A pesar de los acercamientos hechos públicos, recrudece la confrontación entre oposición y gobierno en Venezuela, tras el asesinato de Mónica Spear; siento que es oportuno que el gobierno solicite la propuesta de la oposición para atacar el problema de la delincuencia, pues es responsabilidad de todos(as) y entre muchos dimes y diretes aún ignoro cuál es la propuesta de quienes se oponen al Gobierno Bolivariano.
El gobierno minimiza la cifra de homicidios, la oposición abulta la cifra, y las cifras, al pueblo venezolano, sólo nos sirve para generarnos miedo, desasosiego y fortalecer nuestra sensación de inseguridad, de vulnerabilidad.
Algunos padres y madres sugieren a sus niños que no griten, a gritos, que no tomen cosas ajenas, cuando ellos(as) las están tomando, que no mientan, cuando ellos(as) están mintiendo, que no peleen con otros, cuando ellos(as) están, permanentemente peleando… les dicen que fumar hace daño y los hijos(as) los ven fumando; ignorando que los niños(as) aprenden de nuestro ejemplo, porque se escucha más duro lo que hacemos que lo que decimos.
No hay duda, que los adultos somos responsables de lo que nuestros hijos(as) son en su vida adulta, no de lo que hacen, pero si de lo que son; pues lo que nuestros niños (as) son en su vida adulta, depende un 95% de la formación que les dimos, de los valores con los que los criamos; y su formación depende un 95 % de lo que nos vieron haciendo, del ejemplo que les dimos; así que si te vieron destruyendo tu vida (ingiriendo alcohol, droga, cigarrillo, incluso, trabajando más de 8 horas por día) no les digas que matar es malo, porque ellos(as) aprendieron a no valorar la vida y pudieras haber criado un asesino(a); no necesariamente el problema tiene que ver, solamente con que su papá o su mamá, hayan matado, esa es otra historia. Si vieron que no te ganabas las cosas materiales honestamente, posiblemente tendrás hijos(as) ladrones; si te vieron irrespetando tu cuerpo, sin duda, tus hijos adultos serán los responsables de los delitos de lesiones, hurtos, etc, porque lamentablemente no les enseñaste el valor del respeto.
Por otra parte, si tu niño(a) te ve resolviendo los conflictos a gritos, a manoteos, a trancazos, con violencia, seguramente de adulto será violento(a); aprendió de tu ejemplo; no le enseñaste a practicar la tolerancia.
Me permito aclarar una vez más, violencia y delincuencia, no son directamente proporcionales, muchos, cuando tocan el tema se circunscriben a los delitos violentos: robo, secuestro, violaciones, algunos tipos de lesiones y algunos tipos de homicidios, pero no podemos obviar que en esta sociedad tan descompuesta, no en todos los tipos delictuales se ejerce violencia sobre la víctima, ejemplo los hurtos, apropiaciones indebidas, estafas etc requerimos un agresivo plan de prevención que va atado a la formación ciudadana y un agresivo plan de represión; el primero para delincuentes en potencia y el segundo para delincuentes en ejercicio.
Hoy, me siento capaz de expresar el sentir de la mayoría de los(as) venezolanos(as): nos embarga el miedo, por nuestra integridad física, por nuestra vida, por las de nuestros hijos y nietos; y todos(as) rogamos por un paliativo de inmediato, pues todos(as) sabemos que la solución es a largo plazo, es un asunto de formación ciudadana, de desaprender anti valores para aprender valores; sin embargo, exigimos la urgente aplicación del artículo 55 constitucional que establece: “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes…”
No nos sentimos protegidos por los órganos de seguridad del Estado, nos atracan en las principales avenidas a la luz del día, en las busetas, en el metro, en las colas en las autopistas, entonces dónde y cuándo se cumple esa garantía? Necesitamos sentirnos seguros, el Estado venezolano, tiene el deber de garantizar nuestra seguridad personal.
Nos embarga una profunda impotencia; máxime cuando algunas veces, los atracadores son funcionarios de los órganos de seguridad llamados a protegernos.
Por otra parte, ya es hora que concienticemos que los derechos humanos de los trasgresores no pueden estar por encima de los derechos humanos de los vulnerados. La mayoría de las veces los delincuentes tienen más defensores en la llamada “Sociedad Civil”, que los agredidos.
Yo si creo que el Gobierno Bolivariano, al que respaldo y he respaldado siempre, ha errado en las políticas anti delincuencia; el primer error, insisto está en confundir violencia y delincuencia, es decir tratarlos como si fuera el mismo problema. El resultado de los planes contra la violencia será la práctica de la tolerancia y en consecuencia la PAZ CIUDADANA, el resultado de los planes contra la delincuencia, será la práctica del respeto y en consecuencia, la SEGURIDAD CIUDADANA.
Les aseguro que si logramos reducir los índices de violencia, tendremos una población más tolerante y habrá paz, pero no necesariamente se van a reducir los índices de delincuencia, puesto que insisto, no todos los delitos son producto de los niveles de violencia; muchos son el resultado de la práctica de los anti valores o valores negativos aprendidos en la infancia.
Los delincuentes son seres que no conocen el valor del respeto, por tanto, no respetan la vida, no respetan la integridad física de los otros, no respetan la propiedad ajena; la inseguridad que genera la delincuencia existente no se ataca con deporte, no se ataca con teatro, no se ataca con música; esos son planes preventivos, en los que deben estar presentes los programas de formación ciudadana, con actividades educativas y talleres formativos, en las escuelas y en las comunidades; y que no deben ser confundidos con los necesarios planes represivos que deben imponerse para atacar la delincuencia, especialmente la delincuencia organizada.