Mi muy querido, respetado y ausente físicamente, aunque con mucha vigencia en sus ideas Rigoberto Lanz en el año 2006 (http://www.aporrea.org/ideologia/a21573.html) escribió sobre dos tipos de derecha: "la histérica" y "la liberal" refiriéndose a las dos corrientes que se desarrollaban en aquel momento del lado opositor venezolano, una con odio de clase y otra con claridad ideológica liberal o neoliberal, y conciencia de clase burguesa.
Para Rigoberto, entre estos dos tipos de derecha, la más peligrosa era "la histérica" y con la que se podía dialogar de manera transparente era "la liberal". Al leer este artículo me ha sido inevitable preguntarme si existe un tercer tipo de "derecha" venezolana o si las de Rigoberto se han unificado y ha emergido una nueva segunda derecha, la "derecha endógena", la infiltrada, aquella que dentro del proceso revolucionario se ha logrado posicionar, con franela roja y Chávez en la boca, de espacios estatégicos de poder con el fin único de enriquecerse, potenciar el rentismo petrolero y poner en verdadero riesgo el legado del Presidente Chávez.
Sabemos que la derecha histérica o liberal es oposicionista, es claramente identificable, ha mostrado sus colmillos de manera permanente, por tanto es un adversario que aunque cobra diversas formas, está definido. Pero hay otra, la más peligrosa para el momento histórico que vivimos, aquella derecha que durante años se ha ido posicionado dentro de las estructuras de poder, que dice ser socialista y chavista, aquella que es incapaz de críticar públicamente algún desacierto de nuestro gobierno o dirigencia política, porque tiene muy claro su objetivo, acceder a todos los niveles de poder a través del la sumisión y el "jalamecatismo".
La estrategia de la "derecha endógena" es muy sencilla, sin pasado de lucha revolucionaria conocida, en el anonimato, por compadrazgo o "méritos técnicos" van posicionándose espacios que permiten ir acumulando poder, su interés no es un bien colectivo, ni el desarrollo de un Estado Comunal, pero no tienen ningún prurito en copiar la estructura discursiva revolucionaria y reproducirla, aunque sus acciones estén absolutamente contrapuestas a los valores pregonados. Son pragmáticos y obedecen las instrucciones bajo una " disciplina" que no cuestiona nada, aún cuando se sepa que eso producirá daños irreparables a la revolución.
Pero no queda ahí, los más habilidosos de la derecha endógena, además de saber preservar puestos de poder, empiezan a acumular capital, y para ello desplazan al que lo denuncia, intimidan al revolucionario más valiente, y compran la complicidad de los más débiles. Se convierten en una red, ya que entre ellos se identifican rápido y articulan acciones para seguir acumulando más poder y más capital.
Algunos en el camino se cansan, y deciden retirarse para disfrutar de su condición real de "nuevos ricos" o "burgueses rentistas", otros salen de la red por conflicto de intereses o por afectación a terceros en la acumulación de capital, estos últimos caen en desgracia y terminan siendo investigados, juzgados y algunos, los más pendejos, terminan presos, todo dependerá del nivel de información que manejen.
Esta "ultra derecha endógena" controla algunos medios de comunicación claves, algún sector de la banca, importaciones en casi todos sus niveles, se vincula al narcotráfico y una parte de la industria petrolera, en pocas palabras, no producen nada, se basan en la especulación financiera y de divisas, y además generan presión en la fijación del precio paralelo de divisas.
Pero la "ultra derecha endógena" no trabaja sóla, ya que en su afán de acumulación y como un asunto de castas, está se entrelaza con la "derecha histérica " o con la "derecha liberal", se casan entre ellos, uno financia al otro en los capitales semilla que garantizan la multiplicación exponencial en muy corto tiempo de las ganancias, con la garantía de la impunidad basada en el uso de la estructura del Estado Bugués rentista que heredamos y aún existe intacto.
Y mientras tanto, la guerra económica es denunciada por el Presidente Maduro, y en su discurso el señala como responsable sólo a "la derecha del frente" obviando a "la derecha endógena", aquella que realmente tiene la capacidad de hacer una guerra y gestar las condiciones para un golpe económico tipo Chile.
Nicmer N. Evans