La principal debilidad de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), es la ignorancia del pueblo en general y más aun de los beneficiarios, de la importancia y magnitud de este programa legado para la humanidad del comandante Hugo Chávez, ni en los mejores sueños de cualquier habitante del globo terráqueo, se cruzaría la idea de que un estado lo beneficiara con una vivienda digna para resolver el techo de su familia y hasta de su generación futura.
Dentro del marco del sistema capitalista el problema de la vivienda no tiene solución, porque es intrínseco a su naturaleza, siempre como parte del mercado inmobiliaria debe haber déficit de vivienda, para que este se mantenga, aunado al control del espacio urbano. Desde la perspectiva del hombre y la mujer se concibe la solución a la vivienda como una acción individual, es en revolución y con un líder de la catadura humana del comandante Chávez, que se crea un programa de tal magnitud que pretende dotar de casas a más de tres millones de familias, si partimos de la estadística promedio de cinco personas por familias estaríamos impactando en el cincuenta por ciento (50%) de la población, partiendo de una población de treinta millones de habitantes de la República Bolivariana de Venezuela.
La GMVV, se plantea la construcción de tres millones de viviendas en tres años partiendo del déficit (tres millones) arrojado por el censo realizado para tal fin, incorporando que anualmente ingresan al mercado inmobiliario trecientas mil (300.000) nuevas familias, lo que implicaría que la meta de construcción de viviendas anual debería ser mas de un millones, tal proyecto requiere una inversión de dinero en bolívares y en dólares abismal, porque un desarrollo habitacional no es solo viviendas, implica servicios: Educación (Escuelas), Salud (Hospitales), Alimentación (Mercados), cuantificar esta inversión, sería materia para un próximo artículo.
Dada la premura y lo factico del proceso GMVV, se contamino con la corrupción burocrática de los entes encargados de asumir el problema de la vivienda, lastre y legado del estado adeco-copeyano, sumado a los nuevos vicios y corruptelas que han surgido al calor del proceso bolivariano, que permitió que el paramilitarismo penetrara de forma premeditada y alevosa los desarrollos habitacionales de la GMVV. Lo cual forma parte de un plan mayor de desestabilización y aniquilación de la Revolución Bolivariana, teniendo como punta de lanza la organización paramilitar creada en Colombia por Álvaro Uribe con factura del departamento de Estado Norteamericano.
Ya se habla que de las setecientas mil (700 000) viviendas entregadas por GMVV, unas ciento setenta mil (170 000) han sido asignadas a familias colombianas, esto es un costo que no lo cubre ningún país del mundo y lo peor es que no hay conciencia, ni ningún tipo de valoración moral ni ética por parte de los beneficiarios, se ha creado un mentalidad de viveza y de apropiarse de los recursos del Estado. La formación de ciudadanía está ausente de la GMVV, tanto para nacionales como extranjeros, las expresiones políticas del proceso no están presentes, lo que ha permitido que el vacío lo ocupe el paramilitarismo colombiano, que es una de las expresiones de violencia y terrorismo más cruentas del siglo XX y ahora el XXI.
Los resultados de la Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP), revelan la conformación de un Estado delictual, dentro de los urbanismos de GMVV, se ha trasladado la realidad Colombiana a Venezuela, con las mutaciones necesarias y los nuevos agregados (redes sociales, internet,). Para desmontar este aparato delictivo, no basta con los operativos, (que dada la emergencia no quedaba alternativa), se debe desarrollar todas una política de seguridad interna que permita no solo eliminar lo existente, sino prevenir su reproducción y generar todo un musculo político-organizativo de seguridad, que rechazase todo elemento de violencia que pretenda penetrar en nuestras comunidades.