Oposición busca romper la relación Chávez-Maduro

Los dirigentes de la oposición están lógicamente perdidos. Dando manotazos de ahogado, desesperados, están montando estrategias proselitistas que buscan captar los votos que saben no tienen. Las cuentas no le cuadran. Por eso están tratando de, como aves de rapiña, apoderarse de la herencias dejada por Chávez, para su propio beneficio político. Pero también desean acabar con los recuerdos de Chávez, por odio, por rabia, por miedo, porque si no pierden.

En ese sentido, la estrecha vinculación entre Chávez y Maduro, reforzada con la propuesta del propio Presidente en vida de elegir a Maduro como Presidente, es una piedra de tranca, de gran envergadura, para las aspiraciones opositoras. Por ello básicamente intentan separar, romper la conexión entre Chávez y el candidato de la revolución Nicolás Maduro; por supuesto, con ello desvincular a Maduro de todos los logros y éxitos que en política nacional e internacional tuvo nuestro amado Presidente. Esta vinculación lógicamente significa confianza para la mayoría de los electores del país, los cuales van a respaldar a Nicolás Maduro; quien asegura la continuidad de la obra de Chávez.

Ellos, los de la oposición, saben que mientras nuestro pueblo asocie a Maduro con Chávez, el triunfo en términos electorales es seguro para Maduro, es decir, para la revolución. Es por eso que escuchamos al candidato opositor, y a todos los dirigentes opositores, incluyendo a los periodistas y moderadores del partido ultraderechista GLOBOVISION, decir que Maduro no es Chávez. Una cosa es Chávez y otra es Maduro. Maduro no tiene el mismo liderazgo que Chávez. Chávez si era un tremendo candidato, Maduro no. Que Chávez no estará más entre nosotros. Chávez ya se murió. Dicen. En otras palabras, con extrema rapidez buscan borrar de la memoria la imagen, la omnipresencia de Chávez. Quieren con esta estrategia, aislar a Maduro. Aislarlo, separarlo del chavismo, de Chávez, del gigante. Si lograran este cometido, su tarea sería, en apariencia, sencilla.

Chávez, como se supo, en vida fue un huracán en tiempos de campaña. Fue un demoledor, políticamente hablando. Los de la oposición saben que la presencia de Chávez en este proceso electoral aún está vivita, aún palpita demoledora, arrasante. Eso da mucho culillo a la oposición. Chávez, aunque muerto físicamente, les va a volver a ganar, les va a ganar, repetimos, con el candidato que él designó. Tienen el descaro, pero que es sin duda parte de la estrategia que han montada, de sugerirle a Maduro que trate de ser él mismo, que tiene que quitarse de encima la imagen y el peso de Chávez. Que olvide a Chávez y trate de ser él mismo. Que no lo mencione. Que muérganos. Saben que cada vez que Maduro recuerde, mencione, haga alusión a Chávez, a sus obras, tendrá más apoyo popular. Es decir, más opciones de ganar las elecciones presidenciales. ¿Hasta cuando la oposición va a seguir creyendo que somos pendejos?.

Simultáneamente, la oposición intenta descalificar al candidato del chavismo. Ya lo venía haciendo, incluso desde antes de la lamentable muerte de nuestro Presidente. Primero utilizaron las redes sociales para poner en tela de juicio los avances dados por Maduro sobre la salud del Presidente. Luego al anunciarse la muerte del Presidente, insistieron, ya con más de descaro, incluso directamente lo hizo el propio candidato opositor, que todo había sido un plan montado por Nicolás Maduro. Que Chávez no había muerto ese día, a esa hora y en ese lugar. Posteriormente montaron todo un espectáculo con el nombramiento de Maduro como Presidente Encargado. Que era violador de la Constitución. Luego que no podía ser candidato presidencial. Que Maduro está utilizando la muerte de Chávez para hacer campaña. Que Maduro recibió en La Habana cursos para llorar. La idea básica de todo esto: construir una imagen de un Maduro mentiroso, deshonesto, traidor. Es decir, construir la imagen de un hombre que no tiene los méritos para sustituir a Chávez en el poder y, la opción: el candidato de la oposición.

Hay una vinculación sentimental, muy profunda, de respeto y aprecio entre Maduro y Chávez. Es una vinculación producto de la relación entre el maestro y el alumno, entre el líder y su incondicional seguidor. Es una vinculación, soportada, cimentada, además, por un sentimiento de pueblo. Esas estrategias de la dirigencia de la oposición se caerán por ser estúpidas, pero además es el mismo pueblo, esos millones que de todas partes del país y del mundo se desplazaron a Caracas para ver a Chávez, quien sellará indisolublemente la relación entre Chávez y Maduro. Esto quedará demostrado el 14 de abril, con el triunfo de Maduro, el triunfo de la revolución. El triunfo, una vez más, de Chávez.

¡VIVA CHÁVEZ, POR SIEMPRE. MADURO PRESIDENTE!



(*) Profesor Titular ULA

Email: heribertogomez60@gmail.com

@ulandino


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Heriberto Gómez

Profesor Titular, ULA

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