Desde que lo seres humanos adquirieron lenguaje, tienen la capacidad de nombrar hasta lo innombrable, explicar mediante el verbo la belleza y la fealdad, describir una realidad aún por muy “despravada” que sea, y la vida pública no es la excepción con relación a la vida privada, de la misma manera, no solo es mercancía “la vida pública” cuando esta se ve tentada por la corrupción privada, es la vida misma de los privados quienes trafican mediante el dinero, también es mercancía, encubriéndose sus acciones al amparo del estatus social, por eso, vivimos en un país donde la República está asechada por las fuerzas del mercado, aquellas que encarnan “las mercancías” de allí que la herencia histórica del Estado comprende un conjunto de funcionarios que no son ajenos a los vaivenes del mercado, vale decir a las fluctuaciones de precios que amenazan su vida, por lo que se ven obligado a corromperse salvos sus excepciones, porque no todo el estado está corrompido, como no toda la sociedad está corrompida, el Estado somos todos.
El señor Javier A. Vivas Santana (JAVS) expone en su artículo “La muerte del Estado”, publicado en Aporrea, en fecha 06/10/2014, “que estamos viviendo momentos muy degradantes para la República, que tenemos un Estado corrompido en todos los niveles”…agotado en sus conceptos, obnubilados en su fantasiosa historia revolucionaria”. El Estado es una categoría muy general, ¿A qué Estado se refiere el caballero, al Estado capitalista o al Estado de la transición, al Estado de la V República? Al parecer se refiere al Estado que está obnubilado en su “fantasiosa” historia revolucionaria. Es decir al Estado forjado por el chavismo lo caracteriza de “obnubilado por la fantasiosa (…) revolucionaria”. ¿Qué querrá decir entonces el señor con que el Estado chavista es pura “fantasiosa historia revolucionaria”?, ¿Todos estos 15 años de lucha del pueblo por reivindicar sus derechos, y por tanto, todos estos años de revolución es fantástico, y si el Estado ha se halla obnubilado por el pueblo?, ¿No es así?. ¿No son concretas las demandas satisfechas de viviendas, salud y educación, o es pura fantasía que llena de estupor al pueblo o a la clase burguesa?.
Pero al parecer JAVS dice que el Estado, --imaginamos de la V República—“está agotado en su concepto”, por la misma depravación histórica, ¿Pero cuál Estado fenece por la depravación historica? Entonces suponemos que “el Estado de transición, la ideología institucional capitalista enquistada en el viejo Estado de la IV República, en sus personajes que se resisten y que se han “invadido para luchar “asimétricamente” contra las fuerzas que siempre han deseado su derrocamiento”, (el Estado burgués) pero no solo son ellos, también una oposición apoyada por las fuerzas de propietarias de “las mercancías”, que alientan desde afuera, a esas fuerzas internas invasoras del Estado de la V República que se ensañan contra el gobierno que representa Maduro mediante la institucionalidad del Estado. Ahora bien; ¿Dónde está la depravación histórica JAVS, en la retórica del discurso o en los mendrugos lingüísticos?
“Ese mismo Estado, quien todos los días intenta afinar un discurso con el mismo disco rayado, ya no encuentra contra quien apelar sus errores y desaciertos”. Volvemos a la generalización, ¿Cuáles errores y desaciertos?, quedan sin definir al igual que la categoría de tipo de Estado, pero sabemos que el autor dirige “su retórica” contra el Estado de la V República, veamos: “ El término “guerra” se ha convertido en un reparto de mendrugos lingüísticos porque no hay más sustantivos que emplear en la mente de quienes dirigen al país” O sea que “la guerra económica” apenas es sustantivo mental, una fantasía lingüística de quienes dirigen el país para apelar lingüísticamente al culpable, no es real, de manera que los operativos de incautación de la Guardia nacional Bolivariana de combustible, alimentos, fármacos, son apenas “mendrugos lingüísticos”. Además del modo podemos decir, que los comisos de mercancías a las empresas privadas no son parte de “la guerra”, sino simple reparto de mendrugos lingüísticos de los funcionarios del SUNDDAE.
Pero JAVS ve eso como “fantasiosa historia revolucionaria” del discurso, al decir: que “Los enemigos de esa “guerra” pueden encontrarse en el imperio, en la “derecha”, en el paramilitarismo y hasta en el pueblo. Por ello, los culpables de nuestros problemas siempre serán gobiernos, o personajes extranjeros o exiliados cuando estén referidos a circunstancias políticas. Serán culpa de las transnacionales y empresarios cuando no haya más nada en los anaqueles”. No hay duda que la fantasía es muy real, pero cuando JAVS afirma “Incluso hemos sido acusados de “acaparadores domésticos”, porque según algunos voceros gubernamentales, tenemos un “alto poder adquisitivo”, no importa que los precios, fundamentalmente de esos alimentos, nos obliguen a convertirnos en limosneros de nuestro propio salario”. Al parecer asume su papel de acusado, de ser “acaparador doméstico” al decir “hemos sido acusados, por voceros gubernamentales”, ¿Al parecer estamos frente a un empresario? Luego pregunta, “Para qué hablar de los responsables del contrabando de extracción”. ¿Es incomoda la situación, ¿Es pura fantasía el contrabando y la extracción, o simple discurso retórico del gobierno? El señor JAVS, no está enterado de la cantidad de presos y detenidos por estos delitos, pregunta ¿Qué hacen el Ministerio Público y el Poder Judicial? ¡Nada! Todo es retórica. A la final no hay a quien acusar, porque sería acusarse el propio Estado en su ineptitud e ineficacia”.
