Un martillazo dictatorial

En ese magnífico discurso inolvidable para la historia de este siglo XXI, el presidente Chávez, a riesgo de su vida, pues, sin su guardia personal de seguridad, sin Jefe i adjuntos de su Casa Militar i sin su Cuerpo Médico, secuestrados todos dentro de un avión en el país de la democracia i la libertad, mencionó la frase un martillazo dictatorial, para referirse a la ilegal, ridícula i soberbia aprobación de un documento que afecta a muchos i favorece a pocos, como apreciamos en su valiente confrontación con el imperio i su vaquero dictador o emperador, de escaso talento sin probidad.

Chávez se refería a ese triste o miserable momento en el cual se violaban Derechos Internacionales i Derechos Humanos; empero, el martillazo dictatorial fue también para las cabezas de muchos delegados a esa LX Reunión de la ONU, cuando apenas si se atrevieron creo que en tres ocasiones a interrumpir con aplausos el magistral discurso, no tanto porque fuese una pieza literaria llena de excelencias del lenguaje, sino por el magistral, también, contenido político, social, económico, científico i universal de los planteamientos que denunciaban el fracaso de los objetivos de la Cumbre del Milenio hace cinco años, i la persistencia o el empeoramiento de las condiciones de vida humana en el planeta Tierra, gracias a la absurdas, crueles i sofocantes políticas de crueldad, especulación i saqueo de los pueblos más pobres del mundo, por el sistema neoliberal del capitalismo salvaje, i las muestras patentes de la agresión o destrucción del planeta. Esta política no ha dejado indemne a ningún país o pueblo del mundo con un 80% de miseria i hambre (la verdadera guerra i terrorismo establecida permanente a diario, para personas que no se consideran seres humanos sino consumidores, i el que no pueda consumir que se muera).

Por ello, haciendo abstracción de los aplausos i de la aceptación i júbilo de todos los pobres, marginados i lesionados habitantes de la gran mayoría de los países de América i por lo menos de África i Asia, nos resulta inconcebible (aunque sí explicable) la reacción de la prensa, la televisión i otras manifestaciones del sentir de las naciones, respecto a un discurso que desnudó ante el mundo, a los Estados Unidos i a esa paralítica institución que se denomina la ONU (Organización de Naciones Ultimadas) que forman una complicidad pervertida para burla del mundo. A los Estados Unidos, sobre todo a su gobierno dictatorial, fascista i racista (eso está en los genes albos) los desnudó ese viento terrible del Katrina, hasta demostrando que tienen más presupuesto para la guerra, el terror i la agresión, (ahora “guerra preventiva”) que para salvar vidas o elevar la calidad de vida de más de 40 millones de compatriotas. A la ONU, le hizo el diagnóstico el Presidente Chávez: no tiene remedio, es una institución con Sida i cáncer de Kaposky i hasta sería bueno practicarle la eutanasia. Una institución que fue ignorada totalmente para acudir a una invasión i un genocidio, falsamente justificados con la certeza de tener ese país del Medio Oriente, armas de destrucción masiva que, al demostrarse totalmente su inexistencia i las mentiras que alegaron, transformaron la justificación en la lucha contra el terrorismo (por líderes que fueron sus alumnos i sus aliados, no solamente en guerras, sino en negocios) i que la verdad no era otra que posesionarse i robarse el petróleo. Son los ladrones internacionales más grandes del planeta Tierra; son los agresores i humilladores, de la soberanía de las naciones más débiles. Son mongoles o bárbaros del siglo XXI. Son destructores supremos de pueblos, arte, soberanía i memoria civilizada, como jamás se dio en la historia.

Sin embargo, con esa realidad a la vista, conocida de todos, muchos gobiernos i muchas oligarquía privilegiadas, a quienes aplauden i justifican es a los bárbaros. En Venezuela, que es lo que mejor conozco naturalmente, tenemos una oposición que se arrastra ante el imperio i que está deseando de todo corazón el magnicidio. Son dinosaurios de la IV República que la revolución pacífica les ha preservado casi todos sus privilegios, excepto estar en el poder i seguir robando a sus anchas; empero, lo tienen casi todo; medios de comunicación: televisión, radio, prensa i una serie de instituciones como Súmate, que son nido de traidores a sueldo. Por eso, por ejemplo, en vez de referirse al discurso que ninguno de ellos podría hacer nunca, ni tener ese gesto de infinito valor, publica en grandes titulares que su patria a sido “descertificada” por el imperio, a pesar de constarles que el país ha colaborado mejor que los mismos certificadores en la lucha contra el narcotráfico i que, realmente existe, porque dentro de las fronteras de ese país o imperio, existen más de 30 ó 40 millones de consumidores i con dinero hasta para suicidarse con drogas. Cuando uno ve, por ejemplo, a un antiguo comunista de uña en el rabo, guerrillero (aunque sea de jardín como se demostró), con un historial de ministro en un gobierno de extrema derecha i con una cara lamentable de dinosaurio soberbio, como el pobre diablo de Pompeyo Márquez, si este miseria es un opositor al proceso, uno se pregunta ¿Qué podemos esperar de una serie de sifrinos, de opusdeistas, de talento mediocre (sería interesante sus índices de inteligencia) i de palabra hueca i sin fundamento semántico i filosófico? ¿Los ha oído hablar, o mejor, argumentar? ¿Ha observado coherencia de pensamiento, ideología o conocimientos científicos en alguno de ellos? ¿Fuera de burlas o insultos al presidente Chávez, ha escuchado algún planteamiento verdaderamente político de altura? ¡Qué pobre oposición! ¿Ha visto a sus comentaristas o analistas femeninos o masculinos? ¿Qué dicen, qué aportan? Así debe ser igual en otros países i por eso los comentarios al discurso en la ONU son variados, indiferentes o contrarios. ¿Por qué? Sencillamente porque sucede lo mismo que aquí. Son los poderosos del dinero i los pobres de talento que rinden culto a Napoleón, cuando dijo que las guerras se ganan con tres cosas: dinero, dinero i más dinero. Sin embargo, empiezan a perder la guerra; al imperio lo castigará la naturaleza, ya que estos pueblos no tienen la honda de David para tumbar a Goliat; a los otros los derrotarán los pueblos i creo que al final, si no destruyen al planeta de aquí a unos pocos años, a los Estados Unidos les pasará como a la Unión Soviética: se dividirán en varios países i la crisis energética i los huracanes i los terremotos, les harán humildes compañeros en esta única nave espacial. Empero, aunque les duela, este discurso en la ONU, quedará para la historia hasta que dure el mundo. Este martillazo ya no será dictatorial si no para alertarnos de cuidar la nave que transita por un cosmos ignoto…i no hai botes salvavidas.



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Roberto Jiménez Maggiolo


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