Mirando ayer el atardecer caraqueño desde mi balcón, la hermosura de la montaña y la tranquilidad de la avenida en la que vivo, vinieron a mi mente como una película, imágenes de la belleza de mi país, de norte a sur y de este a oeste; y apartando que ciertamente somos la apetencia de los gringos por la cantidad de recursos naturales que posee nuestro suelo, me preguntaba: será que ya no quedan venezolanos con amor hacia este país, será posible que la inmensa mayoría, hayamos decidido ser tan pendejos para seguir creyendo que a los políticos de uno u otro bando les interesa el bienestar del pueblo, sociedad civil o como quiera que se le llame a esa parte, que junto con el territorio y el gobierno conforman lo que se llama Estado? O será que el odio de lado y lado nos ha cegado tanto, que ya ni pensamos por nosotros mismos? Y mi corazón se inundó de sentimientos encontrados, entonces decidí revisar el Facebook donde sólo hago publicaciones amistosas y familiares y conseguí un artículo del Dr. Alí Ramón Rojas Olaya publicado en Últimas Noticias el 6 de diciembre de 2016 referido al odio, reproducido por Ennio Di Marcantonio.
Leyéndolo recordé cuanto protesté en la década del 70, muchísimo, por desacuerdos con las políticas de los gobiernos de turno, por solidaridad con otros pueblos del continente, por presupuestos para la Universidad etc etc etc. Llevé varios peinillasos, absorbí bastantes gases lacrimógenos; muchos compañeros estuvieron presos y fueron lesionados y torturados, cientos fueron asesinados. Y me pregunté: cuál es el objeto de las guarimbas, con qué fin venezolanos se enfrentan con los cuerpos policiales, con piedra y armas de fuego; que se tiene previsto para recuperar el valor del amor; la gratitud con esta tierra maravillosa, la solidaridad de la que un día nos sintiéramos tan orgullosos, la compasión, con los nuestros, la vocación de servicio; el respeto, la honestidad, y no conseguí respuestas.
Entonces me motivé a escribir para hacer estas preguntas, quiero que alguien me responda, con respeto y honestidad:
1.- ¿Cual es el plan para reactivar el aparato productivo del país y lograr la soberanía alimentaria, para que ningún funcionario y/o empresario deshonesto o país "enemigo del gobierno de turno", nos ahorque más nunca, por el estómago?
2.- Los gringos no necesitan carta interamericana para intervenir un país; yo quiero que alguien me diga: ¿Quién se beneficia con una intervención estadounidense? ¿De verdad queremos que nos gobiernen los gringos, que roben nuestros recursos, destrocen nuestro país, nos maltraten, vulneren nuestros derechos? o ¿Nos vamos a matar unos con otros? ¿Quién se beneficia de una guerra civil en nuestro país?
Señores reflexionemos todos; los líderes políticos de lado y lado han cometido errores, algunos inexcusables y quizás intencionados, pero aún se puede recapacitar. Es hora que la dirigencia política de lado y lado deje de pensar en sus apetencias, en sus intereses, en sus negocios y piense en el país, en su población. Venezuela merece una guarimba pero de amor.
Nos estamos convirtiendo en una sociedad delincuencial, porque tan delincuente es el que bachaquea como quien le compra al bachaquero; tan delincuente es el funcionario que pide dinero para agilizar un trámite como el que le paga; tan delincuente es quien reprime, como quien lanza una molotov, tranca una calle, y/o daña los bienes públicos. No podemos permitir que el odio nos siga encegueciendo. Venezuela clama por una guarimba de amor.
3.- Quiero saber ¿cuál es el plan del liderazgo político nacional que de lado y lado se pelea por el poder político, para recuperar los 250 mil millones de dólares extraviados de las arcas públicas, durante el ejercicio del gobierno revolucionario, que el pueblo venezolano hoy añora en alimentos, medicamentos, mejor educación, servicios y seguridad?.
