A Confesión de parte, relevo de pruebas, es lo que corresponde decir ante estas afirmaciones de Jorge Olavarría que publicó el diario El Nazi-onal en su edición del 09/09/03, a través de las cuales revela de la manera más contundente y clara el grado de degradación política y de locura de una dirigencia opositora que jamás mostró un mínimo de inteligencia en el diseño de posiciones contra el gobierno Bolivariano, pues todas ellas tenían y siguen teniendo un solo objetivo, sacar de Miraflores a Hugo Chávez como sea y al precio que sea y en esa tarea han fracasado, como vaticinamos que sucederá en las elecciones de octubre próximo.
De manera que resulta sumamente interesante recordar estas declaraciones de Olavarría que fueron dadas a la prensa año y medio después del Carmonazo y menos de uno del sabotaje petrolero, acto éste último que le ocasionó pérdidas astronómicas al país calculadas en no menos de 15 mil millones de dólares, no porque le agreguen nada al pueblo sobre lo que él ya sabía y lo sigue advirtiendo acerca de cómo ha sido y lo sigue siendo la conducta reprochable y obtusa de la oposición, y menos aún a quienes hemos venido dando a conocer nuestras opiniones acerca de los vaivenes de esta "sui generis" forma de hacer política ya entrado el siglo XXI, de seguir creyendo que los pueblos son eunucos, sino porque estamos recordando que esas declaraciones de Olavarría molestaron en su momento y mucho a quienes asumieron la conducción y coordinación del golpe y del sabotaje económico y estamos muy seguros de que si las divulgamos de nuevo esa molestia será mayor, pues andan empeñados en enterrar esa historia para que el país se olvide de esos episodios muy trágicos para el país, cuyos responsables son los mismos que hoy tratan de transitar una ruta similar ante la derrota que se le avecina con un candidato que no despierta el mínimo interés entre sus seguidores, además de que su pasado parapolicial durante la breve dictadura de Carmona en los sucesos del asedio a la misión diplomática de la República Cuba y sus actuaciones de comando en la detención del ministro Rodríguez Chacín y del diputado Tarek William Saab, lo descalifica ante propios y extraños
Esto escribió Jorge
Olavarría en su nota semanal del El Nacional: (1):
"Clausurar la Coordinadora Democrática. Una de las más graves
carencias de
la oposición con respecto al gobierno de Chávez es su probada
incapacidad para
aprender de sus errores y rectificar. Allí está el ejemplo de la
catástrofe en
la que terminó la valiente y noble rebelión del 11 de abril de
2002, la cual no
produjo las sanciones y rectificaciones que del lado de la
oposición han debido
concretarse en acciones sancionatorias y de repudio a todo lo
que dijo e hizo
Carmona.
Lo que no se hizo y se ha debido hacer está por encima de la
solidaridad de la
coincidencia circunstancial de la oposición a Chávez, la cual
fue secuestrada
en mala hora y con malas artes.
Lo que ha debido nacer del esfuerzo y la sangre derramada el 11
de abril abortó
al día siguiente el feto de un monstruo que había sido concebido
en el secreto
de unos conciliábulos arteros, en los que la codicia y las
ambiciones bastardas
de un sector de la plutocracia copuló impúdicamente con el
oportunismo de un
puñado de aventureros sin principios —civiles y militares— que
quisieron
beneficiarse del repudio que el país siente por Hugo Chávez. La
lección que se
ha debido aprender es que no basta oponerse hoy a Chávez para
eximirse de la
responsabilidad de haber creado todo lo que produjo a Chávez.
La Coordinadora Democrática no fue culpable de aquella primera
catástrofe. Es
más, se creó para evitar que semejante cosa volviera a suceder.
Sin embargo, muchos de quienes se integraron a ella tenían
culpas y
responsabilidades que han debido purgar y no purgaron, que han
debido ser veto
para evitar que su presencia, y sobre todo su mentalidad,
contaminara lo que
nació para coordinar las acciones de la enorme rebelión civil
venezolana, no
para apropiarse de ella y querer repetir la hazaña del
expresidente de
Fedecámaras.
