La derecha mantiene una agenda electoral y conspirativa: saboteo de la economía, violencia callejera, descrédito internacional, violación de las normas de convivencia mínima en el ámbito de la política, apología del delito, irrespeto a las instituciones públicas, llamado a rebelarse contra el Gobierno, etc., etc., etc.
Los bolivarianos acomodamos la estructura política del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Gran Polo Patriótico (GPP) para enfilar en la construcción del Socialismo bolivariano, el Gobierno actúa en el contexto de la economía y la seguridad para ver de qué manera sobrepasamos la conspiración, denunciamos la intervención extranjera, hacemos la propia del Gobierno revolucionario.
El pueblo, por su parte, en la mayoría del tiempo es testigo y/o víctima de las actuaciones políticas de los grupos que nos confrontamos, por esa razón la simpatía radical por cada uno de los bandos ideológicos terminan por desinflarse, teniendo el chavismo la mejor reserva radical de militantes (y esto lo sabe muy bien la derecha).
Bien, entonces, el reto del PSUV, y la Revolución toda, es darle participación a todo el pueblo en esta batalla para la defensa de la Nación y de nuestro presidente Nicolás Maduro. Solo de esa manera la base social de apoyo se podrá mantener viva en los venideros eventos electorales que son la única forma de aumentar el poder constitucional de la Revolución.
El campo de la economía y la defensa de la constitucionalidad son una oportunidad de darle tareas a todo el pueblo, tal como enseño el comandante supremo Hugo Chávez y lo ha convocado el presidente Maduro. El PSUV puede organizar la iniciativa del Presidente, quien ha llamado al pueblo a transmitirle sus críticas de forma integral para poder conducir su gobierno con la voz del pueblo.
¡Aferrarse a los principios, solo el pueblo salva al pueblo!