Para ser un verdadero líder y enrumbar a sus seguidores al camino de la excelencia, son aquellos que trabajan con inteligencia, creatividad y compromiso, es asombroso ver como algunos que se creen líderes y/o pseudos dirigentes políticos, día a día, pecan con errores que los alejan de ser líderes sobresalientes o resonantes. En la medida que se utilice la inteligencia emocional, para comunicarse con sus congéneres, hay que tomar en cuenta con atención la respuesta que genera esa comunicación sobre los sentimientos, pensamientos y comportamiento de los actores involucrados. De esa manera se identifica y se adecua esa inteligencia emocional, destacando la SENSIBILIDAD como una competencia o una virtud más. Hoy en día, hay muchos que se autodenomina líderes y carecen de esta cualidad, mientras se tenga la competencia de aprovechar las emociones y combinarlas con la razón, se llegara con seguridad al final del túnel y habrá la luz de la paz y esperanza de bienestar social en general, de lo contrario, no habrá luz alguna que nos oriente al camino indicado.
Ser un líder con inteligencia emocional y sensibilidad no es otra cosa que transmitir e interpretarle a otro ser humano con suficiente claridad y transparencia, lo que se piensa, se siente y se quiere, en correspondencia con el actual clima electoral, yo Ricardo Sanoja, soy apologético de edificar un constructo político- ideológico y del entramado etico.moral de nuestro Libertador Simón Bolívar, esto no significa otra cosa que saber abordar el tiempo histórico con el mismo eclecticismo, que caracterizo su genialidad y visión de igualdad y libertad, por eso planteo tan interesante andanza intelectual y transitar por su legado histórico, pero no obstante, debemos cada día mas reivindicar su ideal y lograr cristalizarlo sin mezquindad, ni odio, ni divisiones.
Llegando al punto mas interesante, o mejor dicho a la columna vertebral del tema, en mis investigaciones he descubierto que el político prudente analiza objetivamente, se sirve de la experiencia pasada, es dócil para escuchar y razonar serenamente para luego poner en función, una condición que solo poseen los políticos con vocación de tales. “LA SOLERTIA”, que decían los antiguos, es decir, la intuición, la habilidad, talento, visión o capacidad de imaginar soluciones sin herir la justicia y la moral.
El político necesita otra cosa y en si que no se adquiere, ni se enseña, es una especie de 6to sentido de intuición, de sensibilidad, de CENESTESIA que a su vez su concepto es un conjunto de sensaciones internas dentro de un organismo de lo colectivo que le permite oler, respirar, adivinar que es y que es lo que la gente esta esperando, deseando o detestando y activar en consecuencia, dicho sea de paso, he aquí donde las mujeres y reafirmando y reivindicando su valor y su genero nos llevan una gran ventaja, aparte de un sinfín de notables condiciones.
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