El húmedo piso de VTV

Es difícil hablar de periodistas. Los medios del mundo los han convertido en un especie de Loxias inexpugnables. Referirse a un periodista, y más cuando habla frente a un telepromter, es sumamente arriesgado. Te expones a hablar en contra de la libertad de expresión, que ha sido declarado el tótem de la civilización occidental. Esto ha sido posible por que una considerable parte de los periodistas han sido voceros, solapados o no, de los intereses más negros del planeta en nombre de la libertad y la democracia. En los Estados Unidos de América fue necesario la acción violenta de dos huracanes consecutivos, para poner al desnudos verdades ahora inocultables: Los norteamericanos también son pobres. La anestesia televisiva cesó transitoriamente y la clase media norteamericana se encontró con cifras escandalosas (¡cómo estará de deprimida la clase media en Venezuela que creía que todos en USA vivían como en “Friends” o “Sex in the City”). Fue necesario la furia vengativa de la naturaleza para que salieran de la anestesia, telemediática o no, y constataran que conviven con más de 30 millones de pobres, la mayoría negros, 4millones de prostitutas y 36 millones de drogadictos. Entonces, ¿qué libertad puede haber en un país que se le oculta ese drama?

En nombre de esa endemoniada libertad de expresión se ha colado durante decenios la más hábil y venenosa hipocresía. Por eso, referirse a un periodista es como referirse al Papa. Dante fue expulsado de Florencia, y murió en exilio, porque colocó en el Infierno al Papa Bonifacio VIII, pero con pruebas en las manos.¿Quién en su sano juicio hubiese podido afirmar, ante un millón de feligreses, congregados en la Basílica de San Pedro por la muerte del Papa Pío XII, en el Vaticano, donde hay tantos adoquines, que aquel Papa fue un miserable cómplice de los nazis en la deportación de niños durante la opereta sangrienta de Mussolini? Sólo el dramaturgo alemán Rolf Hochhuth, en su obra “El Vicario”, se atrevió a desenmascarar a aquel criminal de guerra. De la misma manera no es fácil afirmar que Juan Pablo II ascendió al codiciado trono de Pedro aún si era un primer sospechoso, junto al expresidente del Banco del Vaticano, Cardenal Marzinskus y el Cardenal de Chicago, John Cody, por el vil asesinato del Papa Juan Pablo I, el Papa de la Teología de la Liberación y de los pobres. Fue necesario el libro del escritor británico David Yallop para destapar toda aquella olla de fechorías sangrientas nada menos que en el templo del representante de Dios en la tierra.

Otros periodista, no todos por favor, se han refugiado dentro de la manta del "izquierdismo democrático" o “intelectuales institucionalizados”, como los designa Chomsky, que usan un lenguaje estridente, asumen poses de denuncia para aparentar que están develando algo trascendente, (por ejemplos dan pasos lentos cruzando zonas oscuras a lo Hitchcock), le añaden dos o tres madias verdades, un poco de una que otra verdad suelta, y electrizan la audiencia para hacerles tragar todo un bolo mediático bien condimentado para cualquier gusto, inclusive el de izquierda.

Walter Martínez (WM) es un hombre experimentado. Sabe perfectamente qué es la comunicación. Sabe, con precisión de reloj suizo, donde colocar una coma, donde hacer una pausa, en que momento voltear a cámara y cómo manejar una palabra, una frase un gesto, con un plano medio o un close-up, para acentuarlo, para diluirlo o para cambiarle el significado. Y sabe también, el Sr. WM, cuándo, por supuesto, tocar un tema determinado. A qué darle prioridad. De esto sabe bien, este célebre caballero..... A WM no se le pasará jamás un desliz estructural en cuestiones comunicacionales. Eso está descartado. Por que en esa estructura comunicacional es que ha basado su éxito, por que las conoce al pelo. WM podría ocultar una denuncia, pero sólo él sabe con exactitud cuando y donde se le debe dejar caer para convertirla en el codiciado “tubazo”.