4.- Los venezolanos nos hemos desdibujado, producto del odio que día tras día alimentamos, difundimos y ayudamos a duplicar. ¿De verdad es así como queremos vivir, odiándonos, matándonos, persiguiéndonos?. ¿Acaso no vale la pena, reencontrarnos entre nosotros, reconocernos, reconciliarnos con el amor, el respeto, la honestidad, la tolerancia? Yo creo que si porque Venezuela lo merece.
5.- No es ocultando los hechos, ni desinformando, tergiversando, mucho menos mintiendo que se resuelven los problemas; es necesario encararlos entre todos con voluntad de solución, con un liderazgo que se respete y respete al otro sin sectarismo, exclusión, descalificativos, burlas ni amenazas; es momento de retomar el rumbo de la Venezuela solidaria, amable, respetuosa, donde nos sentíamos seguros al menos a lo interno; no nos dejemos llevar como borregos a la desaparición como país, Venezuela se lo merece y el primer paso es reconocer las fallas y tomar la decisión de enmendar. ¿Es posible esto, señores del gobierno, señores de la oposición, o el deseo de gobernar sólo por los privilegios y los negocios potenciales con el dinero público, es más grande que Venezuela y su gente?
6.- ¿Cual es el plan para que los productores y empresarios deshonestos que se han apropiado de los dólares preferenciales, revendiéndolos luego, y que este gobierno por complicidad y/o ineficiencia se ha hecho de la vista gorda, los devuelvan? Yo pregunto: ¿que plantea el gobierno, que plantea la oposición?, porque de esos productores y de esos empresarios hay de lado y lado.
A continuación extractos del artículo al que hice referencia inicialmente y que me sirvió de inspiración:
El odio es un sentimiento de oscura repulsión. Es el caldo de cultivo de la ira. "Explicaba el escritor suizo Hermann Hesse (1877-1962) que "cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros". Para el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams (1911-1983), "el odio es un sentimiento que solo puede existir en ausencia de toda inteligencia". El filósofo y psicólogo argentino José Ingenieros (1877-1925) argumentaba que "el hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios está viejo, irreparablemente". El novelista francés Víctor Hugo (1802-1885) señalaba que "cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga". El escritor irlandés George Bernard Shaw (1856-1950), por su parte, exponía que "el odio es la venganza de un cobarde intimidado"."
Los sentimientos negativos: el rencor, la ira, el odio, la venganza, el resentimiento, la hostilidad, la intriga, la cizaña y los celos son enfermedades del alma. La xenofobia, la misoginia, la homofobia, el apartheid, el machismo, el sexismo, el racismo y la aporofobia, odio a los pobres, son síntomas de este mal. Quien odia excreta en las redes sociales todas sus miserias. Baila, ríe, y celebra la muerte. Si tiene poder tortura, invade, extermina, desacredita, explota, usa la ciencia sin conciencia. Nerón, Calígula, Atila, Hitler, Roosevelt, Kissinger, Pinochet, Thatcher, Reagan, Bush, son algunos ejemplos.
De Bolívar, la prensa enemiga decía que tenía un chancro en el ano y su muerte fue "celebrada" y difundida así: "¡Bolívar, el genio del mal, la tea de la discordia, el opresor de su patria, ya dejó de existir! La oligarquía venezolana propuso un decreto para: 1) quitarle a ese "hijo espurio" los títulos y quemarlos y 2) considerar el 17 de diciembre de 1830 día infausto porque Bolívar murió de muerte natural cuando debió haber sido fusilado o ahorcado. Simón Rodríguez (1769-1854) nos recordaba que vinimos al mundo a "entreayudarnos, no a entredestruirnos".
Reflexionemos, miremos hacia adentro, decidamos hacer las cosas diferentes, el odio se puede transformar en amor y sólo el amor nos hará libres, sólo cultivando el amor, practicando el agradecimiento, la solidaridad, la compasión y el servicio, con honestidad y respeto, podemos sacar de nuestros corazones, el odio, el resentimiento, el rencor que generan el deseo de venganza, lo que fue ya fue el pasado no se puede cambiar, trabajemos en nuestro presente, porque Venezuela está desesperada por una guarimba de amor.