Del apuro lo que queda es el cansancio

Hay dos párrafos que extraje de sendas entrevistas publicadas en la prensa nacional, que permiten una aproximación bastante exacta a esta realidad política demencial que vivimos.

El primero, tomado de unas declaraciones de Manuel Caballero al diario Tal Cual el 03-05-2005, en las que expresa, sin el menor rubor que:

“Yo desafío a cualquier venezolano que haya vivido esa época o ese momento, en Venezuela o en el exilio, - el 31 de diciembre de 1957 -, en el que Pérez Jiménez se estaba comiendo las uvas y celebrando el Año Nuevo, pensaran que 23 días más tarde, el dictador estaría huyendo. En política hay muchos imponderables. Ahora, hay algo que lo enseñó Maquiavelo y también enseñó Lenin: el estar atento a la oportunidad cuando se presenta. Pompeyo (Márquez) en 1957, utilizó una expresión que a mi parecer tiene plena vigencia “del lobo un pelo”. ¿Quién quita que se venga la piel entera?” (negritas nuestras).

Parafraseando a Trotsky, la tesis de Pompeyo sería la “insurrección permanente.” O mejor, y excúsenme, del “peo permanente”. Sería una explicación a la conducta de la dirección opositora y de la mayoría de los medios de comunicación: la de mantener un ambiente de conflicto en contra del gobierno, a ver si “se le viene la piel entera”, difundiendo mentiras a sangre fría, sembrando terror, angustias y odio entre los venezolanos para así lograr el caos necesario para encubrir acciones violentas con el fin de asaltar el poder.

Los dueños de la mayoría de los medios, que profesan la tesis del “pelo del lobo”, la aplican con más pasión, no sólo por la ambición desbocada del poder, sino por la ayuda en dólares de un imperio interesado en ponerle la mano a nuestros recursos minerales, bien en forma directa, o a través de los avisos de las grandes transnacionales, porque sin estos, hubiesen ido directamente a la quiebra hace mucho tiempo.

La otra perlita son las declaraciones de Simón Alberto Consalvi, publicadas en el semanario Descifrado del 14 de marzo de 2005 y en las cuales afirma que:
“Las alternativas políticas que se le puedan presentar a la oposición tienen que partir de una realidad completamente nueva. Pero vislumbrar esta realidad es muy difícil. Y más difícil aún reconocerla y plantearse el desafío de, al interpretarla, ofrecerle posibilidades de cambio al venezolano. Eso no va a ocurrir, a mi juicio, por la vía electoral, y no va a ocurrir de manera inmediata”. (negritas nuestras).

Si la salida no será electoral. Entonces, ¿Cuál será? ¿La insurrección? ¿El golpe de Estado? ¿La Guerra Civil? ¿El magnicidio? ¿La intervención extranjera? Si es lo que prevén para el futuro los dos ideólogos más reconocidos de la oposición, ¿Qué quedará para el resto?

Esta forma “Pompeyana” de entender la política como rebatiña violenta no es nada nueva. Ha sido la constante de la dirigencia política a través de casi toda nuestra historia, desde Carujo hasta Caldera, pasando por Gómez y Betancourt, (con su cínica frase de “disparar primero y averiguar después”) el considerar que sobre la democracia prevalece la violencia de la ley de la selva, del más sanguinario. De allí también nace el ver al erario público como botín, y esas tesis nefastas de la Doctrina Betancourt, o del Cesarismo Democrático.

Todo ello ha marcado negativamente nuestro desarrollo como país. No ha existido esa interacción tan necesaria entre opositores y gobierno para fortalecer nuestras instituciones en un ambiente de controversia democrática. Es así como la dirigencia opositora casi siempre ha visto las cuotas de poder que adquiere, en gobiernos regionales y locales o en organismos legislativos, como un trampolín para impulsar sus acciones desestabilizadoras.

Ejemplo claro de esto fue el gobierno de Peña en la Alcaldía Mayor, que dedicó sus mayores esfuerzos a derrocar al gobierno. Muchos alcaldes, gobernadores y funcionarios electos han actuado igual, como el alcalde de Chacao el 11 de abril con su policía en El Calvario y el de Baruta, que perseguía en esos días, con saña, a líderes del gobierno.

