1.- Lo que vino tras el fallecimiento del Presidente Chávez fue, sencilla y llanamente, la continuidad de la agenda desestabilizadora y progolpista, acentuando su actuación en la economía. A sabiendas de las debilidades de nuestra base industrial y producción agropecuaria, los sectores opositores decidieron acentuar su morbo y maldad. Para ello, al parecer, no les ha sido difícil aplicar e incentivar el saboteo en todas sus connotaciones.
2.- Más allá de la acción perniciosa y antinacional de esos sectores, nos atrevemos a afirmar que el estado venezolano ha demostrado manifiesta displicencia para intentar desmontar las bases de una economía importadora y rentista. Ha propiciado un diálogo improductivo y, en consecuencia, mantiene vivito el empresariado parasitario-importador-especulador y sus evidentes consecuencias sobre la calidad de vida de los venezolanos.
3.- Este inicio del 2015 pareciera el momento propicio para que la dirección de la Revolución Bolivariana se atreva a poner en la balanza logros, debilidades, errores, necesidades y las iniciativas realmente revolucionarias, a sabiendas que estamos en presencia de un declarado ataque a la economía, con el claro propósito de acabar con la Revolución Bolivariana.
4.- Como levantarse y lograr niveles de prosperidad y confianza no es cuestión de amanecerá y veremos, ha llegado la hora de enseriar la utilidad concreta y efectiva de nuestros recursos y materias primas fundamentales, que efectivamente tenemos en cuantía. Es el momento de la racionalidad, la aplicación de las tres erres al cuadrado y hacer terrenal la consigna “eficiencia y poder popular”.
5.- Es el momento de hablarle clarito al país. Nos atacan por los cuatro costados, económico y mediáticamente. Así, no será necesaria la invasión sangrienta con la que sueñan algunos opositores. Lo que muchos llaman revolución interna hay que acelerarla y la revolución de la revolución, hay que hacerla y ya.
6.- No basta decir que tenemos 7 millones de inscritos en el PSUV, si no hay solidez y convicción para dar respuesta a lo que seguramente es el asomo del ataque al país y a la Revolución Bolivariana. Aunque todos somos necesarios, basta una cuarta parte bien arraigada en los principios y en los objetivos para que esta Revolución tenga aguerridos y entusiastas defensores.
7.- La vehemencia y entrega que todos los días demuestra el Presidente Nicolás Maduro y la dirección revolucionaria, es la mejor muestra y prueba para ser optimista sobre el futuro de nuestro país. Los pasos que siguen seguramente estarán enmarcados en el incentivo al aparato productivo, el afianzamiento de la inclusión social y la profundización de la democracia popular y el socialismo.