Caso VTV: un arroz con mango

Quisiera compartir con Ustedes, en pro de contribuir con el interesente debate que se ha abierto en torno al caso VTV, las siguientes reflexiones:

Existe un malestar colectivo en la tele audiencia de VTV desde la salida de Villegas. Este malestar ha sido provocado por:

• Salida del aire de programas populares y participativos como:
Nuestra Mañana, Nuestra Música, La Lámpara de Diógenes y Dossier, así
como el cambio de horario de La Hojilla
• Censura de informaciones que tienen que ver con cubrir
protestas y denuncias por parte del pueblo y que VTV no transmite.
• La imposición de un logotipo que lejos de identificarse con los
revolucionarios imita al de Globovisión.

• Eliminación de la transmisión de los cintillos que contribuían a la participación del público en foros y eventos de nuestro interés.
• Programas repetidos y poco atractivos
• Perdida de audiencia del canal

Todo esto, y seguramente me he quedado corta, ha provocado un malestar
en el público que ha sido silenciado durante mucho tiempo. Creo que el
caso Walter Martínez ha sido el detonante del grito ahogado. Por eso es importante recalcar que quienes hemos protestado la medida del retiro del programa, no somos fanáticos del Sr. Walter, sino que somos defensores de mantener la línea combativa, popular y participativa que llevó a VTV a contar con una gran audiencia y que consideramos necesario y estratégico en estos momentos el que se retorne a ella. Digo esto para no confundir las cosas.

Por otra parte está el conflicto entre los trabajadores y la Junta Directiva del canal, los primeros defendiendo las reivindicaciones conquistadas y los segundos tratando de flexionar el contracto colectivo. Si el contrato colectivo de los trabajadores es una grosería o es una justicia, no es lo que está en discusión, pues lo relevante en este caso es que necesitamos que el canal funcione y que funcione bien. Soy de los que piensan que hay que invertir en el canal, lo que implica tener a los trabajadores contentos, colocar antenas en todos lados para que la señal se vea en todos los pueblos del país. (en Higuerote, por ejemplo, solo se vé el canal 8 por cable y este pueblo queda a tan sólo hora y media de Caracas). Invertir en programas de alta calidad que compitan con los de los canales golpistas y que mantengan a una tele audiencia motivada y cautiva.

Además de todo esto, tenemos un malestar dentro del canal, y ya no sólo por razones contractuales, y es un enfrentamiento directo entre
productores, periodistas e intelectuales que considera que la Sra. Blanca no está calificada para el puesto que ejerce, pues no tiene ni la experiencia gerencial ni profesional para manejar dos canales del Estado.

Así que hasta ahora tenemos: un público descontento, una lucha interna
entre trabajadores y patrono, un conjunto de resentimientos y celos
profesionales y una total incapacidad para el manejo gerencial de un canal del Estado.

En todo este mundo complejo detona el caso Walter. El cual para empeorar aún más las cosas ha sido torpemente manejado.
Como pueden ver el caso VTV se ha convertido en un arroz con mango que
el pueblo no quiere comer.

La protesta espontánea se ha desvirtuado y le han metido a Chávez todo
en una misma olla, quizás esto justifique sus reacciones. Por esto se hace necesario, ahora más que nunca, no perder la brújula del debate para que en realidad se logre el cambio que se quiere, que no es otro que el de contar nuevamente con una VTV revolucionaria, combativa y de todos los venezolanos.

yaselli@mixmail.com




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