Fraude vs. Dignidad

Nunca estudié el idioma alemán. Me arrepiento porque quizás me toque usarlo en un futuro cercano. Pocas cosillas he aprendido. En alemán doñita (dicho con distingo de género) se dice: Frau. Alemania se dice Deutschland y en muchos casos se usa como siglas de lo alemán DE. Frau DE es entonces la forma de llamar con germánico acento a todas las doñitas (sin distingo de género, localización geográfica o aparente color político).

En esto días en que con razón se denuncia la solidaridad automática de gremio, por el caso Bellorin vs. Pacheco, yo me confieso pecador de la solidaridad automática con Jorge Rodríguez, hijo. No es un asunto que pueda explicar sobre el papel. Cuando asesinaron a su padre los compañeros de la Liga Socialista no podían ocultar el desconcierto y ese desconcierto se difundió rápidamente por nuestro medio. Era esa época en que el venezolano de a pie se enteraba de la verdad de esos ajusticiamientos vía papeletas impresas en esténcil y pancartas hechas a mano. Otra época.

Jorge creció pare reivindicar el nombre de su padre. No para tomar venganza por su asesinato. Para muchos eso no esta claro. La misma derecha que había asesinado a su padre intentó vejar nuevamente al Jorge que se hizo cargo de un gran reto. Jorge no solo asumió el reto, Jorge cumplió a cabalidad con su trabajo con profesionalismo. Quienes
declaramos solidaridad automática con Jorge desde el día 1 de su trabajo en el CNE lo hacemos porque entendemos que mueve, cual la fuerza motriz, del hijo de Jorge Rodríguez en la búsqueda y trabajo por una Venezuela justa para todos, sin excepción. ¿Cuanta gente así lo entiende?

Que las doñitas del Este (dicho sin distingo de género) acusaran a Jorge de parcialidad, corrupción, complicidad, vaya y pase, para eso estaba preparado. Con ese cuchillo de cartón no lo iban a cortar. Pero cuando eso ataques venían de listas bolivarianas y de presidentes de supuestos círculos bolivarianos, cuando candidatos revolucionarios auténticos (marca registrada) denunciaron fraude en las elecciones, cuando se castiga con un verbo que solo se utiliza para el enemigo a un hombre como Jorge Rodríguez, cuando se le acusa de violar la constitución, solo para satisfacer egos heridos, o evidentes fallas organizativas dentro de esas fuerzas revolucionarias autenticas, cualquiera, incluyendo un Jorge Rodríguez, siente abrirse nuevamente las heridas que le hicieron cuando, todavía niño, asistió al sepelio de su padre. No lo dice. Demasiado macho (dicho sin distingo de género) para llorar por esa traición en descampado.

Me solidarizo nuevamente con Jorge Rodríguez. Su renuncia debe ser una lección. Una lección de coraje y de seguridad en la institución (porque creó una institución) que abandona, pero también una cachetada brutal a la cara de las doñitas del Este(dicho sin distingo de género) y a todos aquellos que traicionan el ideal socialista en cada berrinche que forman, con cada denuncia falsa que hacen, con cada ataque a los compañeros del equipo de gobierno que hacen, con sus ataque solapados e "inteligentes" a cualquier iniciativa de gobierno, con sus putadas de "contraloría social", con esos orgasmos "yotelodije" por fallas en las políticas publicas de una revolución de nosotros, con nosotros y para nosotros. Jorge ha dado una lección de dignidad como pocas las que ha recibido Venezuela en décadas.

Dignidad!!!, que algo queda...


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Manuel Brito


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