Usted de seguro ha leído en periódicos privados durante años, a analistas económicos con argumentos aparentemente precisos, diciendo que el país está quebrado y que no pasa de las navidades sin que Venezuela colapse, trayendo como consecuencia la necesidad de buscar ayuda en los organismos financieros internacionales y que la ruina es el destino seguro (todo los años, durante 14). Con esos largos argumentos esbozados que se podrían hacer un juego enciclopédico se analizan variables macroeconómicas en los ámbitos monetario, fiscal, cambiario, petrolero y un largo etcétera, causando en las personas desligadas de la realidad (disociados) vivan en un estado constante de angustia, aunque la cotidianidad y el tiempo le demuestren que esos expertos casi nunca aciertan.
Aunque obviamente a esos analistas económicos se les nota un marcado interés político en sus predicciones llevándolos a acumular errores, gozan de la aceptación de un sector, no solamente por su inclinación también política y casi dogmática, sino por los argumentos basados en análisis numéricos que parecen lógicos e incuestionables, soportados a través de gráficos, tablas estadísticas, teorías mediatizadas como la inventada mano invisible del mercado, leyes de oferta y demanda, etc. Juran y perjuran que la economía de un país será de determinada forma y mucha gente, incluso con gran preparación académica, creen en esos 'analisis' de forma ciega.
Eso se debe a algunos factores, uno de ellos es de carácter sicológico social, pues influye el hecho que esos expertos posean un título reconocido en alguna universidad prestigiosa casi siempre extranjera. Otro factor es que los economistas utilizan la llamada corriente positivista, que consiste en la interpretación de una serie de variables numéricas, para predecir en el tiempo, el comportamiento de la macroeconomía del país.
No obstante, esta corriente en lugar de ser tomada como una herramienta útil, los expertos la convierten en un dogma, donde los datos manipulados a conveniencia se juzgan en forma determinante, sin tomar en cuenta que esa, ni ninguna otra corriente, tiene la objetividad absoluta. Además que la positivista tiene como principal propósito, darle sustento lógico a un sistema que se basa en un crecimiento sin límite y la maximización de la ganancia, ignorando, por conveniencia más que por indiferencia, que su aplicación trae consigo la destrucción de la humanidad y la de muchas especies. Ese sistema depredador al que le da sustento el positivismo es por todos conocido como Capitalismo.
Ante esta percepción del mundo, es obvio que estos señores analistas jamás se acercarán a la realidad latinoamericana ni venezolana, quedando en ridículo ante ellos mismos y los grupos económicos a los que representan. Y nunca se acercarán a la realidad, porque ellos hacen análisis para decir lo que un sector quiere escuchar y no para describir nuestra realidad económica, que tiene características muy particulares. Casi todos esos analistas parecieran hacer mini textos de autoayuda, para que la clase social burguesa tenga esperanzas sobre el retorno de una cuarta república que gobernó a favor de sus intereses. Por ello, se pueden ver absurdos y contradicciones por parte de esos 'expertos' en los medios de comunicación, como por ejemplo defender a los especuladores que han venido aumentando el valor de las mercancías en más de 1000% (el record es de 11000%), dando argumentos sin moral alguna como por ejemplo decir que 'las empresas en el país quedarían en la ruina por no dejarlos hacer usura'.
Eso trae como consecuencia que la población descubra que esos economistas o expertos son financiados por ese grupo de estafadores para emitir tales juicios o que hay algún interés de grupos foráneos. En definitiva el experto pierde credibilidad de las masas y sólo pasa a tener credibilidad relativa por un pequeño sector dogmático, fanático y alienado, que no se da cuenta de la necesidad imperante de la justicia social, algo que no se controla bajo los parámetros de la corriente positivista que siempre se inclinará a favor de la maximización de las ganancias de los que más tienen. Sin duda alguna estos analistas no toman como válido frases como de Mandela cada vez más vigente; "una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada" o más recientemente del Papa Francisco "Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de las mayorías se quedan cada vez más lejos. El desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho del control de los estados"
En ese sentido, no reconocen que la mejor manera para que una economía salga adelante es tener como prioridad al ser humano, y que lo económico jamás debe anteponerse a lo social, por ese motivo, no se puede analizar a un país con la premisa de crecer ilimitadamente en detrimento del pueblo, pues los recursos de un país deben estar subordinados a los intereses de la mayoría de la población. Además esos expertos no tienen la suficiente visión de diferenciar conceptos como el costo de la inversión social. Ni se dan cuenta que al satisfacer las necesidades del pueblo con los recursos que obtiene la nación, los habitantes lucharán con ánimo para la superación del país, pues saben que el esfuerzo empleado, aparte de traer el beneficio colectivo inmediato, conlleva también el incremento de la calidad de vida de su descendencia.
