El pasado sábado 18 de mayo en el diario Panorama, leí un buen reportaje titulado: Un oferta incompatible con la demanda, el cual abordó el tema de los profesionales que egresan de nuestras universidades y la oferta laboral del país. Incontables profesionales están egresando en áreas donde la oferta laboral no tiene vacantes suficientes y éstos se ven en la necesidad de trabajar en otras funciones ajena a su perfil.
Actualmente la matrícula universitaria en Venezuela asciende a los 2 millones 500 mil estudiantes, cifra reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), un logro del Gobierno Nacional y el legado del Presidente Hugo Chávez, sin embargo, esta importante cantidad de estudiantes, está demandando el desarrollo de aéreas productivas y laborales para trabajar y no estar desempleados, un reto para el nuevo Ministro de Educación Universitaria, Pedro Calzadilla en este período presidencial clave para la sostenibilidad de la Revolución con Nicolás Maduro.
Analizar esta problemática, requiere plantear un mapa de la situación, en la cual podríamos expresar que nuestro sistema educativo inicial y medio por años ha sufrido de una desinversión e indolencia en gobiernos pasados y vicios que han afectado el período de la Revolución, a pesar de los esfuerzos. Impera la necesidad que nuestros educadores comiencen a diseñar estrategias para orientar la vocación de los estudiantes en áreas que se adapten a las necesidades de nuestra realidad laboral.
Acelerar decisiones
Una de las posibles soluciones es comenzar a regular los cupos en carreras universitarias que no están siendo requeridas para el desarrollo país, pero esta hipotética acción traería como consecuencia una resistencia y costo político en la población, incluso, considero que algunas carreras deberían clausurarlas.
Necesitamos graduar profesionales en el área de la ingeniería agroalimentaria que permita desarrollar la gran extensión territorial en suelos fértiles que poseemos y no son explotados para el desarrollo de la economía interna. En Venezuela, nuestro modelo rentista petrolero ha generado desde hace años una migración de nuestra población hacia las grandes ciudades, abandonando el campo y su potencial explotación agrícola, repercutiendo en un déficit de profesionales calificados, que contribuirían a la garantía de nuestra soberanía alimentaria.
Hago un llamado de atención a nuestras autoridades y el Gobierno Nacional, ha meterle el OJO a este asunto, que viene perjudicando a nuestros jóvenes profesionales, debemos tomar decisiones concretas, un importante capital humano profesional, está frustrado y desempleado sin poder desarrollarse para nuestro país, necesitamos generación de empleos y capacitar este talento humano como nuevos emprendedores para el desarrollo industrial de la nación.
