Sólo Chávez, el por siempre imprescindible, tuvo los corajes bien puestos para anunciar su por ahora y cumplirlo con creces hasta el día de su muerte. Si alguien semejó al hombre nuevo que presagiaba el Ché, fue nuestro Hugo; nunca propició pacto alguno para nada, menos para las Habilitantes con las cuales inició el proceso de refundación de Venezuela. Las Habilitantes de Chávez fueron motores para el Estado Bolivariano y Socialista delineado en la Constitución del 99, logro absoluto de Chávez junto al pueblo sabio que lo reconoció uno más entre todo el proletariado revolucionario, y sólo a él le confiamos la política y la vida por lo que resta de este siglo y los siglos venideros.
Al pueblo venezolano, sabio y paciente como cantaba Alí, nunca lo engañó el Opus Dei, ni Rómulo Betancourt, ni Rafael Caldera, ni Douglas Bravo, ni Bandera Roja; ni el mismo José Vicente Rangel despertó al cunaguaro vanguardista que hibernaba con un ojo abierto al acecho de un revolucionario cabal, de un hombre de la Era nuestramericana, de un Chávez nuestro que estás en la Historia, para decir basta y echar a andar al compás de una canción emancipadora. El pueblo venezolano acudió presto a todos los llamados de Hugo, dos derrotas revertidas luego, ratifican al genial estratega: el revocatorio convocado por la derecha fascista, y permitido por la ingenuidad o la estupidez de liberales castrados para distinguir al pueblo de la burguesía, que le confiaron a la godarria la recolección de firmas y legalizaron con ello el absurdo fraude de las listas planas; la reforma a la Constitución votada en contra porque en la Asamblea Nacional los oportunistas le pusieron tanto plomo en las alas como pudieron, convirtiéndola en un batiburrillo de intereses sectarios y protagonismos individualistas, que los diputados chavistas no pudieron o no quisieron ver, o vieron y se hicieron los yo no fui para luego acusar al pueblo de inmadurez política, de no estar preparado para el socialismo.
Hoy más que nunca y con urgencia, están obligados Maduro y la alta burocracia del PSUV, a analizar la habilitante en clave semántica Chávez, para no perder su legado ni el camino recorrido, ni la senda de ese camino, para que la historia os absuelva, para no lamentar como imbéciles históricos, lo que no supieron defender como chavistas. Jamás urdió Chávez pacto alguno, ni en contra ni a favor de nada, él vivenció la ética y nunca se traicionó a sí mismo, Chávez representa lo opuesto a la traición, por su modo de hacer opuesto a lo cínico. A la transparencia de su verbo y de su acción los perros de la guerra le ladraban: emocional, bocón, intempestivo, forajido, temerario, loco, al Águila que no cazaba moscas.
Hoy más que nunca exigimos de quienes dicen ser sus hijos, la misma transparencia, los mismos corajes bien puestos en su sitio, la misma acción revolucionaria sin mampuestos, sin cinismos liberales, sin argucias adecas, sin pactos saltatalanqueras, si no hay quórum para habilitarle poderes especiales a Maduro, que gobierne con el pueblo, águila no caza moscas y los corruptos no ameritan leyes especiales, con el Código Penal basta y sobra para frenar la delincuencia exógena y al montón de corruptos que militan en el PSUV.
Depurando la administración pública, conjurando el nepotismo, y democratizando el ejercicio de las funciones de gobierno, se derrota a quienes han logrado capitalizar el justificado descontento de mucha gente, se le corta la cabeza a la hidra que paraliza el accionar revolucionario del chavismo decepcionado. No se requiere Habilitante para derrotar electoralmente al fascismo caprilista y cualquier otro fascismo, lo único que se necesita es una constituyente en el PSUV para ponerlo a bailar al son del pueblo. Para ejemplo un botón: en Lara debieron claudicar, léase bien; claudicar a favor del socialismo, todos los alcaldes que están y los que quieren alternar con su consorte, ninguno ha hecho nada, ninguno es socialista, ninguno es demócrata, ninguno hace falta, todos entorpecen la revolución, incrementan el gasto electoral y ensanchan a futuro el espacio electoral del enemigo.
Mucho cuidado con habilitarle al fascismo el diputado 99