El resultado de sus errados análisis, aparte de su descredito, hace que año tras año y elección tras elección, el pueblo venezolano y gran parte de nuestro continente, se incline por el Socialismo, porque comprueba a través del tiempo que bajo ese sistema, el Estado beneficia a la mayoría de la población y no a un poderoso grupo económico nacional o foráneo. Por otra parte, el analista seguirá fracasando, porque se aferra a paradigmas no válidos. Por ejemplo, una de las creencias que ha prevalecido en esos expertos es el mito europeo, donde se ha dicho que están los mejores economistas del mundo y por consiguiente, los analistas de oposición creen que se debe imitar con precisión lo que en esa parte del planeta se hace en cuanto a medidas económicas. Es un mito, no sólo porque Europa pasa por otra de sus crisis, sino que desde antes de la edad media ya tenían la mala práctica económica de agotar sus propios recursos sin atender a su población llegando a estar casi al borde de su propia extinción. Tuvieron que recurrir a invasiones exterminio y apropiación de los recursos, primero en África y Asia, luego en América. En resumen, lo que tiene (o lo que le queda) a Europa no es producto de sus medidas económicas, sino del saqueo y robo a otros continentes. Crearon la Unión Europea con las riquezas que aun poseían, y bajo los parámetros de fortalecer a los que más tienen han sucumbido una vez más a la ruina y explosiones sociales. La diferencia de la actual crisis en Europa de las anteriores es que no quedan más continentes que saquear utilizando la fuerza militar, pues ha sido desplazada por los Estados Unidos.
En este sentido, esa clase de analista por lo general, toma como cierto cualquier medida puesta en marcha en Europa, sin darse cuenta que su éxito o fracaso está influenciada por otros factores que no son aplicables a la realidad de este lado del mundo, sobre todo en Venezuela que ha liberado a gran parte del continente en el siglo XIX y unido a Latinoamérica a finales del siglo XX, y parte de lo que va en el XXI.
Es por ello estimado lector, que leer a esos analistas del desastre en periódicos como El Nacional, El Universal, Tal Cual o el Nuevo País, etc. es perder el tiempo. Ellos nunca entenderán (o reconocerán) que el país a crecido tanto económicamente como social y políticamente desde que Hugo Chávez Frías alcanzó el poder, gracias a los votos de la mayoría del pueblo venezolano y que ahora continúa su crecimiento con Nicolás Maduro, que a pesar de una guerra económica y campañas de descrédito ha logrado reafirmarse como líder y está tomando las medidas necesarias para que Venezuela siga en su ruta indetenible de desarrollo. Ese crecimiento es envidia de cualquier país donde su economía esté a favor del "libre mercado".
En consecuencia, los lectores creyentes de esos analistas opositores, seguirán chocando con indicadores que hablan de desarrollo económico constante como por ejemplo, se refleja en 42 de los 59 trimestres donde ha el PIB ha crecido y los otros 17 que ha decrecido se debió al bajo precio petrolero en 1999, al sabotaje petrolero 2002-2003 y, al año 2008-2009 donde hubo la fuerte crisis financiera mundial producto de las medidas económicas aplicadas durante décadas, que estos "genios-analistas" de oposición defienden y quieren que sean implementadas aquí. Asimismo, los lectores que creen en esos expertos no pueden explicar porqué hay un incremento continuo de inversión en educación, salud, vivienda y defensa durante once años consecutivos (inluyendo los años 2002-2003 y 2008-2009) si supuestamente no hay dinero ; o la pujante inversión en la Faja Petrolífera del Orinoco que nos llevará a los 6 millones de barriles diarios en el 2019, donde los venezolanos saben que esos ingresos son para el bienestar de la población y no para favorecer intereses de grupos económicos o transnacionales. Eso sin mencionar que ya nuestro país acumula muchos logros que países no han podido alcanzar mediante sus modelos económicos. Un ejemplo de ello, son las metas del milenium antes del tiempo pautado; o el reconocimiento de la FAO de que de todos los hambrientos del mundo ninguno es venezolano, recientemente un informe del CEPAL reconoce que el país ha bajado su índice de pobreza en más de cinco puntos y la extrema en dos puntos porcentuales. Todo eso contradiciendo los postulados del Capitalismo y su sistematización que hace su corriente preferida como lo es el positivismo.
En esta entrega se ha razonado sobre los analistas económicos, basados en sus predicciones que nunca llegan (ni llegarán) a concretarse en periódicos desprestigiados de derecha que se autoproclaman objetivos. No se ha mencionado ningún "experto" en particular porque el propósito es observar sus prácticas de forma general y darle algunos criterios, desde mi modesto punto de vista al lector, que ojea esos periódicos parcializados para complacer a los grupos sociales pudientes. En el próximo se artículo disertará sobre los 'sesudos' opinadores-analistas en el ámbito social y político de la oposición, para entender porqué ellos tampoco aciertan en sus predicciones y al igual que los positivistas, hacen el ridículo constaste en la opinion pública nacional como internacional. Muchísimas Gracias por leer este artículo.
@betondc