Soy un revolucionario de a pie, del pueblo llano, como la mayoría recorro estas calles viviendo en carne propia los logros y desventuras del pueblo Venezolano, soy chavista, progresista, socialista, izquierdista o como quieran llamarme, siempre he apoyado a nuestro presidente porque sus palabras y acciones se identifican conmigo y con lo que siempre he querido para mi país y porque no para el mundo, la mayoría de los venezolanos comunes y corrientes que apoyamos a Chávez sentimos lo mismo y pienso que esa es la clave de su éxito político, esa sintonía directa con nosotros, el hecho de que ha sabido interpretar los sentimientos del pueblo.
Ahora bien, como ciudadano común tengo acceso directo a lo que la gente común piensa y comenta en la calle, siempre me he preguntado con admiración ¿como hace Chávez siendo una figura relevante con tantas responsabilidades para mantener esta sintonía con nosotros? creo que es una cualidad que solo los verdaderos líderes poseen.
Sin embargo, a propósito del caso de Walter Martínez y la llamada del Presidente a la Hojilla quiero manifestar mi humilde opinión; en la plaza, en la calle, en el mercado se comentan y disfrutan los logros de nuestro proceso revolucionario, pero también quiero hacer referencia a cierto aspecto negativo que viene aflorando dentro del mismo proceso que perjudica o pone en peligro evolución del mismo.
Dentro del proceso existen pseudo líderes, camaleones de oficio que utilizando como escudo o pretexto la unidad y los 10 millones de votos para el 2006 están tergiversando el proceso, infiltrando elementos y practicas nocivas, dicen ser chavistas pero sus acciones indican lo contrario, actúan sin ética revolucionaria, se dan el lujo de perseguir, acosar y discriminar a todos y a todo lo que le huela a revolución quizás por que lo consideran un obstáculo para sus verdaderos intereses que no tienen nada que ver con el bienestar del pueblo sino con la motivación desmedida al poder y al lucro, precisamente el origen de todos lo vicios que deseamos erradicar, creo que debemos actuar de inmediato, sin términos medios, de lo contrario podríamos implotar.
Presidente, no deje que distorsionen la sintonía entre usted y nosotros, como usted mismo ha dicho muchas veces, el pueblo es sabio, el le indicara cual es el camino correcto.
Líder, pienso como piensa usted, siento como siente el pueblo, su alegría pero también sus tristeza.
Arlendys A. Cabrera G.
arlecabrera@hotmail.com
C.I. 7.916.497