Ya ha sido ampliamente debatido el asunto del transporte en Venezuela, incluso gran parte de la militancia, hoy día tiene conciencia que éste, es uno de los nudos críticos que compone la trama que se desarrolla en el plano de lo económico. Digámoslo sin miedo, ésta Revolución no cuenta con un sistema de transporte público que permita garantizar la distribución de algunos productos básicos para el consumo, o un sistema que garantice la movilidad de la población, y eso traza las líneas de uno de los principales dramas de la "tragicomedia" económica.
Recuerdo que uno de los detonantes de aquella "fiesta candelera", que conoce hoy la historia como el "CARACAZO", fue precisamente el tema del transporte público, la subida abrupta de los precios del pasaje, lo que encendió la mecha de una historia que no culmina aun, que sigue viva y que se está reescribiendo desde lo más profundo del pueblo.
Los llamados a paro por parte del gremio de transporte, no son otra cosa que el siguiente paso, de una conspiración que viene desarrollando su curso y que encuentra su génesis en el asenso de la revolución Bolivariana como alternativa política a las viejas estructuras de dominación de manos de los poderosos de siempre. Es coherente, escondemos los repuestos de los vehículos, subimos sus precios a la estratosfera, luego culpamos al gobierno y lo extorsionamos, exigiéndole solución a un problema que generó la rastrera pseudoburguesía importadora, y poniendo al pueblo en jaque. El gremio del transporte, representado en su minoría por opositores, se reúne con Alcaldes escuálidos y de manera inconsulta, fija los precios de los pasajes, contribuyendo a asfixiar los bolsillos de los trabajadores. Hipócritas, que contribuyen a la inflación, y salen a protestar "por los altos precios de la cesta básica".
Lo terrible es, que obligan a los transportistas conscientes los cuales sí quieren trabajar, al mejor estilo de los cabilleros de AD, a que se sumen a un paro que a todas luces pinta como una acción desestabilizadora en contra de la Revolución.
Ahora bien, las protestas iniciadas en el occidente del país, específicamente en dos municipios opositores y cercanos a la frontera, en San Cristóbal y en el Vigía, correspondientes a los estados Táchira y Mérida, parecieran manifestar, por debajo de la mesa, la "arrecherita" que se ha generado por la implementación del chip de control para el consumo de la gasolina, cosa incómoda, sobre todo cuando el jugoso negocio del contrabando, se ve afectado por el control al acceso del combustible.
Mafias articuladas, al mejor estilo de piratas de carreteras, actuando como cárteles, unen esfuerzos para adueñarse de las vías de transito, de la distribución de los productos, del traslado de mercancía, aumentando los precios de los fletes afectando de esta manera directamente los precios de los productos comercializables.
Sabemos que la situación del transporte es uno de los problemas más críticos que afronta la revolución, es decir no es posible hablar de soberanía, en el estado de indefensión en el que se encuentra el pueblo Venezolano, pues éste grupo de presión, puede motivar a la extorsión, tirando al traste todos los logros que ha venido alcanzando el pueblo Bolivariano.
Incompetencia de la empresa privada y del libre mercado:
Siempre se ha escuchado decir, sobre todo de parte de los pastores del mercado, que la empresa privada es quien genera la riqueza. Uno de los paradigmas para el desarrollo capitalista, ha edificado la idea que el empresario, individual, individualista e individualizado, compitiendo "libremente", genera riqueza con la inversión de capitales, y que cuando el vaso se llena, gotea siempre para que el resto de la sociedad se beneficie del crecimiento individual, individualista e individualizado de dicho sector pudiente. Falso, todo un mito que es "sentido común" en la actualidad, difícil de cuestionar, pues el grueso de la población está convencida que esta es una verdad inmutable. Lo cierto es que no hay nada más falso que los argumentos desarrollistas del capitalismo, y lo que encontramos en la realidad, por lo menos en la venezolana, es una parranda de saqueadores, que reciben dólares del Estado, invierten un 15 %, y el otro 85 % de los dólares recibidos los revenden en el mercado negro. En todo caso, la riqueza la generan los trabajadores, mientras la pseudoburguesía, vive de la renta, y como caimán en boca e` caño, con sus fauces abiertas, esperan pacientemente para desarrollar su actividad especulativa, y de esa forma maximizar su ganancia.
