Ante las buenas y no tan buenas cantidades de conjeturas, fricciones, cuestionamientos, malos entendidos o cualquier situación que pudiera conllevar a pérdida o disminución de la necesaria confianza y credibilidad en la jefatura de la revolución en esta II etapa de guarimbas fascistas, cuando algunas se vienen apoyando de algunas situaciones devenidas con anterioridad de conductas, errores y/o vicios dentro del proceso; muchos de ellos ya advertidos por el propio Comandante Chávez; recordemos el lanzamiento de las R’2.
En esta hora de bien duras acechanzas, maniobras o camuflajes de la derecha en sus distintos matices, conllevando con una mayor importancia táctica, a que el alto gobierno en aras de lograr allanar el camino a la verdadera la PAZ, se reúna hasta con el diablo o los diablos, también es necesario que se dialogue con aquell@s revolucionari@s, que desde hace un tiempo, en sus razones políticas o personales, se sienten o están distantes del gobierno, cuando, en las puntuales y variadas críticas y observaciones hechas con la intención de aclarar u orientar a la militancia y al gobierno, según su punto de vista, pero sí, nadie ha puesto en duda sus más fervientes compromisos con el Pueblo, la Revolución y/o con el Legado del Comandante Supremo.
Cuando los fascistas, mostrados con el odio inoculado en buena parte de los gûarimberos, convirtiéndolos en in-seres capaces de matar o disfrutar de la muerte, sería un pecado capital y antihistórico, no tomar en cuenta a hombres y mujeres que muy bien aportarían en el campo revolucionario, porque lo han hecho, tanto en los planteamientos teóricos como en la disponibilidad de presencia física para los combates que pudieran venir y en el terreno que se presenten. Ellos están cargados de buena voluntad para ayudar de verdad al gobierno y la revolución, porque en definitiva sería ayudar al pueblo, todo lo contrario de algunos o algunas que, estando dentro y bien adentro, se intuye que en las primeras de cambio, harían lo que se sabe hicieron el 11 y 12 de abril 2002.
Cuáles y donde están, es fácil encontrarlos, solo debe buscarse en las páginas electrónicas y radios digitales como Aporrea, Rebelión, Abrebrecha y otros medios alternativos, allí están bastante hombres y mujeres que, habiendo sido execrados, expulsados, sancionados o simplemente silenciados, incuestionablemente, siguen siendo leales al pueblo y su liderazgo, antes con el Comandante Eterno y ahora colectivo encabezado por Nicolás Maduro.
