Las dos manos de la corrupción

En las últimas semanas hemos escuchado hablar reiteradamente de la Derecha Corrupta. No ha habido día en que algún medio de comunicación no recoja una declaración gubernamental acusando a la derecha de corrupta. Derecha corrupta, corrupta derecha. Pero ¿y la izquierda? ¿Si la derecha es corrupta significa acaso que la izquierda es honesta? Sería una gran maniqueísmo pensar y asumirlo así: todo lo despreciable, reprochable y execrable está a la derecha, como si la izquierda por antonomasia, por definición, por esencia fuera todo un resumo de virtudes, de honestidad, de transparencia, de rectitud. Eso sería no sólo una gran ingenuidad creérnoslo sino, además, un reduccionismo y un simplismo que puede ocultar, incluso intencionalmente, las desviaciones corruptas que también pueden haber en la izquierda, desviaciones que incluso pueden ser más peligrosas que las tan señaladas como pequeño-burguesas.

Un gobierno revolucionario como el cubano, con gran valentía para decir las más duras verdades que hay que decir, se pronunció en la voz firme del Presidente Raúl Castro en el Congreso extraordinario del Partido Comunista de Cuba (PCC), en enero de 2012. En esa oportunidad el Comandante Raúl Castro sentenció: “La corrupción es (…) uno de los principales enemigos de la revolución, mucho más perjudicial que el multimillonario programa subversivo e injerencista del gobierno de Estados Unidos dentro y fuera del país”. El mandatario cubano advirtió que la corrupción debía ser combatida "con firmeza" pues de permitirse, la corrupción se convertiría en la verdadera contrarrevolución. La corrupción “puede llevarnos a la autodestrucción de la revolución”, dijo Castro.

Son innumerables las veces que nuestro propio Comandante Presidente Hugo Chávez Frías, ha condenado enérgicamente la corrupción administrativa donde quiera que se encuentre, sin distinguir si se encuentra en la Derecha o a la Izquierda, como debe ser toda lucha contra la corrupción para que sea realmente cierta y honesta.

Recordemos lo que nuestro Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista (2007-2013), nos dice sobre la corrupción y cómo nos exige y nos manda a todos los venezolanos y venezolanas a combatirla por igual, donde quiera que se encuentre. El Primer Plan Socialista nos plantea como uno de los Desafíos para el Proyecto Ético Socialista Bolivariano, la construcción de una “nueva ética del hecho público”, “funcionarios honestos”, en fin, un “Estado ético”, pues “si no lo es, el ciudadano no tendrá motivo para serlo”. Además agrega que hasta la misma tolerancia social y política también tiene sus límites, marcados por la práctica de “antivalores” ante los cuales “no se puede ser indiferentes ni tolerantes”, porque sino instalaríamos “la impunidad” como “algo normal y aceptado por todos” (…) “ante las injusticias, ante la corrupción y ante otras muchas cosas de características similares no se puede ser tolerante, no se puede consentir”, reza nuestro Primera Plan Socialista de la Nación.

La corrupción seguro tiene su mano derecha pero también puede que tenga su mano izquierda. Debemos cuidarnos de las dos.


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Heiber Barreto Sánchez

Politólogo. Co-moderador del programa de opinión y análisis Golpe de Timón.

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