En el caso de “Dossier”, es increíble que a pesar de haber tenido ante nuestros ojos el comunicado que VTV y el MCI dieron a conocer, y en donde se exhorta al Sr. Walter Martínez a retomar sus actividades y cumplir con sus obligaciones contractuales, se tenga el topeé de decir que su programa fue “suspendido”. En dicho comunicado se dice inclusive que el canal 8 valora el aporte comunicacional que brinda el programa “Dossier” y que la planta televisiva no ha incumplido o faltado a ninguna de las cláusulas del contrato suscrito entre ambas partes. Pero Martínez, válgame Dios, no aparece. Martínez abandona el juego, la cancha.
Si el canal del Estado le sigue brindando en bandeja de plata esa ventana de inimaginable poder de comunicación mediático que es la TV, difícilmente encuentra uno alguna excusa o reparo como para entender su ausencia. Si hay sabotaje expreso o velado a su programa, tiene allí servido el escenario para denunciarlo. Ninguna falla en el audio o falta de iluminación lo impedirá. Si hay, como dijo, casos flagrantes de corrupción a algún nivel dentro de la planta o donde sea, y dispone de las pruebas y las evidencias como declaró frente a millones de venezolanos que lo sintonizábamos de lunes a viernes, que no se quede en generalidades o vaguedades y canalice por los canales regulares su denuncia. Como es natural, VTV conmina a Walter Martínez a hacerlo, en un fragmento del comunicado conjunto con el MCI, y digamos de una vez que el hecho de que el Ministerio de Comunicación e Información suscriba el comunicado, significa que ya no solo es el canal 8 sino el Ejecutivo quien emite su contenido.
Ahora, vale la pena recordar que no solo fueron referencias enardecidas a supuestos casos de corrupción no precisados todavía, lo que escuchamos esos dos últimos días de emisión de su programa. Martínez, con igual –si no mayor- ardor, nos espetó:
“Vamos a mostrarles como se cubre la ONU sin estar en la ONU!! ” y a continuación sacó su carnet ante todos nosotros, carnet que lo acreditaba para poder desenvolverse como corresponsal en la ONU con total libertad. Pero Martínez no estaba en Nueva York. Y entonces uno se pregunta para qué mostró el carnet. No sería para decirnos que era él y no Ricardo Durán quien debía estar allá? Pero eso, solo tiene la potestad de decidirlo la directiva del canal. Falta de humildad? Orgullo herido? O habrá pensado Martínez que de forma obligada VTV debería enviarlo como corresponsal cada vez que hubiese un acto en la OEA o en la ONU? Está incluida esta condición en su contrato con la planta? Sorprendentemente la gente se acuerda de su denuncia sin nombres y no de este pequeño detalle. Y aún cuando VTV le exhorta a retomar sus actividades, se empieza a regar que fue “suspendido” por su tremenda denuncia de nadie ni de nada; y en la alimentación de esta matriz de opinión tiene mucho que ver la contrarrevolución. Nadie niega que haya corrupción y que debamos combatirla donde esté, y además tener el coraje de denunciarla con nombre y apellido si nos es posible, pero rasgarse las vestiduras como lo hizo Martínez por TV no tiene sentido si no hay un señalamiento concreto. Y este es el detalle. Desde el primer instante en que Walter Martínez mencionó a la ONU y mostró su carnet y repitió: “¡Vamos a mostrarles como se cubre la ONU sin estar en la ONU!” , nos pareció que su exasperación no obedecía a lo que “denunció” segundos después, ya que una cosa no tenía absolutamente nada que ver con la otra. Será esta la típica incoherencia de quien se queja de varias cosas para desahogarse por una, la que de verdad le molesta?
Días después, en un emisión del programa “La Hojilla” con Mario Silva y el diputado Luis Tascón, éstos tocaron el tema “Dossier” y, al igual que gran cantidad de “iluminados”, ellos decidieron concluir que Walter era un valiente que había sido “suspendido” por tener el coraje de señalar a nadie. Tascón espetó que en VTV se coaccionaba a los periodistas al estilo de AD y de GloboVisión pues al solo entrar se topó con dos narradores de noticias que le dijeron haber sido suspendidos por haberse negado a leer el comunicado MCI-VTV, en dónde no hay una sola palabra ofensiva contra Walter Martínez. Se puede entender que los narradores José Manuel Coa y Fabiana Ochoa hayan alegado sentirse incómodos al tener que leerlo por ser Martínez un compañero de trabajo, y el asunto de su suspensión y su posterior retorno es un asunto que ellos y la planta deben resolver. Lo que no se puede entender es que un diputado como Tascón llegue directamente a usar este caso, al mismo momento de enterarse, para atacar al canal del Estado dentro de sus mismas instalaciones, y que a su vez Mario Silva escuche impávido su perorata sin siquiera acotar que respeta su opinión pero que no toma partido por ella. Y es aquí cuando irrumpe una llamada telefónica que pone las cosas en su lugar. “Mario, Tascón, cuidado. Reflexión, responsabilidad…”. “…Hay afán de protagonismo y falta de humildad de algunos”, y la directora de VTV “cuenta con mi completo apoyo”. Más claro no canta un gallo. O “a buen entendedor…”
Augusto A. Campos Flores
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