Para extirpar el fascismo

El mes de mayo ha estado signado por la conmemoración de actos heroicos a nivel mundial, destacando entre ellos de manera indudable el triunfo de la Unión Soviética sobre el fascismo que hace 70 años se convertía en amenaza mundial.

Desde ese referencial del año 1945, la historia de la humanidad ha estado signada por evidentes síntomas de recurrencia de este fenómeno político que tiene la significación de estar estrechamente unido al sistema capitalista, como estadio práctico de su preservación.

Recuérdese que a raíz del derrumbe de la Unión Soviética el teoricismo capitalista, nada ingenuo, aplaudió, cuesta entender las razones, el fin de las ideologías. (¿?). Efectivamente se trataba de hacer más público y vistoso la caída de la expresión del socialismo o el comunismo, representado indudablemente por la fuerza económica e ideológica de la URSS, como contraparte de la llamada "guerra fría", que efectivamente dividía el mundo.

Si bien las prácticas fascistas están unidas a la historia represiva de los estados capitalistas, es cuestión de convertir el quehacer político teórico y militante en permanente lucha para confrontar este fenómeno político que se ha convertido en peligrosa plaga para la humanidad, sobre todo cuando a sus protagonistas les cuesta convencer con el uso de la razón.

La permanencia y consolidación del capitalismo, a golpe y porrazo, acoge en ese proceso el uso de manera cotidiana elementos claves del fascismo. La represión sofisticada mediante el avance tecnológico y el uso de modernos medios de comunicación social, son combinados con las prácticas más aberrantes y arcaicas. Hablamos de un uso cotidiano del salvajismo carcelario por parte de los Estados Unidos en la Cárcel de Guantánamo, por ejemplo y la imposición de modelos alienantes a través de sus potentes medios.

Todo ese referencial represivo contra el cuerpo y la mente del ser humano ha tenido expresión práctica en todos los regímenes impuestos, a troche y moche, por los imperialistas cada vez que les toca "torcerle el brazo" a los pueblos no afectos a sus planes y condiciones. En este sentido, América Latina es referencia con los regímenes militares impuestos, cuyo saldo fueron miles de desaparecidos, asesinados y exilados.

En estos 70 años de victoria soviética y de la humanidad sobre el fascismo, la lección es continuar la lucha diaria para que no renazca en ninguna parte del mundo. Menos aquí en Venezuela, en donde hemos observado expresiones políticas, cuyo saldo en muertes está fresco en nuestra memoria. No olvidemos: el imperialismo y el fascismo existen. ¡Hay que derrotarlos! ( Dedicatoria: A Nora Castañeda, compañera de luchas)



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Juan Azócar


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