¡Cuidado, Sr. Presidente!

A más de uno, a juzgar por lo que he podido observar en las salas de chat, listas de noticias y otros instrumentos de comunicación alternativos, y, sin duda, privilegiados, dejaron con un extraño sabor de boca la llamada del Presidente Chávez al programa La Hojilla, especie de emblema de rebeldía, a veces con ribetes caóticos pero sin duda alguna hecho con el corazón de parte de Mario Silva y su equipo. Independientemente de que estemos de acuerdo o no siempre con Mario, su espacio es entretenido por eso, te pone a pensar, discutes con el televisor, lo puedes llamar o escribir... Eso, espacio para la discusión. Y el hecho de que el Sr. Presidente haya llamado al programa a decir "¡Cuidado!", me parece muy desafortunado. Por mi parte, el hecho de que apoye al Presidente en el liderato de un difícil y largo proceso de hacer valer las promesas de justicia social, no me hace que esté de acuerdo con todo lo que hace. Si fuésemos conformistas, no habríamos votado por él, de hecho. El asunto es que no solo me parece desafortunado, sino muy peligroso, y les diré por qué, en mi modesto criterio.

El que llama a moderar al moderador (si es que este título le cabe a Mario, en el sentido tradicional de la palabra y espero no ser malinterpretado) no es un compadre, su vecino o el mío, sino el PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, jefe del ejecutivo y jefe del jefe del canal de todos los venezolanos. Desde ese punto de vista, decir "¡Cuidado!", por más razones que tenga para decirlo, se parece mucho a decir "Hasta aquí me dejan la conversación". Es decir, a censura en vivo y directo. Si la oposición fuese un poco menos bruta, le sacaría gran provecho a esto. Y es que el affaire Dossier parece convertirse en el Katrina particular del ejecutivo. Son demasiadas metidas de pata innecesarias. Por otro lado, veo muy poco apropiado que el Presidente en persona se ocupe de este asunto, que después de su brillante actuación en las NN.UU. hablando de temas de tan gran importancia tenga que acudir a ayudar a la gerencia de un canal a la que se le salió de las manos completamente un problema que no debió ser. Otro punto es cuando el Presidente hizo mención a algo así como "solidaridad instantánea"; yo me imagino que en Sabaneta o en los cuarteles no se veía Dossier, pero para mí Walter Martínez es una referencia desde mi infancia, y esto vale para muchos compatriotas de mi edad. Solidaridad automática la que tuvimos con nuestro Presidente cuando el golpe de Estado del 2002, y ahora percibimos una situación análoga con un personaje con el que también compartimos ideología y un pedazo de nuestras vidas y esperanzas todos los días. Y decirle soberbio, a un personaje admirado, por mucha verdad que sea, no es agradable, y menos a alguien que ha defendido tanto al Presidente y a su gobierno, no se ve nada correcto en absoluto, aparte de que hace falta coraje para tirar la primera piedra. Así visto, no es un tema para tratar a la ligera, y me parece que está siendo sumamente mal manejado, con una torpeza extraordinaria, y ahora tenemos al rinoceronte metido en la cristalería y no sabemos cómo sacarlo sin desbaratar el negocio, o lo que queda de él. Se ha causado daño y malestar innecesarios, me sentí mal por Walter hoy, no lo puedo negar. Siento dolor porque me hirieron a mí también. Y repito, por lo que veo, escucho y leo, no soy el único. Hasta ahora ha sido un conflicto sin ganadores: la gerencia de VTV y el MCI, quedan muy mal parados, Walter con soberbia o sin ella luce como víctima y, la guinda, el Presidente como insensible, injusto y censurador. Y lo peor, es, como dice Murphy, que se puede poner peor.

Es un asunto delicado porque se relaciona con aspectos muy subjetivos y complejos de la Revolución y la manera en cada quien la asume. Yo, al menos, no puedo asumirla como un asunto de adhesión ciega, de disciplina y de jerarquía, suena a facho, a AD, a TFP, a todo lo que temo. La asumo con naturalidad y fe, en que debemos llegar a un mundo más justo y hermoso. Puede que la disciplina ayude en algunos casos, pero estamos prevenidos contra el enquistamiento de una nueva casta neoadeca, el anquilosamiento del pensamiento y de nuestra capacidad autocrítica, hemos llegado aquí por poner las cosas en tela de juicio, como ya he mencionado, no por rendir culto a lo establecido. Así que ojo, que al final del camino, estamos cada cual con su conciencia y responsabilidad, y no podemos dejar de rebelarnos contra lo que creamos injusto o inmoral, venga de donde venga.

Un abrazo y mis mejores deseos para que este asunto de alguna manera nos haga llegar a un mejor sitio del que partimos. Espero que no me juzguen mal por lo que manifiesto, pero al final, es mi opinión, mi responsabilidad y estoy cansado.


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