Como vemos ataca al gobierno, ataca al Estado, piensa que las autoridades no han hecho nada por atacar el contrabando y la extracción, incluso mineros ilegales, que los operativos de la Guardia nacional Bolivariana no han sido eficaces, que no ha habido capacidad, sería bueno que el señor JAVS vaya al Ministerio Público vea los expedientes de cuantos presos y detenidos se halla producto de los operativos militares y policiales, o sino revise las estadísticas de los operativos del SUNDDAE, para que se cerciore de lo irónico de su juicio, que parece más bien fantasía retórica sus argumentos, debería consultar las fuentes de los medios, por ejemplo VTV. Pero no suficiente con atacar al Estado (El gobierno de Maduro) por “inepto e ineficaz”, se hace eco de las criticas foránea e internas, piensa que el Estado no tiene justificación apelando a sus derechos a la defensa, de “la “autodeterminación de los pueblos” y que nadie se meta en nuestros “asuntos internos”, prefiere aceptar la injerencia extranjera, la crítica extranjera de gobiernos, (por ejemplo de los EE.UU, España, Europa) puesto que es “retórica repetitiva” apelar a los valores y principios bolivarianos de la autodeterminación e independencia como “primera respuesta”. Pero aquí viene lo irónico, en apoyo a determinadas corrientes de la “Nueva izquierda” la defensa del gobierno respecto “de voces, precisamente internas, reclamando por un cambio o un auténtico “sacudón” en la conducción del Estado, los epítetos de “intelectuales de cafetín”, “izquierda trasnochada”, “traidor”, “vendepatria”, “fascistas”, “terroristas” o “golpistas” resultan los condicionantes más apropiados”.
No hay duda de que JAVS en su actividad de disentir, no sabe cómo hacerlo, o se está del lado del gobierno de Maduro asumiendo una crítica constructiva, del lado del chavismo, de la revolución fantástica, o sencillamente del lado de “las voces disidentes”, que le hacen daño a la revolución con el fraccionalismo, no hay término medio, o se está con la derecha y sus media tintas, o se está con el Gran Polo Patriótico, lo demás es retórica como sus planteamientos al interrogarse, ¿Cuál es el verbo que debe emplearse para mostrar nuestros desacuerdos con el Estado? ¿Será acaso que debemos responder a la “guerra” con más guerra? ¿O convertirnos en mercancía de pensamiento como bien lo ilustraran Horkheimer y Adorno en tiempos de segunda guerra mundial? ¿O es esa la “guerra” que tanto le preocupa al Estado, la guerra del pensamiento?. Precisamente, esta última es su respuesta, al Estado revolucionario le preocupa la guerra ideológica, y esa la que estamos dando contra el imperialismo y contra los disidentes retóricos revolucionarios que solo saben producir pensamientos como mercancías.
Pero debo recordarle señor JAVS, que aún “¡Claro! No faltará quien retrocediendo la historia, nos recuerde los hechos de 2002 y 2003 para justificar que aún estamos en esa “guerra”. No hay mayor verdad que esta, estamos en guerra de clases, de lucha de clases, y la guerra de pensamiento es una modalidad, testimonio, usted lo tiene: “Hechos que en suma contundencia política, bien pudieran también a llevarme, para recordar las razones por las cuales se levantó un pueblo un 27 de Febrero de 1989, o las acciones del líder Hugo Chávez y su movimiento militar cuando asestaron un golpe mortal a la agonizante política del status quo un 4 de Febrero de 1992”. Ahora que usted desea ver como creo, comparar y hacer analogías especulativa, usted es libre de hacerlo, pero no olvide la historia cambió, usted no puede argumentar que “si tomo por analogía aquel golpe de Estado de 2002 y la locura política de finales de ese año y comienzos de 2003, donde una oposición recalcitrante quiso deponer a Chávez y ésta salió derrotada, ¿acaso las razones que llevaron a la explosión del régimen de Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato, el cual no pudo concluir, no son muy parecidas a las que vivimos ahora en términos de inflación, escasez, delincuencia, asesinatos, corrupción y quiebra moral del Estado?.
Está lejos de la verdad, vea los condicionantes”, aún con acaparamiento de alimentos, ocultamiento, contrabando, extracción, especulación de precios, inflación, delincuencia, asesinatos, corrupción y quiebra moral del Estado, en verdad usted cree que dado el talante democrático del pueblo venezolano desea un golpe de Estado similar al que le dio a Carlos A, Pérez? Su analogía no solo es especulación, toma los deseos como realidad fantasiosa, delirante históricamente, está obnubilado por “la incertidumbre social” , si cree que esto llevará al pueblo hacia la muerte del gobierno de Maduro, es decir al Estado de la V República, no olvide las fortalezas de la revolución, las misiones, la vivienda, la educación, la salud, los mercales, aún con todas las ineptitudes e ineficacia, es lo que el pueblo tiene como esperanza, cuando CAP no lo tuvo, por tanto, cuando dice que la “historia están marcando similares acontecimientos en lo político y económico. Estamos a las puertas de la muerte del Estado”. Usted perdió la esperanza, no es optimista, usted no tiene futuro, ha retrocedido en la historia, no creo que usted quiera repetir la historia como tragedia para invadir el Estado y darle sepultura, en todo caso, es libre de tener fantasías izquierdistas revolucionarias pero eso lo hace ineficaz, hace falta mucho más que retorica fantástica la fuerza social del pueblo, y usted no creo que la encuentra pese a esos “condicionantes”, el pueblo no le responde, y ahora menos cuando la MUD está en la lona del ring. No olvide señor JAVS un Estado fenece, el cuartorepublicano, sobreviviente aún, para dar nacimiento pleno al Estado de la V República en vías de consolidación no sin lucha de clases.