En una la cómoda y lujosa mansión de Las Delicias, de Maracay, la gente de Primero Justicia (PJ) encabezado por el presidente del Colegio Médico y dirigente de PJ en Aragua, Ángel Sarmiento, urdió la olla de los muertos del hospital maracayero. No podían faltar los ricos y sabrosos canapés y las frías botellitas de agua mineral.
La reunión tenía como objetivo montar una guarimba médica capaz de crear pánico en Aragua y todo el país dando la sensación que Venezuela padecía de una peligrosa enfermedad desconocida que ya había cobrado ocho vidas. Para ellos contaban con un escenario mundial sacudido por una corriente terriblemente mediática por efecto el Ébola, Chinkunguya, sobre todo en África, que luce como una cortina de humo para desviar la atención de la opinión pública de las feroces invasiones que lleva a cabo El Imperio de manera directa y a través de intermediarios como Israel en varios países. Un médico de PJ infiltrado en el hospital de Maracay presentó el dato de las ocho defunciones que fue el caldo de cultivo de la Olla de Ángel.
Antes de proseguir. Una vez más me permito señalar que una Olla Periodística es un recurso de vieja data que solían utilizar periodistas inescrupulosos ante un día calichoso (falta de noticas importantes ). Para su cocción utilizaban medias verdades, aliños de técnicas de redacción y conocimiento científico del tema. Si usted lee atentamente las declaraciones del presidente del Colegio de Médicos de Aragua y ficha resaltante de Primero Justicia en esa entidad, Ángel Sarmiento, se da cuenta de inmediato que fue bien montada la olla para los necios. Pero para aquellos que tienen noción del tema es un vulgar canarín. Lo único cierto de esa “rinaguer” son los ocho muertos. Lo demás es puro discurso científico maleado, utilizado con sadismo con el fin de angustiar al pueblo.
La segunda parte de La Olla de Ángel fue el respaldo del presidente de la Federación Médica de Venezuela, Douglas León Natera, quién, de pasodoble, “imputo” al Gobierno de politizar el caso siendo que él toda vida ha utilizado sus críticas al Sistema de Salud Nacional como bandera política. Basta analizar su hoja de servicio como francotirador mediático al servicio de La Canalla. Pero hay más. Por allí salió un grupo de ex funcionarios de la IV República que manejaron la salud ofreciéndose como colaboradores del gobierno para ayudar a resolver la “pandemia Mediática”. ¡Miren que vaina! Y porqué no hicieron nada cuando manejaron la Salud, que en ese tiempo dos de tres venezolanos jamás en su vida habían visto un médico. Sin dudas este ofrecimiento de ayuda no es más que una comiquita. Una marisquera bien cursi.
Era fácil desmontar La Olla de Ángel. Y el Gobierno lo hizo. Maduro, como Jefe de Estado, El Asaime, como gobernador de Aragua, Naci Pérez como Ministra de Salud, así como el director y personal médico del Hospital Central de Maracay quienes con pruebas de laboratorio en las manos que demostraron que los decesos ocurrieron por causas muy distintas a las inventadas por el médico fabricante de ollas. Y si La Canalla buscaba crear el pánico en Venezuela con ese embuste se quedaron en la vela porque hasta el mismo Hospital Central de Maracay está funcionando con absoluta normalidad, igual que el resto del país.
Pero es tan vulgar Olla de Ángel es que trataron de hacer ver que fotos de revistas especializadas eran de los pacientes fallecidos en el Hospital Central de Maracay. Por supuesto que La Canalla echó volar ese pote de humo por las redes y por la prensa privada doméstica e internacional. Todo ello ayudado por los dólares y las transnacionales imperialistas de la información.
Cierro estos garabatos señalando que el desiderátum de Ángel y su Olla Médica era, una vez sembrado el pánico en Maracay y desalojado ese centro, meterle candela, incinerarlo para “matar” de raíz el supuesto vector de la epidemia incubada en el cerebro maléfico de La Canalla. Pero se quedaron, repito, con la vela.