Saña que no ha amainado. Recién el domingo 15 de mayo una columnista de Ultimas Noticias denunciaba la existencia de www.reconocelos.com en Internet, una lista fascista de líderes del gobierno que deberían ser “perseguidos” y “colgados”.
Si bien la inmensa mayoría del pueblo venezolano rechaza la violencia como conducta política, en importantes sectores de la sociedad se ha anidado el odio, se siente su densidad, casi se pudiera tocar. Medios y políticos alimentan ese estado de cosas, necesario para alcanzar la mencionada vía no electoral. Para inducir a las personas a la violencia, hay que sembrar el odio, y cuando tienda a disminuir, hay que reavivarlo. Basta ver y leer los medios, en donde la mayoría de lo publicado, más que noticias, son argumentos políticos.

LA VIOLENCIA A QUIEN HA BENEFICIADO ES A LOS GOBIERNOS

Esta conducta primitiva de lucha política, a quienes realmente ha favorecido a lo largo de nuestra historia es a los gobiernos de turno, ya que les han permitido aprovechar esos intentos violentos por derrocarlos para desvirtuar aquellas críticas racionales. Es así como las dirigencias opositoras terminan actuado como aquellos bateadores “hacedores de pitchers”, que le hacen swing a lanzamientos malos, convirtiendo los errores en aciertos. Así sucedió con AD bajo los gobiernos de Betancourt y Leoni, en los cuales, gracias a los errores cometidos por una dirigencia izquierdista que cayó en la provocación gringa e inició una lucha armada, se atornillaron los corruptos e incapaces, destrozando a Venezuela.

Si algún gobierno o sistema ha caído del poder en nuestro país, no ha sido producto de esas oposiciones violentas, sino por sus propios errores. Con la soberbia, la corrupción, el sectarismo y la ineficiencia es que han cavado, y quizás también ahora, su propia sepultura.

Esta conducta opositora salvaje ha tenido en el actual gobierno un fuerte estímulo, debido al ambiente de impunidad que, prácticamente, propicia el Estado con visiones deformadas y jurasicas de la conducta humana, producto, tanto de copiar y deformar modelos ideológicos y religiosos, como del desconocimiento de nuestras realidades históricas y sociológicas, y cuyo mejor ejemplo es la Ley Resorte, buena para nada, que no ataca el fondo del asunto.

Deformaciones que algunos en el gobierno han fanatizado, y que explicarían, tanto la actual cacería de brujas emprendida contra destacados librepensadores y militantes de izquierda, como la impunidad que se ha extendido a la delincuencia común y a una corrupción desbocada. Lo que se hizo con las manos se puede destruir con los pies. Es que el fanatismo es el arma del ignorante ante eventos y problemas que no puede resolver.


AHORA, GOLPES IMPUNES

Lo destacado del asunto, es que las ideas expresadas en las mencionadas entrevistas se ventilan dentro de una nueva realidad latinoamericana, que se condensa en la frase “Estamos Solos”. Que realmente lo que significa en este contexto es que, suceda lo que suceda en Venezuela, no hay poder regional que pueda intervenir. Se vio en el caso de Ecuador, con un Golpe de Estado totalmente impune. Allí, ni se aplicó la Carta Democrática, ni se hizo absolutamente nada.
Ahora la situación es totalmente diferente, y quienes juegan a las salidas “no electorales” lo saben. Para cualquier aventura no hace falta ni grandes movilizaciones de masas, ni elaboradas excusas, sólo la audacia y un poder de fuego relativamente fuerte.

Por eso es preocupante la actual situación, en donde vemos de nuevo los “cacerolazos”, los llamados a tomar la calle, las denuncias de persecución política, la campaña de descrédito en contra de PDVSA, cuyo corolario es la tesis sostenida por Pompeyo Márquez, (el teórico del “pelo del lobo”) de que la culpa de esa situación no es de los que realizaron el paro, sino de Chávez, que no complació a los huelguistas, aunado todo esto, a rumores de movimientos en los cuarteles, con denuncias de panfletos y robos de armas.

No sería de extrañar que algo de eso se esté cocinando, lo cual, si se da, sería desastroso para nuestro país. Sería un verdadero “salto atrás”, porque se fracturaría la sociedad en forma irreconciliable, con todo lo que ello significa.

Quizás haya sectores del chavismo que piensen, ingenuamente, que derrotarán a un golpe con unos pocos miles de manifestantes, como ocurrió el 13 de abril. No creo. Cualquier aventura militar será cruenta, y no valdrá manifestación alguna. El espantapájaros de la OEA con su Carta Democrática, ya no asusta a nadie.

