Pero al pueblo le gusta su vaina pues

Navidad capitalista y catártica

            Para un limpio de perinola cuando entra ese “airecito” navideño y ese olor a pintura de brocha gorda, es una pesadillo que aumenta de decibeles a medida que se va acercando el 24 de diciembre. Aunque el 31 de tiene lo suyo el torbellino decembrino consumista como que amina un pelín.

Los medios de comunicación se encargan durante todos estos días de exacerbar el espíritu navideño y generar los grandes negocios acelerando el consumismo. Son muy pocos los que escapan de este malla ciclón, bueno hasta los materialistas y comunistas más acérrimos caen en sus redes. Pero es qué es muy difícil escapar pues por donde circulas escuchas una gaita y te vuelven loco las decoraciones de las tiendas, las ofertas, las invitaciones  a bodas, bautizos, cumpleaños y fiestas de fin de año. Tanto que terminas por comprar una vaina que tienes de sobra en casa. O cuando menos, un pan de jamón o un panetón. En este momento que estoy escribiendo tengo el cerebro aguijoneada por el estreno de mis dos hijos y mi esposa. Yo no. Me conformo con una camisa y un pantalón de guayacán. Por ahí me dijo mi esposa que le van a regalar los zapatos a mis dos hijos. Por lo menos alivia un poco.

Otra vaina es esa  vainita de Amigos secreto. En lo particular no me gusta mucho anotarme en esa ruleta porque uno termina por regalar algo que uno quiere que le regalen que, por lo general es algo fino, costoso, una buena camisa, un perfume vergatario, un libro con tapa dura y hojas de cebolla. Y casi siempre nuestro “amiguito” nos abanica  con un garrufio, una cadena de “gorfil”, un perfume pachulí,  un pantalón de caqui con un solo bolsilla atrás o una docena de franelas chinas blancas de guesito. No mejora nada el enfermo.

Un pelabola en diciembre se les arrugan tanto  las que te conté porque no tiene ni siquiera un fisco para comprar a su bebé el carrito del Niño Jesús. La angustia en Navidad que sufre un hombre porque ni tiene para estrenar ni siquiera unos guachicones, o unos Mr. Keds, como llama un pana a los USK, los lleva a hacer lo que hizo un amigo mío del barrio El Pensil, de Puerto La Cruz, que se fue para Puerto Ordaz porque no tenía que estrenar el 24 de diciembre. En cambio, otro amigo, más realista, no estrenaba ni el 24 ni el 31e sino que esperaba el 25 y el primero de enero para vestirse de smoking tropical (pantalón chucuto  camisa rota y unos Mr. Keds) para celebrar. Era una forma irónica de burlarse del consumismo que desata la Navidad.

TINTERO

La Canalla Golpista intentará de nuevo chalequearle la Navidad al pueblo como lo hizo  la otra vez. Pero no va a poder. Esta vez Maduro les va a agarrar por donde la espalda pierdes  nombre. Porque al pueblo le gusta celebrar su Navidad pues.

TINTERO II

Lo incomprensible de esa Navidad, consumista y derrochadora, impuesta a trocha y mocha por el Capitalismo salvaje y depredador, es la desviación exprofeso del mensaje de Jesús,  que siendo el hijo de Dios y un niño súper poderoso,  nació en un humilde pesebre, en medio de animales domésticos y bosta de vacas.



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Américo Hernández


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