La lucha otra vez ha sido fuerte y de altos sacrificios materiales y humanos; de nuevo la peor parte la han sacado los sectores populares (soldados y colectivos) que están de un lado y de otro, mientras los responsables, enajenados o no, pero igual ejecutores, así como los planificadores o intelectuales, con todo su poderío político, mediático y económico, pudieran salir ilesos en sus tropelías, es decir, impunes.
Los cuantiosos daños materiales a los bienes públicos o privados son incalculables igual que las lesiones físicas y las secuelas psicológicas sufridas por todos; las vidas, hasta ahora, de los más de 28 seres humanos son irreparables, tal como viene se viene dejando en todas las irresponsables actuaciones de los personeros de la derecha antinacional y la de afuera, en su enfrentamiento contra el pueblo venezolano ahora gobierno.
De nuevo, con el mismo aire de razón y fuerza popular, acompañados otra vez de un liderazgo y gobierno decidido, con todos sus estamentos civiles y militares, encabezado esta vez por el camarada Nicolás Maduro, sabemos mantenernos en las necesarias confianza y paciencia para derrotar las guarimbas.
Ahora, para honrar a los hombres y mujeres que inmerecidamente han caído ante las miserables y asesinas acciones de estos degenerados, diseminados en sus diferentes especímenes, entiéndase hombres o mujeres, estudiantes, jóvenes, profesionales varios, luchadores políticos o sociales sin calle, in-comunicadores tarifados, eso sí, todos bien consientes de las consecuencias personales y jurídicas, no se debe permitir, bajo ningún concepto, menos aún, como parte de los acuerdos en las mesas de paz dispuestas por el mismo gobierno, que la impunidad se salga con la suya de nuevo.
Para ello el movimiento popular y el gobierno bolivariano, en sus diferentes responsabilidades y vocerías, deben ser bien serios y contundentes en la insistencia de solicitar castigo ante las instituciones del Estado encargadas de investigar, procesar, pero fundamentalmente sancionar, las conductas y omisiones delictivas perpetradas en las guarimbas, estas son, principalmente el Ministerio Público y los tribunales penales con el TSJ a la cabeza, en razón de no caer en la misma situación de hechos tan igual o peores, como los ocurridos en los tiempos del Comandante Supremo, quien pese a advertirnos sobre lo expuesto por El Libertador Simón Bolívar en su Manifiesto de Cartagena, en cuanto al perdón y mas perdón que traían consigo una y otra conspiración, reinó siempre la impunidad.