Los grupitos opositores siguen en el debate referido a quién será por fin el candidato que los represente en las próximas elecciones presidenciales del mes de diciembre. El debate se hace interminable, porque en ese club de pinochos, nadie dice la verdad, aunque en el fondo, todos saben cómo es la cosa.
Cada uno de ellos está clarísimo de que no existe ninguna posibilidad de ganarle a Chávez. Los errores garrafales que de manera constante y durante años han venido cometiendo les han restado cualquier chance. Por otro lado, el Presidente aumenta día a día en su popularidad, de acuerdo a lo que reflejan cualquiera de las encuestas realizadas últimamente.
En otras palabras, ellos mismos están claros que el fulano candidato único sólo sería una figura decorativa, sin ninguna repercusión electoral.
¿SI SABEN QUE VAN A PERDER, POR QUÉ TODOS QUIEREN?
Por supuesto que parece incoherente que si todos están conscientes de que no existe ninguna posibilidad de ganar las elecciones, entonces la pelea por dicha candidatura sea a cuchillo con liguita, ya que a la fecha hay más de 20 aspirantes a ganarse uno de los títulos más pavosos de la política: el de ex candidato.
La pregunta lógica es entonces: ¿por qué tanto interés? La respuesta es muy sencilla. Quien se convierta en el abanderado de los restos de la oposición en este momento estaría haciendo una inversión a mediano plazo. La jugada sería la siguiente: a) primero, lograr ser el candidato único de la oposición en este momento, b) segundo, pasar varios meses recibiendo la atención de los medios, liderando actos en todo el país y siendo el vocero de las exigencias que tendría este grupo en cuanto a supuestas irregularidades dentro del proceso electoral, c) finalmente, retirarse unos pocos días antes de las elecciones, con la excusa de que no existen las garantías suficientes para participar en las mismas, pero en realidad evitando a tiempo hacer el ridículo debido a la insignificante votación que obtendría.
Este último paso es muy importante, el de retirarse antes de las elecciones, porque sería la única manera de conservar algo de capital político para las próximas elecciones, las del 2012.
LAS ELECCIONES DE 2012
Como están claritos de que no hay quien le gane a Chávez, todos miran un poco más allá. Seis años no son tantos, y saben que en el arte de la política una de las mayores virtudes es la de saber esperar el momento adecuado. Por eso, la mayoría de ellos, sobre todo los más jóvenes, sólo quieren crear un piso político ahora, de modo tal que puedan representar una opción más clara para las elecciones del año 2012, cuando teóricamente, si la Constitución se mantiene como hasta este momento, Chávez no podría optar nuevamente a la reelección.
En otras palabras: dado que es imposible ganarle a Chávez ahora, vamos a trabajar para ser el candidato de la oposición en contra del heredero de Chávez en el año 2012.
Obviamente, esto sólo sucederá si el escogido se retira antes de las elecciones y evita la paliza electoral que está más que cantada en esta oportunidad.
Así las cosas, la realidad es que, entonces, escoger al fulano candidato único será bastante más difícil de lo que parece, porque en el fondo todos quieren ser.
CANDIDATO, C. A.
Para ponerse de acuerdo en el medio de ese aquelarre, en donde nadie lo reconoce pero todos quieren ser elegidos como el candidato unitario, ha surgido la voz, como era de esperarse, de la asalariada del emperador. La señora evidentemente recibió instrucciones de poner orden en el medio de ese desastre y ha propuesto ahora hacer unas elecciones, por supuesto organizadas por ellos, ¿por quién más?.
Lo bueno de esto es que, de esta manera, vuelve a quedar clarito que la misión de su empresa es organizar electoralmente a la oposición. Lo malo es que da demasiada pena ajena ver como esta gente llega al extremo de privatizar hasta los partidos políticos.
Lo que cualquier otro partido político haría, desde lo interno de su organización, con el apoyo y participación de sus militantes, ellos lo tienen que hacer contratando a un grupito de supuestos meritócratas genuflexos a los designios del imperio para que les organice unas elecciones, para escoger a un abanderado que el fondo todos saben que al final del cuento no irá para el baile.
¿Y DESPUÉS QUE HACEMOS CON ROSALES?
El problema es que si logran, cosa bastante difícil, ponerse de acuerdo con respecto a quién sería el fulano candidato, ese pobre, por mucha campaña que haga, luego tendrá que enfrentarse a Manuel Rosales.
El caso Manuel Rosales es bien interesante de analizar, pues este es el único personaje de la oposición que logró mantenerse en su cargo, ganándole a los bolivarianos en un Estado tan difícil e importante como el Zulia. Muchos dirían que justo por eso él debería ser naturalmente el candidato de la oposición, pero el asunto es que Rosales no es tan tonto. El se está guardando también.
Rosales está claro que no le puede ganar a Chávez, es por ello que prefiere culminar su mandato como gobernador, salir por la puerta grande y no con una derrota que evidentemente sufriría si se le ocurriera lanzarse para estas elecciones. Luego tendrá por lo menos tres años para adelantar su candidatura presidencial, ya finalizado su período como gobernador, enfrentándose al heredero de la dinastía bolivariana, en las elecciones del 2012.
Así las cosas, entonces es de suponer que en esta oportunidad los zulianos rosalistas deberán apoyar la candidatura de algún viejo, estilo Teodoro, para quemarlo ahora, para que luego ello tengan el camino libre. Eso porque si el escogido en esta oportunidad fuera alguien joven como Borges, luego tendrían que volver a batirse internamente.
SIEMPRE OLVIDAN LO IMPORTANTE
El asunto es que la oposición, de manera casi obstinada, siempre olvida lo esencial. Mientras se pelean por ver quién sería el supuesto candidato único, mientras unos hablan de generación de relevo y otros de que se necesita un hombre con experiencia política, mientras las liguitas se revientan de tanto lanzarse dardos envenenados, nadie habla de lo importante.
Excepto unos desconocidos de un partido que se llama algo así como Federal Republicano, no se escucha a nadie hablando sobre cuál sería el proyecto político que este candidato adelantaría, en el caso irreal de que llegara a ser presidente. Evidentemente están tan claros de que eso es imposible, que no les preocupa decir qué harían.
Y el problema de la oposición siempre ha sido ese. Así como de la misma manera la fortaleza de Chávez siempre ha sido lo contrario. Cualquiera puede decir que no le gusta lo que el Presidente ha hecho o lo que propone hacer, pero nadie, ni sus más enconados enemigos podrán decir nunca que Chávez no tiene un proyecto. Desde el primer día, siempre ha dicho lo que va a hacer, por qué y cómo.
El problema con los oposicionistas es que nunca dicen lo que van a hacer y eso de dar un cheque en blanco, a estas alturas, no parece gustarle ni siquiera a los detractores de Chávez, porque todavía está muy fresca la experiencia del cheque en blanco que le dieron a Carmona Estanga y que les costó la debacle política más grande de la historia democrática de Venezuela, además de muchas vidas y sangre inocente. Ni en broma.