Lo ocurrido con el periodista Walter Martínez llama a la mayor reflexión, pues pareciera que el mismo se inscribe en una concertada y muy planificada estrategia de dividir y enfrentar entre sí a los muy disímiles factores que respaldan este proceso da cambios revolucionarios inédito que lidera Hugo Chávez y más aún ante este caso específico que afecta a una área tan vital para una revolución asediada por todos los flancos, como es el de las comunicaciones, en donde hemos visto que han caído abruptamente otros periodistas como Diógenes Carrillo, quien, como tenemos que recordarlo, conducía –quizás- el programa de mayor éxito en eso de promover la participación del pueblo, tal y como lo ordena la Constitución Bolivariana.
También fueron sacadas del aire las muchachas de Nuestra Mañana, programa ese fresco y necesario para las centenares de miles de nuestras mujeres que tienen bajo su responsabilidad el innegable trabajo, a veces poco reconocido, de manejar con rigor y responsabilidad la marcha del hogar, que les proporcionaba un ameno y merecido desahogo y, además de ello, les ofrecía invalorables fórmulas y secretos para mejorar su desempeño. Está el caso reciente de La Hojilla y la fiera disputa entre sus integrantes que prácticamente acabó con un programa que contaba con una sintonía que como pocos tenían en la TV, pues fue colocado en un horario muy avanzado de la noche, lo cual le redujo en forma apreciable la enorme audiencia que tenía. Pero es que no debemos dejar a un lado y eso ha sido algo que siempre nos llamó a la mayor curiosidad, que curtidos y excelentes periodistas muy cercanos al presidente, como lo son Mary Pili Hernández y Wladimir Villegas también salieron del canal 8 intempestivamente, sin ningún tipo de explicaciones, los que, es necesario decirlo, demostraron con su trabajo, cada uno en su estilo, importantes esfuerzos para darnos una televisión de calidad al servicio de la revolución.
Consideramos desde nuestra óptica este hecho como algo sumamente grave, pues el único programa informativo por medio del cual podíamos contrarrestar de alguna manera los efectos malsanos y perversos de CNN, con su programación de todos los minutos del día y de la noche a base de la mentira, la manipulación descarada de la información y el ocultamiento calculado de hechos del acontecer latinoamericano y mundial relevantes porque molestan al imperio, es Dossier y resulta que ahora se le saca de aire porque a Walter se atrevió a decir verdades que hasta Chávez las ha repetido una y mil veces, de que el gobierno en todas sus instancias está penetrado por burócratas disfrazados de chavistas que no solamente entorpecen y entraban la marcha de la administración, sino que son, sin duda alguna, elementos ganados para la corrupción, los cuales le hacen un daño inmenso a la revolución, tanto que hasta él mismo llegó a calificar esa cruda realidad como el mayor peligro que enfrenta en los actuales momentos su consolidación y el gran esfuerzo que se hace para hacerla cada día más efectiva y eficiente.
Es inadmisible que este tipo de hechos pase por debajo de la mesa. Hay que investigar lo que realmente está ocurriendo con la política comunicacional de Estado que pareciera no encontrar el rumbo que le corresponde adelantar como factor de invalorable importancia para enfrentar con éxito la arremetida mediática tremenda que mantienen como estrategia inmodificable los enemigos internos y externos de nuestro país para desestabilizar sus instituciones y por esa vía lograr la caída de Chávez, los que estarán viendo como un éxito propio estos graveas conflictos entre quienes deberían colocar los intereses de la revolución y el país por encima de cualquier otro.