Probablemente que si alguna autoridad Deífica tuviere que decidir por nosotros, quizá a regañadientes, aceptemos las prácticas de trabajo seguro, pero como somos nosotros, con nuestra propia conciencia, que decidimos como hacer el trabajo, actuamos en el afán de lucro, tiempo y disfrute, a nuestro antojo; ocasionando, en ese afán, la contaminación de las aguas, el aire, la tierra y la vida, causando problemas a la salud y al medio ambiente.
Nos hemos acostumbrado a leer, percibir, capturar y aprender dictámenes, sobre daños ecológicos, como lo hacemos con las informaciones económicas que se refieren a los sectores que repuntan en todos los niveles de consumo y en éstos no estamos nosotros. Igualmente, cuando leemos que hay personas en los refugios clamando por agua potable, pensamos que allí no estamos, ni estaremos. Pero en lo anterior hay una cosa clara, muy clara y que inevitablemente sí nos afectará a todos: La Contaminación. Porque una vez que ella se materializa, no distingue y al igual que a todos nos sirven los recursos naturales, a todos nos es pernicioso la contaminación.
No ha bajado Ud. a la playa y luego del regreso, no le ha pasado, a usted mismo o algún familiar, de los que disfrutó del paseo y baño playero, que trajo alguna consecuencia con repercuciones en su salud física, por algunos días. Es altamente posible que así sea, pero como usted es miembro de alguno, o de más de uno, o de todos los clubes privados que hay a lo largo de todo el estado Vargas, no fue así; la asepsia, gracias a las altas cuotas de mantenimiento que usted cancela en su club, hace prevalecer altos estándares de información de seguridad, higiene y ambiente, lo eximió de las consecuencias de la contaminación inexorable de las playas, por ahora se salvo.
Pero el problema, no es de carácter económico, no es falta o presencia de estado; es de conciencia, es individual, somos tú y yo, son los pobres y los ricos, los ignorantes y sabios, los revolucionarios y los escuálidos, los trabajadores y desempleados, maestros y estudiantes, padres y representantes como dicen en las escuelas y colegios, somos todos. Y es que los principios de la naturaleza son más sabios que la mejor intención de la mente y al momento en que exigen, no se paran en el esfuerzo que haya costado alcanzar el desarrollo y si reclama la consideración que se haya tenido en la gestión del ambiente. No hay prevención que valga ante la magnitud de un desastre natural emanado del adelgazamiento de la capa de ozono, sería un desastre para la vida. En el esfuerzo de crear conciencia al respecto, se ha declarado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el año 2007, como el "Año Internacional de la Capa de Ozono", por iniciativa de los Ministerios del Ambiente y de Relaciones Exteriores a propuesta del ambientalista venezolano Erick Quiroga, hasta él nuestro reconocimiento.
Pero que podrá salvarnos de los efectos del adelgazamiento de la capa de ozono, su grave deterioro es evidente en los signos de destrucción que se observan sobre la región ártica y antártica (Polos Norte y Sur), con quemaduras sobre la piel de las personas y sobre la flora y la fauna. Sólo la eliminación del consumo de Gas Freón puede disminuir su deterioro, pero éste continua, hay otras variables como el uso de sustancias como el napalm, en las recientes masacres llevadas a cabo sobra Afganistán e Irak. Por ahora, lo que cada uno de nosotros puede hacer es mantener una conducta de preservación del ambiente, de manera intransigente, ya que la capa de ozono protege la vida en nuestro planeta y es clave para que la vida continúe en el mundo.
José Luis Pérez
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