“Es necesario que sea completamente, o que no sea en absoluto, por lo tanto no se puede admitir que de lo que no es surja algo que exista junto con lo que es”. “Tampoco puede ser si va a llegar a ser” (Parménides). El principio de la existencia es absoluta, no se es algo distinto a lo propio. Todo es disfraz si la esencia no es lo que se muestra.
De un laboratorio surgen muchos productos asociados a la manipulación de masas, cuestiones engañosas y enrarecidas que se infiltran entre la gente con el objeto de parecer propias del pueblo; sin embargo, solo son eso: productos del marketing político y el trabajo de inteligencia por la búsqueda simple y llana del poder.
Lo propio, políticamente absoluto y popularmente real, nace del pueblo, no es otra cosa.
Aun cuando intente deformarse por el camino vuelve a caer en la situación inicial que le enciende y determina la vida. Quien es bolivariano, no tiene nada que hacer en la “acera del frente”.
Por eso el “liderazgo” que se opone a la constitucionalidad y a la Revolución Bolivariana nunca será ni chavista, ni bolivariano, ni revolucionario. Siempre serán burgueses, imperialistas y guerreristas, guarimberos y destructores de los logros del pueblo.
El laboratorio les indica cómo cambiar los discursos y ademanes, pero no son otra cosa que careta y distracción para los incautos.
Quien haya sido pescado por el discurso de derecha tiene esencia para devolverlo a la causa chavista.
La esencia de la burguesía y el imperialismo, concentrado en sus líderes, no la podemos perder de vista. Debemos denunciarlos abiertamente en las bases del pueblo.
El discurso de la dirigencia opositora, aparentemente protector de los logros sociales y ahora dirigido a “buscar mejores garantías para el pueblo”, es producto del disfraz imperialista, solo de eso y nada más.
Sea una advertencia pública: la mentira es de patas cortas, pero con una velocidad impresionante, la vacuna contra los adversarios es denunciar su laboratorio y seguir haciendo la Revolución Bolivariana como esencialmente es, no una apariencia de ella.
cesartrompiz@gmail.com
Publicado en Correo del Orinoco