La segunda catástrofe, la de un paro llamado “cívico” que se
inició en
diciembre del año pasado, que nadie aprobó pero que nadie tuvo
el coraje de
hacer algo eficaz y enérgico para detener la irracional dinámica
que cobró,
tampoco fue culpa de la Coordinadora.
Recordemos las cosas como fueron. En el paro cívico, la alianza
opositora fue
desplazada por tres organizaciones que son parte de ella, pero
son autónomas:
la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Fedecámaras y
Gente del
Petróleo.
Las tres arrastraron a la oposición a un esfuerzo suicida y
extemporáneo.
Sin embargo, la responsabilidad de cada uno no es pareja.
Fedecámaras mantuvo en su Presidencia al tercer firmante del
“acta” de
instalación del gobierno de Carmona, con lo cual implícitamente
se hizo
corresponsable de lo que éste había hecho. No hubo sanción ni
rectificación. La
organización obrera y la empresarial explícitamente habían
aprobado en sus
organismos de dirección que la huelga no sería indefinida.
No lo fue y no hubo rectificación ni sanción. La asociación de
ejecutivos
petroleros, agrupados en una aberración intolerable como
precedente de un
sindicato de gerentes, tomó ella sola la medida decisiva con la
cual arrastró a
todos a lo que en definitiva sucedió. Y para ellos no ha habido
sanción ni
rectificación.
Por el contrario, los errores se han premiado. El tercer error
si es a plenitud
de la Coordinadora Democrática y, dentro de ella, del gobernador
Enrique
Mendoza. Ha llegado la hora de pedir que se rectifique y se le
sancione. La
posposición del referéndum revocatorio, por el error de haber
insistido en
presentar unas planillas que se sabía tenían un encabezado
errado, le ha hecho
ganar al Gobierno lo que la oposición no ha debido perder jamás:
tiempo. La
Coordinadora Democrática está indisolublemente ligada a la
persona del
gobernador Mendoza.
Ese no fue su propósito inicial, ni debe ser su función. Pero lo
es. En
política, los errores se pagan. La Coordinadora Democrática debe
ser
desmantelada, clausurada y disuelta. Si no se hace así, las
posibilidades de
que Chávez se salga con la suya y se quede en el poder por
encima de la
voluntad mayoritaria de quienes quieren votar para revocar su
mandato, son muy
altas.
Atenta-mente NO HABER RECONOCIDO que el encabezado de la
planilla del Firmazo
era legalmente muy vulnerable, y podía ser declarado inadmisible
por el CNE, y
haberse negado a recoger firmas para una solicitud bien hecha
cuando quedaba
tiempo, como encarecidamente les pedí que lo hicieran, va a
significar que el
referéndum revocatorio ya no se va a celebrar este año, como
pudo haber sido.
Si las apelaciones a lo que inevitablemente va a decidirse y
otras torpezas no
lo posponen aún más, el revocatorio, con suerte, será en enero o
febrero de
2004.
¡Otra vez hallacas con Chávez en el gobierno! Esto, gracias a la
genialidad de
Enrique Mendoza y el combo de estrategas de botiquín que lo
acompañan.
ENRIQUE MENDOZA AMENAZA QUE si se anuncia la inadmisibilidad del
encabezado de
la planilla de Súmate, la cual no es una solicitud sino una
proclama que
anuncia que los ciudadanos a quienes pusieron a firmar harán
ellos un
referéndum revocatorio, ordenará “tomar la calle” para marchar
en protesta e
intentar lograr con presiones tumultuarias, lo que ha podido
lograr si hubiera
hecho bien lo que se debía hacer. Habrá que preguntarle:
¿en protesta de qué?, ¿de su torpeza?, ¿de su terquedad?, ¿de su
arrogancia? La
lección de la huelga de diciembre no se ha aprendido.
SIN EMBARGO, A PESAR DE LAS TORPEZAS de la oposición y las
maniobras dilatorias
del Gobierno, las posibilidades reales de que el referéndum
revocatorio se
celebre algún día son muy altas. Pero esto no quiere decir que
Chávez va a
perderlo.
