Foto: Alex Jugador |
El pasado mes de octubre, escribí en mi cuenta personal de Facebook la experiencia que tuvimos mi novia y yo cuando acudimos a ver la obra de ballet "Romeo y Julieta" en el Teatro Teresa Carreño. La anécdota dejó de ser personal porque fue compartida casi 200 veces y generó más de 100 comentarios. Parece que muchas otras personas han vivido situaciones similares, tanto así que Nelson Bocaranda ha hablado de esto en su columna, a su manera. Así que quise sacar esta anécdota de mi Facebook y compartirla por aquí también.
Romeo y Julieta fue una obra hermosa para mis ojos poco expertos... arrechísima. Genial. Muy bien lograda. Pero antes de que comenzara la función, la intolerancia opositora hizo que se me saliera el germen "chiabista", tierrúo y castrocomunista. Me hizo perder la decencia. Estaba yo sentado cómodamente esperando la función, allí, en medio de la sala Ríos Reyna, fingiendo ser un joven del este, todo educadito para impresionar a mi novia y tratar de no desentonar al estar rodeado de todo el sifrinaje de Caracas. Cuando de pronto, ya con la sala completamente llena, bajaron las luces y una voz pregrabada sonó por los altavoces, diciendo: "El Gobierno Bolivariano y Chavista del Presidente Nicolás Maduro les da la más cordial bienvenida al Teatro Teresa Carreño". Un grupo de personas no pudieron mantener la compostura y comenzaron a abuchear. "¡Buuuuuuuuuuuuuuuuuuu...!"
De la arrrrrechera se me salió el tierrúo que tenía reprimido durante las guarimbas de meses atrás.... y desde el fondo del alma grité durísimo "¡Viiiiivaaaaaaaaaaa Cháveeeeeeeeeeeeeez!". Mi novia no estaba conforme y empezó a darme codazos, lo que interpreté como "amor, creo que no te oyeron bien, ¿podrías gritar más fuerte?". Y como yo soy un novio muy obediente, volví a gritar más duro: "¡Viiiiivaaaaa Chiabeeeeeeeee, y al que no le guste que se vaaaaaaaaaaaayaaaaaaaaaa!". Y siguieron los abucheos y gritos por un rato... "¡Fueraaa!", "¡vete tú!", las miradas, las caras de cañón, etc.
Les explico el porqué de mi bochornosa y tierrúa actitud: Las entradas nos costaron Bs. 250 cada una en patio, allí, cerquitica de la orquesta. Tan cerca que, si tuviéramos chikungunya, podríamos contagiar a todos los músicos de un sólo estornudo. Es una obra donde participó el Ballet del Teresa Carreño con no menos de 60 personas, además de la Fundación Circo Nacional de Venezuela con unas 20 o 30 personas más, la Orquesta Sinfónica de Venezuela con unos 50 músicos, y el mismísimo Rodolfo Saglimbeni dirigiéndola. Y eso sin contar todos los técnicos, expertos en iluminación y audio, personal de protocolo, mantenimiento, vestuario, maquillistas, estilistas, seguridad... yo calculo que eran no menos de 200 personas trabajando, echándole pichón para hacer esa obra, en un teatro que está absolutamente impecable, con baños de primera, la Ríos Reyna limpiecita y bien bonita, todos los bombillos funcionando, todos los detalles muy bien cuidados, una escenografía bestial, un vestuario hermosísimo, algunos actores y actrices con maquillaje corporal de cuerpo entero que debió requerir varias horas de preparación, y el escenario gigante de la Ríos Reyna funcionando fino (¿sabían que el piso da vueltas para poder tener varias escenografías montadas al mismo tiempo?). Ni contar todas las horas de preparación y ensayos que debió requerir todo eso.
Y todo eso por doscientos cincuenta bolívares.
- ¿Saben cuánto cuesta una entrada para el monólogo de Luis Chataing "Por encima de todos los medios"? Bs. 650. Sí, monólogo. Una sola persona.
- ¿Saben cuánto cuesta una entrada para "Los Hijos del Ocio", una obra con tres de los muchachos que hacían payasadas con Chataing en Televen? Bs. 670.
- ¿Saben cuánto cuesta una entrada para la obra "No quiero show" de José Rafael Guzmán? Bs. 350. (¿No sabes quién es? Tranquilo, perteneces al 95% de la población venezolana que tampoco lo sabe). Alex Goncalves cobra Bs. 380 por la entrada a su obra "Con todo respeto".
