En un cofre de vulgar hipocresía, el Candijunche oculta su derrota
¿Alguien se extraña de que botara esas cartas del Pueblo? Mucho antes,
sus ancestros políticos lanzaban a la basura la voluntad popular reflejada
en los tarjetones electorales. Socarrones se ufanaban de su conspicuo
“acta mata voto” y despreciaban los albores de izquierda al canto
de “Kikirikí, gallito pa´ti”.
Por si fuera poco, ya en este siglo no solo desconocieron sino que además quemaron nuestra carta magna en una de sus acostumbradas arrecheras. De vez en cuando la rompen o lo que pereciera más inocuo pero no menos inicuo, la interpretan como les da su perra gana. Verbigracia su artículo 350, al cual apelaron para “justificar” golpes, guarimbas, trancas, quema de chaguaramos y hasta peladeras de nalgas en plena calle.
Hace poco volvieron ceniza y humo las actas de sus primarias, para que no se descubriera la trampa jaula que entre ellos mismos se montaron. La MUD le envía cartas a Radonsky sobre cómo debe conducir su candidatura y este las ignora. Eso sí, cuando una carta democrática les interesa, se ofrecen para buscarla, conforman comisiones, hacen viajes interamericanos, van a la OEA, se reúnen hasta con el mas “insulso” funcionario y se enfrentan a la más cerrada “lluvia de nieve”.
De modo que lo extraño hubiese sido que el Candijunche las leyera, se preocupara por el destino de los remitentes o que hubiese sido artífice de felicidad para ellos. A la sazón, sabemos que tienen su carta anti democrática bajo la manga porque las clínicas encuestológicas no pueden implantarle silicón electoral ni por delante, ni por detrás.
Digresión
La Planta se convirtió en el foco de desestabilización de los mismos medios que fraguaron el golpe de abril 2002. No solo porque querían presentar al país ante el mundo como caótico, ingobernable y con instituciones violadoras de los derechos humanos, sino que existen conexiones entre pranes y sectores de oposición para fraguarla. El cacareo fue de feria, siendo La Patilla un verdadero contenedor de miasmas fascistas.
Particularmente me hubiese gustado ver desfilar entre los privados de libertad trasladados a otros recintos penitenciarios al Alberto Federico, al Nelson, al Guille, al Eligio, al Filósofo, al “embajada” Radonsky, a los Leopoldos y demás pranes, todos debidamente requisados y ajilaítos entrando a un autobús ¿Cubriría esa noticia Globovisión?
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