UNO
Una enorme ola de patriotismo -- en el mejor sentido de la palabra -- recorre la Patria de Bolívar. Dos ancianas mayores reprenden a un adolecente que celebra con absurda alegría la supuesta llegada de los marines para salvar el país y sacar al “malandro graffitero mayor” (palabras mas o menos, de una opositora) de la presidencia del ahora peligroso país del petróleo, los metales del futuro y la alegría –Chico no seas loquito, ni ignorante, si los yanquis vienen a jodernos, lo sacaremos a patadas como hizo nuestro Bolívar con el imperio español. (Deme usted 1000 hombres como esos zarrapastrosos, furiosos y magníficos guerreros que mientan llaneros y le pongo Europa a sus pies. Que buena repuesta de ese General Español llamado Pablo Morillo a un rey con cara de idiota. Un lugar común, pero muy válido, recorre nuestro pensamiento y palabras en los 912.050 kilómetros cuadrados de nuestro territorio nacional. Al final de la reprenda, doña Juliana le dice a la otra dama. -- Yo ya estoy en la milicia y hice mi primera práctica con un fusil y aunque los cinco disparos fueron a parar al piso, ya aprenderé -- Conversación esta que pongo como testigo a la estatua del mismísimo Bolívar que parece despertar de su pedestal. Y no precisamente en cien años.
DOS
Da una inmensa alegría que una hermosa niña de cuatro años juegue con sus juguetes y se pare firme cuando oye a Chávez cantando el himno nacional y afirme que Simón Bolívar es su padre, que Guaicaipuro es su abuelito. Estos son los muchachos del futuro. Carajitos y carajitas de cuatro y cinco años que todo lo absorben con sus genialidades. Con razón que el gigante puso toda sus esperanzas en estas futuras generaciones que si van a ver y vivir una revolución. Son demasiados pilas para pasar desapercibidos. Cuídense yanquis de estos temibles y terribles patriotas del futuro.
TRES
Si Venezuela es la puerta de Suramérica, nada es de extrañar que se haya convertido en un manjar muy apetecible para el imperio gringo y aunque usted no lo crea o le parezca absurdo, más temprano que tarde vendrán por la Amazonía. Les adelanto una idea que anda persiguiéndome durante mucho tiempo: Dos continentes están en la mira del imperio Angloestadounidense. Apropiarse de África y sus riquezas en complicidad con la Unión Europea y la América del Sur. En ambos continentes abundan todos los oros conocidos y por conocer y los minerales del futuro: el grafeno, el siliceno, el litio y el coltan y demás yerbas. Lo de señalar a Venezuela como un peligro para su seguridad no es más que el principio de algo mucho más profundo que el decreto del becado Barack Obama y sus compinches de Wall Street (en inglés: 'Calle del Muro') . Ya lo explicaré más adelante en otro artículo. Hay un connotado profesor que publicó un texto escolar donde colocó la Amazonía como un territorio o protectorado gringo y no les adelanto más nada. Por ahora. Tengan paciencia como la que hay que tener para frenar cualquier ataque contra los venezolanos del imperio. Viviremos y venceremos.
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