1) Las movilizaciones de masas de los fascistas no son
producto de las organizaciones políticas, sino del
poder de convocatoria y dirección de los medios de
comunicación audiovisuales y de los grandes grupos
económicos. Los militantes de los diversos partidos
que asisten a esas concentraciones aparecen como islas
patéticas con sus pancartas y banderas que los
identifican.
2) Este gigantesco poder que han adquirido los medios
de comunicación audiovisuales plantea varios aspectos
que considero de primerísima importancia para nuestro
país, como el de cualquier referéndum o elección será
totalmente enajenada por el bombardeo constante de los
canales de televisión privados a favor de sus posturas
e intereses, desvirtuando descaradamente los
principios democráticos. Y si no se toman medidas
contundentes al respecto, se estará
institucionalizando ese poder mediático para toda la
actividad política en el país de aquí en lo adelante.
3) Sobre las "inmensas muchedumbres de los fascistas",
he notado como parten de cada casa a cada marcha o
concentración, grupos familiares que van más allá de
los tradicionales cabezas de familia. Se incorporan
madres, abuelas, hijos, hermanas, etc. Si contamos que
estas concentraciones oscilan entre 60 y 150 mil
personas y calculamos unos 6 miembros por grupos
familiares, estamos hablando que las "multitudinarias"
concentraciones en realidad están compuestas por entre
10 mil a 20 mil familias caraqueñas, la gran mayoría
de ellas de las clases medias y altas. Compárese
contra las 600.000 familias que habitan la ciudad y se
verá que son una verdadera minoría.
4) Tan real es esto, que no es casualidad que muchas de
las víctimas de los dos tiroteos que ocurrieron han
sido menores de edad que fueron acompañados de sus
padres. Lo cual, a mi manera de ver, aparte de lo
doloroso de ver perder la vida de niños que no han
comenzado a vivir, es signo de una gran
irresponsabilidad familiar.
5) De esto se concluye que las familias fascistas han
venido a sustituir a los famosos "Comités de Base" de
AD, trabajando en forma muy organizada, con gran
capacidad de movilización y alboroto y dirigidas por
los medios de comunicación.
6) Esta formación familiar tipo comando se puede
apreciar en los famosos cacerolazos, en los cuales se
ven en cada edificio o grupo residencial, como las
familias alborotadoras no pasan de un 15% a un 30% de
los vecinos. Esta limitación es lo que impulsó a crear
un poder organizativo que amedrente, más por la bulla
que por el número.
Lo triste del caso y el verdadero problema es que los
dirigentes del gobierno y el mal llamado Poder
Ciudadano no entienden estas nuevas realidades
sociológicas y políticas, y andan anclados en un
pasado en el que los partidos políticos eran los
verdaderos dirigentes de la sociedad. Esta miopía le
está causando, y le seguirá causando, un profundo
daño, no al gobierno que al in y al cabo es temporal,
sino a nuestra nación.
Atentamente
Carlos Dallmeier
cdallmeier@usa.net