En esta oportunidad no hubo ni denuncia ni tubazo alguno. Porque para serlo, y esto lo sabe perfectamente bien WM, le faltó nada menos que las carpetas de manila con documentos y sellos, con memos y fotocopias de cheques, con números telefónicos y celulares, con testimonios y referencias de lugares y movimientos... Nada de eso existe, hasta ahora. Lo único que hizo WM, armado con la espada de San Gabriel como lo manda sus creencias religiosas, fue trasladar, de manera tardía, una vieja y desusada consigna de la contrarrevolución más feroz e irracional a nuestro arena. Pero no importa, se lanzó al vacío... en paracaídas, como muchas veces afirmó haberlo hecho como militar. ¿Cómo un periodista de tanto prestigio se atrevió a lanzarse en aquel paracaídas sin las carpetas de manilas, Dios mío? ¿Será que lo empujaron? Es inconcebible que alguien haga tamaña denuncia de corrupción al voleo. ¿No midió el veterano periodista que podía intoxicar a más de un televidente que le cree y lo veía desde que se montó el portaavión, orgullo de la marina norteamericana, “Nimitz”, con permiso del Departamento de Estado? ¿Tiene licencia para qué sera....? ¿Qué pensarán aquellos que lo vieron entrevistando a presidentes y al héroe de la democracia occidental Gorvachov, el que entregó a la Unión Soviética? ¿Cómo imaginarse que alguien con tanta destreza iba a lanzar al vacío (sin paracaídas) más de tres décadas de trabajo profesional responsable? ¿Cómo entender que se colocó de manera deliberada al lado de un filibustero como Leopoldo Castillo quien afirma con una sonrisa de perro cualquier mentira, que miente sin pudor y vocifera denuncias tras denuncias sin sustento alguno? Yo lo que me pregunto es, ¿por qué WM puso su prestigio en riesgo? ¿Por la Revolución? Porqué, según mi criterio comunicacional (todo el mundo lo tiene) lo que hizo fue repetir en su programa “de izquierda” la vieja y desusada consigna contrarrevolucionaria de la “robolución”. ¿Porqué lo hizo, San Francisco de Asis? ¿Por el Comandante Hugo Chávez? ¿Por lo del chavismo sin Chávez? ¿Habrá que creer en esto también? Pero, ¿será –como dicen- que se arrechó tanto y dijo, en un arrebato de cólera televisiva: “Ahora me voy a vengar del militarcito ese de la custodia presidencial que no me dejo sentar al lado del presidente en el avión, si Señor... Después pensaré quien fue el imperialista yanki que no me permitió salir del avión presidencial para cubrir el discurso de nuestro Presidente en la ONU... ”

Por favor, no me hagaís reír más que estoy recién operado de la vesícula... me decía un amigo cuando le comentábamos todo este sainete. Por que todo ese polvorín comunicacional bajo la consigna de “Abajo la Robolución”, ha desgastado energías en nuestra propia cancha y precisamente en la cancha ideológica (una de la más débiles), por que se levantó justo en el momento en que regresaba Hugo Chávez de New York, aún con la boca seca por el grito libertario que hizo temblar el herrumbroso andamiaje de la ONU. ¿Será que WM supone que la “robolución” se va acabar por obra y gracia de San Miguel Arcángel? ¿Cómo es eso, si él sabe perfectamente que la corrupción existe desde la colonia? ¿Será que no ha leído a Abel Posse? Hay muestras incuestionables de la batalla que se libra contra la corrupción en la Venezuela bolivariana.

Lo demás son bravuconadas, bravuconadas peligrosas revestidas de diálogo sano, zapateos en un húmedo estudio de televisión, que de ninguna manera contribuyen a debate fértil. Todo lo contrario crean dudas y confusión en nombre de la libertad, la democracia y el tótem capitalista: la libertad de expresión. Lo demás es estridencia ociosa. Es invocación ahistórica del derrumbe de los muros de la corrupción mediante puro voluntarismo moral, y no en el enfrentamiento contra una herramienta más del saqueo al cual hemos estado sometidos durante más de 500 años de coloniaje... En ese sentido, crear confusión en torno a este tema es sumamente delicado, e intentar, mediante este recurso, soslayar la histórica intervención de Hugo Chávez en la ONU, casi asfixiada por esta diatriba inútil y dudosa, se puede interpretar como una de las maniobras más astutas de la maquinaria contrarrevolucionaria en el país.

Alfredo Lugo
Cineasta

Qué es la comunicac



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