Hoy las encuestas no prueban concluyentemente que la revocación
de Chávez sea
segura. Su revocación es posible y su ratificación también. Si
la oposición
sigue cometiendo errores, tácticos y estratégicos, Chávez puede
ganar el
revocatorio.
UNA RECIENTE ENCUESTA de Consultores 21 ratifica la
desconcertante anomalía de
que en un país destrozado por un demagogo insensato, que rechaza
a su gobierno
con márgenes superiores a 70%, en una lista cerrada de
candidatos 31% de los
electores responde que votaría por Chávez. ¡Así será de mala la
oposición, que
la sumatoria de dos de los tres candidatos que le siguen (Salas,
Mendoza y
Borges) no llega a 30%.
Y a pesar de la recuperación de AD, el MVR lo duplica, y
cuadruplica a Proyecto
Venezuela y Primero Justicia. Con estos indicadores no se puede
cantar
victoria.
LA ESTRATEGIA DE CHÁVEZ ante el revocatorio es clara y simple:
1) evitar que se celebre.
2) Si es inevitable, maniobrar para prorrogarlo para que a)
coincida con las
elecciones de gobernadores y alcaldes de julio de 2004 o b)se
celebre después
del 19 de agosto de 2004, cuando sea inocuo, pues en este caso,
el
vicepresidente finaliza el período. 3) Si no puede prorrogarlo
más allá del
tiempo que la torpe arrogancia de la Coordinadora ya le regaló,
entonces Chávez
se propone ganar el referéndum. ¿Cómo?
Tomándolo como ratificatorio de su mandato, pidiendo votar No
contra la
oligarquía, a los golpistas a los Carmona y a los que quieren
regresar al
pasado.
¿QUIÉN SE LE VA A OPONER A CHÁVEZ en la campaña del revocatorio,
en la que
llame a votar No contra la oligarquía y al pasado? No serán los
candidatos que
hoy están en el aparato porque eso sería desastroso.
Los que no están y aspiran a estarlo basta que se les escoja
como voceros de
algún acto, para que entren en órbita, como es el caso del hasta
ayer sensato
Alejandro Armas, que me dicen anda picado del virus
presidencialitis; la
autolanzada Cecilia Sosa, que dice que ella sí le “echa pichón”;
el empresario
de la mazamorra americana, Rafael Alfonso, que no quería firmar
el acuerdo del
23 de mayo y el ex guerrillero del cerro del Bachiller, Américo
Martín. Si
cualquiera de ellos fuera capaz de recitar el poema de Alberto
Arvelo como lo
hizo Chávez la semana pasada, pudiera ser. Pero como ninguno es
capaz de
semejante proeza poética, no puede ser.
CHÁVEZ HA FANFARRONEADO en los cuarteles que si es revocado,
ganará la elección
siguiente. Pero con o sin la sentencia 2.404, que dicen fue
forjada y que a
pesar de serlo fue “aclarada”, Chávez no puede ser candidato en
la elección,
porque se produce la falta absoluta del funcionario revocado.
Esto lo inhabilita para presentarse a la elección para suplir la
falta, la cual
debe hacerse dentro del mes siguiente de producida, como lo
manda el artículo
233 de la Constitución. La elección es para un nuevo Presidente.
El revocado está inhabilitado de presentarse a esta elección.
Pero no queda inhabilitado para ser candidato a un cargo
electivo en otra
elección. En otras palabras, si Chávez es revocado, podrá ser
candidato en las
elecciones de 2006. De tal manera que dependerá de cómo se
gobierne hasta esa
fecha que regrese Chávez en el año 2006. ¿Imposible? Pérez
regresó. Caldera
regresó. Perón regresó.
(1) Transcripción completa del artículo de Jorge Olavarría, tomado de la página A5 del diario El Nazi-onal de Caracas, Venezuela del día 09/09/03, edición diaria, vista en su página web "www.el-nacional.com".
oliverr@cantv.net