- ¿Saben cuánto pedían los revendedores por una entrada en gradas para el último Caracas-Magallanes en el Universitario? Bs. 500
- ¿Saben cuánto cuesta la entrada a una película 4DX en el Cinex San Ignacio? Bs. 860.
- ¿Saben cuánto van a costar las entradas para el concierto "Vuelve en primera fila" de Franco de Vita en el CCCT? Bs. 4.500 la entrada general, Bs. 8.500 la platinum y Bs. 12.500 el ticket diamante.
- ¿Eres de las fans de Romeo, pero de Romeo Santos el que canta como Julieta? Cuando vino a Caracas el pasado mes de julio, cobró la entrada entre Bs. 2.950 y Bs. 14.575.
- Chino y Nacho, un par de opositores radicales que auparon en febrero las guarimbas opositoras desde los Premios Lo Nuestro, vendrán a Venezuela para presentarse en el Festival "Suena Caracas", pagados por el gobierno bolivariano pero con entrada gratuita. Pero también tendrán eventos organizados por la empresa privada: cantarán en el Anfiteatro del Sambil, y las entradas costarán entre Bs. 1.850 y Bs. 7.950. Luego se presentarán en Valencia, cobrando entre Bs. 1.700 y 4.450.
Pueden ver la diferencia abismal de precios. Digan lo que digan, esta bendita dictadura castro-maduro-comunista les ofrece obras de tremenda calidad en el Teresa Carreño a un precio obviamente subsidiado, y todavía se dan el lujo de abuchearnos.
La Boheme. Foto: TTC |
Lo anterior lo escribí originalmente el 25 de octubre. Los días 13 y 15 de noviembre se presentó en el teatro la ópera La Boheme, dirigida por Gustavo Dudamel, que contó con 429 intérpretes y cantantes, según el diario El Nacional: "200 músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, 129 coralistas, 44 niños cantores, juntarán sus voces a los protagonistas". Las entradas nuevamente rondaron los 200 bolívares, un precio realmente bajo si contamos la cantidad y calidad de los artistas presentes. Según el relato fatalista escrita por Bocaranda, los escuálidos gritaban "¡fuera!" sin oposición alguna al escuchar el mensaje de bienvenida, pero una amiga nos comentó que sí hubo muchos chavistas gritando y defendiendo los logros de su gobierno.
Gustavo Arreaza, presidente de la Fundación Teatro Teresa Carreño, le comentó recientemente al periodista Ennio Di Marcantonio que, cuando el Teatro fue inaugurado en 1983, las entradas costaban seis veces el salario mínimo: un precio tan prohibitivo que no sólo excluía a la clase obrera, sino también a la clase media. Fue Chávez quien permitió que el Teresa Carreño se abriera a los sectores populares y medios venezolanos. Por mucho que lo detestes, ten eso en consideración la próxima vez que acudas allí a ver cualquier magnífica obra.
¿Está mal que el "gobierno bolivariano y chavista del Presidente Nicolás Maduro" coloque una voz pregrabada al comienzo de cada obra dándonos la bienvenida? Pues, veamos: Asistir a cualquier película en los cines comerciales implica estar 20 minutos o más observando innumerables cuñas de diferentes patrocinantes, entre ellos numerosos alcaldes y gobernadores de oposición. Y hay que calárselas, pues. ¿O es que también hay que poner fotos y pendones de Leopoldo López en las obras y eventos del gobierno bolivariano para creernos inclusivos? Pero no se preocupen, es casi seguro que Chino y Nacho lo harán en estos días. Y si algunos chavistas responden abucheándolos, no habrá posibilidad alguna de criticarlos... ¡lo que es igual no es trampa!
Gracias al compa Nicolás Maduro y a todos los que trabajan bien duro en el Teresa Carreño (tanto al equipo de Gustavo Arreaza, como a los que tienen años trabajando allí y lo hacen de forma bien profesional). Ojalá puedan ampliarse las funciones y adecuarse los horarios para que más personas de sectores populares puedan asistir a las mismas... recuerden que para muchos no es fácil regresar a sus casas a las 9 ó 10 de la noche.
Y de mi parte: por favor, nunca dejen de poner el mensaje que les recuerde a los asistentes que estas obras, a tan buenos precios, son gracias "al gobierno Bolivariano y Chavista del Presidente Nicolás Maduro". Si bien todavía queda mucho por lograr, no podemos dejar de hacer notar todo lo que hemos avanzado.