El problema real es que esta es una autopista de dos vías. Cualquier evento militar será cruento por ambas partes, y lo será en el tiempo. Son dos grandes masas las enfrentadas.

Pero en donde esto sería un crimen monstruoso, es el ámbito regional, porque presentaríamos un país debilitado ante vecinos que también saben que “todos estamos solos”, y que cualquier intervención militar para pillar nuestras riquezas, quedaría impune. A esto juega Estados Unidos cuando ordena a sus lacayos locales, la desestabilización.

También hay que reconocer que Chávez ha ayudado a alimentar ese fuego, bien propiciando el acoso a partidarios librepensadores, bien proclamando un “socialismo”, rechazado por la mayor parte de la población (incluyéndonos), o bien defendiendo públicamente, en un país mayoritariamente católico, la principal tesis en la que se basó Lutero para escindir la Iglesia. ¿Quién sabe si todo esto no es a propósito?


PENSAR EN VENEZUELA

Hay que comprender que mientras la dirección opositora y los medios no cambien su mentalidad, y sigan rindiendo culto a la violencia, no valen para nada diálogos, ni gestos de buena voluntad, ni amnistías. La única manera de eliminar la violencia política, es tener una dirección opositora racional, honesta, democrática y, sobre todo, patriótica. Porque, en el peor de los casos, que un gobierno no lo sea, es siempre la conciencia del pueblo la que fijará el rumbo. Es decir, debe existir más “proposición” que oposición.

Al respecto, me voy a permitir transcribir un párrafo, que escribe Mario Briceño-Iragorry en su obra Mensaje sin destino, la cual considero que, si se distribuyeron un millón de copias de El Quijote (excelente iniciativa) de ella deberían repartirse al menos dos millones de ejemplares, por la profundidad y vigencia de sus conceptos venezolanistas:

“...no somos pueblo en estricta categoría política, por cuanto carecemos del común denominador histórico que nos dé densidad y continuidad de contenido espiritual”...”Como colectividad siente poco el pueblo la sombra de su esfuerzo sobre los muros del tiempo. Le han enseñado a verse como masa informe que sirve de cauda disciplinada y sufrida a los mílites que hicieron a caballo las grandes jornadas de la guerra. La historia bélica, que hasta hoy ha tenido preferencia en la didaxia, ha sido para el pueblo venezolano como centro de interés permanente, donde ha educado el respeto y la sumisión hacia los hombres de presa. Porque nuestra historia no ha sido los anales de los grupos que formaron las sucesivas generaciones, sino la historia luminosa o falsamente iluminada, de cabecillas que guiaron las masas aguerridas, ora para la libertad, ora para el despotismo. Ha faltado el ensayo que presente la obra del pueblo civil como factor de hechos constructivos, del mismo modo como, para interpretar el valor conjugante de la nacionalidad, han faltado las historias parciales de las varias regiones que se juntaron para formar la unidad de la Patria” (negritas nuestras).

Ya es hora de que los políticos de nuestro país se den cuenta que no viven en el hato “El Miedo”, que nuestro pueblo no comparte (como se ha visto hasta la saciedad en estos últimos años) esa visión demoníaca de la política y que desea vivir en paz y desarrollo. Debemos internalizar e inculcar los conceptos de democracia y libertad como forma de definir nuestro destino, única vía para salir adelante como país.
LA “LISTA” DEL DIPUTADO LUIS TASCON, O MÁS BIEN DE SÚMATE.

Esa famosa lista se ha satanizado adrede por la oposición demencial con el propósito de que se olvide el verdadero motivo que la originó. En lo personal agradezco mucho su publicación en Internet, más allá de lo que opinen las aves de rapiña de la política criolla. Por ella me enteré que mi suegro, un buen hombre, integrante de la primera promoción de periodistas de la UCV y uno de los primeros militantes de AD, quien sufría desde hace un lustro del mal de Alzheimer y que recientemente falleció, aparecía “firmando” en el Estado Zulia, así como dos familiares cercanos a los cuales se les falsificaron los datos, uno de ello, un familiar político residenciado desde hace años en el exterior.

Esa experiencia personal me permitió tener una visión completa del gigantesco fraude que gestó el imperio con la recaudación de firmas para el revocatorio y comprender cada vez más las miserables realidades de cierta dirigencia política.


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Carlos Enrique Dallmeier


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