Raro, los infidentes de ayer creen que a los trabajadores se nos olvidan los acontecimientos donde se evidenció la posición a favor del poder y los privilegios que caracterizó a muchos voceros zurdos (ellos se dicen de izquierda), esos que hablan de las dos zurdas, así, porque a la hora de traicionar los derechos de los trabajadores firman con las dos manos. Estupefaciente es que quieran erigirse en candidatos de los sectores del pasado, a los que supuestamente combatieron, pero al momento de entregarle preeminencias, los compraron para siempre. Es así como, para los momentos en los cuales, uno de esos zurdos, fue nombrado ministro, del gobierno pimentón y obnubilado de tanto ver televisión; no dudo en firmar actas de reunión junto a otros directores del B.C.V., para dejar sin trabajo, bajo el esquema de "renuncia" forzada, a padres de familia, en noviembre de 1997. Hoy en día, cree, que editorializando en un tal cual pasquín puede engañar nuevamente.
No; señor, no pierda su tiempo y esfuerzo en describirse como editorialista, su pasquín tiene un techo, ya que no podrá engañar más nunca a los trabajadores. El livor no lo deja mirar el bosque y cree que tiene el apoyo de una mayoría de venezolanos que observamos al pasquín, editorializar una primera página con un "Chao Hugo ". Chao Teo, hubiera sido mejor, ya que difícilmente hubiera sobrevivido en aquélla Radiorochela Macabra que ya se vislumbrara a nuestros sentidos y nos hizo ir rápidamente, en el término de la distancia, de los barrios a Miraflores.
En nuestra memoria todavía está fresca y muy presente, su aparición en televisión, en su oficina de ministro, lleno de inocultables privilegios, ofreciendo pleno empleo, incrementos justos de salarios y seguridad social a los trabajadores, mientras nos ofrecía una muy estudiada y milimétrica pregunta, a los televidentes: ¿Ud. dirá y cómo quedo yo ahí?.