- Voy al Country Club a jugar mi Te canasta de las cuatro de la tarde. Si llega el Bombardero te agradezco la recibas, y le dice al vecino que esa bomba es mía, y qué con mi bomba no se meta.
Mientras tanto en los cerros de Caracas se veían las mismas lucecitas que hemos visto en Siria, Libia, Irak, Panamá, Guatemala, Grenada, etc., como un adelanto de los saltapericos navideños. Lejos estaba de pensar La señora y sus amigas del “Contri”, que las bombas son personalizadas y que sólo son dirigidas a los chavistas, a los barrios y la gente de los cerros caraqueños, que no había porque preocuparse porque las bombas no las tirara ría en La Lagunita ni en ninguna urbanización del Este. Las bichas solo las lanzaría Obama en el oeste caraqueño. La misma receta operaría en el resto del país: Bomba matachavistas. Los Oligarcas y antichavistas no tenían porque preocuparse. Su exoneración bombardérica estaba garantizada.
Había comenzado el bombardeo sólo en el Oeste caraqueño. Pero los dueños de todos los Centros Comerciales del Este caraqueño, chorreados, los habían cerrado. Sin embargo la ilusa Señora del “contriclub” iría al Sambil a comprarse una costosa cartera y un collar de diamantes para la boda de su hija.
A todas estas CNN se daba banquete cubriendo el bombardeo para los hdp de La Canalla, que estaban viendo el bombardeo desde Miami, instalados en sus lujosas mansiones, que se habían ido una semana antes del bombardeo porque ellos si sabían que las Bombas Personalizadas, no existen. Un tanto igual hacía la BBC de Londres para disfrute de los europeos. Cerrando. Sería interesante que Schemel encuestara al pueblo venezolano sobre el impacto del decreto Obama y de la displicencia de la Oposición en cuanto a su tratamiento del asunto. Seguro que se da un culazo.