No podemos vivir en más capitalismo, lo único que les hace falta es privatizar la salud, la educación, el agua, etc, (ya el transporte es privado), entonces, la crisis económica que vivimos es producto de la decadencia del modelo individualista, que busca ganar por dos lados, por un lado desde el punto de vista económico con la especulación y por el otro políticamente con la destrucción del proyecto revolucionario. No nos caigamos tanto a mentiras, vivimos en una sociedad de mercado, con atisbo de socialismo, experiencias incipientes que se disputan la hegemonía con la ideologia de la clase dominante. La clase dominante sigue siendo quien tiene el control de la economía y los medios de producción, esa misma clase social, que está poniendo en jaque al pueblo, esa clase social que tuvo en sus manos desde siempre el control de los dolares, la misma que ha controlado históricamente las importaciones, esa clase social que hoy muestra su incompetencia de garantizar la felicidad a las grandes mayorías. Es tal la incompetencia, que ni siquiera pueden garantizarle al pueblo la tranquilidad bajo el modelo de la sociedad de consumo que ellos mismos promueven; son un fracaso total, la Derecha venezolana, la historia lo ha demostrado, no serán más nunca una alternativa para éste pueblo.
¿Hay alternativas?:
Se acabaron, no hay alternativas; no hay, inclúso, posibilidades de hacer algo diferente mientras siga vivo el modelo capitalista rentista. De tal manera, que es urgente edificar un nuevo modelo políticamente sustentable y socialmente sostenible, que de cuenta de las necesidades de las grandes mayorías y dejemos atrás definitivamente la cultura del narco-contrabandista, que vive del Estado sin trabajar, afianzando la identidad "canibalezca" de la "viveza criolla". La Revolución de esta manera, podría hacer una inversión importante en la consolidación de un sistema nacional de transporte público, que sirva como experiencia de una economía mixta, en la cual intervenga en Estado y el poder popular organizado, para controlar la distribución de productos estratégicos para el consumo del pueblo y garantizar la movilización del pueblo trabajador. Aunque se vienen dando pasos importantes en la materia, es necesario acelerar la marcha, para romper definitivamente con una situación que raya en lo vital para la prosecusión de la Revolución.
Una red de transporte público es fundamental, para contrarrestar la bola de nieve que se genera a partir de la ruptura de la cadena productiva, y evitar a toda costa extorsiones que pongan en vilo el proyecto revolucionario, de tal manera, que el fortalecimiento de la Misión Transporte, por ejemplo, no es otra cosa que la posibilidad de consolidar una manera distinta de actuar ante las mafias de las carreteras, a las cuales lo único que les importa es hacer billete. El transporte en manos del pueblo organizado, daría pie a una cosntrucción diferente en términos políticos, sin duda alguna, esto serviría para el diseño de una red que combata la especulación y el acaparamiento. La pelota sigue en nuestras manos, pero debemos hacer contundente un plan que desarticule las bandas de parásitos que en lo único que piensan es en la máxima ganancia.
Hemos visto, somos testigos de los avances que viene desarrollando la revolución en materia de transporte público, la presencia casi nacional de los buses "yutong", y la red que se comienza a tejer es evidencia de una política seria en materia de transporte. Es más, desde los consejos presidenciales, sobre todo en el ámbito de las comunas, se vienen adelantando propuestas para que sean los autogobiernos comunales quienes asuman una nueva red de distribución de distintos rubros a nivel nacional. Una red, articulada con la misión transporte, que mueva la producción nacional y que ponga en la mano del consumidor, a precios solidarios, productos de primera necesidad. Que ellos sigan con su desastre especulativo y ramplón, nosotros afianzaremos nuestra propuesta, responsable con el momento histórico que vivimos y consecuente con nuestro pueblo.
Y si nos joden, es por descuidaos!!!
*Vocero de la casa del Costurero.
Estudiante de la Escuela Popular de Comunicación EPC- "Eulogio Paredes".