema público de salud y solo el 18.2% va al privado . De esta cifra, 23,7% asiste a
los ambulatorios o dispensarios públicos, otro 27,1% emplea los centros de la
Misión Barrio Adentro y el restante 31% utiliza los hospitales públicos. Aun
así, las cifras exorbitantes para la salud siguen siendo para el sector privado
mientras que el sistema público adolece de un lamentable e insólito
hacinamiento con fallas comprobables tanto en el mantenimiento de equipos de
alta tecnología como en el suministro de
insumos médicos para la población más numerosa, humilde y necesitada.
Hay denuncias que cuesta creerlas a menos que sean experimentadas en vivo. El Hospital Universitario de los Andes (HULA) es un hospital de especialidades tipo IV del sistema Barrio Adentro, que acepta pacientes muy humildes de todo el país, incluyendo los referidos de Barrio Adentro 1 y CDI’s, el mismo está ubicado en la Ciudad de Mérida. El Gobierno Bolivariano ha invertido en remodelaciones e insumos médicos y en costosísimos equipos de muy alta tecnología para el HULA, como los de resonancia magnética y para hacer cateterismo (angioplastia) en la Unidad de Urgencia Cardiovasculares. Las irregularidades denunciadas involucran al personal del hospital, incluidos los médicos, dice una de ellas: “en el HULA, los equipos de Resonancia y Cateterismo se dañan periódicamente, son exámenes muy costosos y el pueblo tiene que ir al privado dónde nunca se dañan… Casualidad, me parece. Los técnicos son los mismos que laboran en el HULA… Casos para reflexionar!!!!!”.
La más grave fue narrada en un artículo escrito por un paciente de HULA y publicado en aporrea (www.aporrea.org/ddhh/n77958.html): “Ingresé al hospital el viernes 06.03.09. El lunes 09.03.09, me realizaron una angioplastia y el cardiólogo determinó los insumos y medidas (stemp), para colocarlos el jueves 12.03.09 por medio de otra angioplastia (cateterismo). Según me han comentado los entendidos, esta era la decisión correcta. Pero, la intervención quirúrgica no fue posible realizarla en el tiempo establecido por cuanto el hospital no tenía los insumos requeridos”.
“Si la salud en los hospitales es gratuita (como en mi caso) ¿Por qué el
desfile de vendedores de insumos que deambulan con sus maletines por los
pasillos de la Unidad de Cardiología negociando el suministro, cuyo pago debe
ser en efectivo, por cuanto no se aceptan cheques ni tarjetas de crédito? Entre
otros, podemos nombrar (“Equimedilan”, “Laboratorio médico Dental los Llanos”,
“Sra. Luila Torres”, “Aubimar”, “Clínica de Corazones y Vasos”, “Dr., Francisco
Sánchez”, etc). Laboratorios con sede en Mérida, San Cristóbal, Valencia o
Caracas”.
“En el HULA hay un cuerpo de eminentes, honorables, respetables médicos,
estudiantes de posgrados, enfermeras, camareras, camilleros y en general todo
el personal que se ocupa del mantenimiento y funcionamiento de la
infraestructura del hospital. Pero, también allí conviven médicos, estudiantes
de postgrado, enfermeras, camareras y demás personal que lleva en su conciencia
todas las lacras del capitalismo, mercaderes de la salud, mercenarios de su
profesión. Decimos esto y que cada quien asuma la parte que le corresponde, desde
el director del hospital hasta el portero”.
“Por causa de los mercenarios de la salud, que practican el robo y la rapiña,
el HULA carece de los insumos necesarios. Carece del instrumental e insumos que
le son suministrados al hospital para la atención gratuita de los pacientes.
Insumos que son llevados a las clínicas privadas en las cuales también presta
servicio el mismo personal de médicos, enfermeras y camareras que laboran en el
hospital. Ese doble trabajo entorpece el funcionamiento normal del hospital,
por cuanto se da el caso, por ejemplo, que una enfermera y no el médico,
determina a cuantos pacientes se pueden atender en determinado horario, por
cuanto ella debe salir para realizar el trabajo en una clínica. Igual ocurre
con los médicos que “cabalgan” horarios en el hospital, en la universidad y en
las clínicas privadas”.
“En el HULA hay dos hospitales con
identidades plenamente definidas: Uno, el que funciona en los servicios
especiales (URGENCIAS); y otro, el que funciona en la torre de hospitalización.
Entre uno y otro existe descoordinación hasta para asignar una cama o la
ejecución de los tratamientos prescritos”.
“La cuestión de fondo está en: las profundas contradicciones de una
sociedad sumergida en la herencia del sistema capitalista con todas sus
secuelas de corrupción, mercantilismo, burocratismo, egoísmo, individualismo.
La salud convertida en mercancía y quienes la ejercen en mercaderes del dolor
humano”.
Lo más
reciente: un amigo personal muy humilde, sin recursos
económicos para ingresar a una clínica privada, fue hospitalizado en el HULA a
principios de febrero de 2012 por un infarto provocado por la obstrucción de
una arteria. Se le indicó una angioplastia y luego una endoplastia, si era necesario. Nada de eso se pudo hacer en su momento porque el equipo
para realizar el cateterismo estaba “dañado” desde octubre 2011 y “tampoco
existían” los insumos médicos necesarios. En su defecto se le informó, con descaro y desvergüenza insólita, la
dirección de las clínicas privadas donde “seguramente SÍ podían resolver su problema”.
Para conseguir los insumos tuvo que reunir entre familiares y amigos y pagar más
de 14.000 bolívares. El equipo fue reparado “milagrosamente” por la denuncia y presión
de medios de comunicación alternativos, lo cual benefició a mi amigo porque
obviamente no podía ingresar a los privados. Finalmente, con sus propios
insumos comprados y luego de un mes hospitalizado, pudo lograr que lo atendieran
por algo que pudo realizarse en no más de 8 días.
Resulta lamentable relatar hechos como éste en plena Revolución
Bolivariana, mientras tanto el sector privado de salud continúa siendo
financiado por el Gobierno Bolivariano y además obteniendo “Ingresos EXTRAS por
los Caminos Verdes”. Son hechos que siguen dejando al mismísimo Chávez boquiabierto.
Con Chávez todo. ¡Viviremos y Venceremos!
(*) Trabajador Jubilado del MPPCTI.
marcanoomarj@gmail.com