Bachacones, vampiros y sanguijuelas

Cada vez que algún pueblo de nuestra América ha decidido asumir una posición soberana, bajo el liderazgo de organizaciones que se han identificado con ideas libertarias y patrióticas, surge de inmediato la desestabilización y el caos para truncar sus aspiraciones. Basta declararse nacionalista, independiente, y ya saben lo que ha significado declararse socialista o antiimperialista, para ser víctima de las arremetidas de la derecha internacional con epicentro en los Estados Unidos.

Así, la historia de las luchas de los pueblos latinoamericanos, está marcada por golpes e invasiones militares sangrientas. La excusa de su principal protagonista, EE.UU, siempre ha sido la defensa de la democracia, como representación gubernamental que tradicionalmente le ha sido dócil a sus intereses. De manera que es larga la lista de países que han sido víctimas del poderío yanqui y miles los compatriotas caídos en estos afanes por seguir siendo dueños y amos de nuestras riquezas.

De manera que allá en el Norte de este rico territorio está un gobierno que históricamente se ha valido de lo inimaginable por llevarse nuestras riquezas, al costo que sea. Gobiernos y sus transnacionales que han sido la vulgar expresión del bachaqueo continuado y sin parangón. Casi se tragan todo el territorio mexicano. No conforme con eso, montan y desmontan gobiernos títeres, como lo hacen en muchos países, subordinados, controlados y dominados con el financiamiento de sus líderes, Y para ñapa les montan bases militares a su antojo.

Pero a propósito del dañino bachaqueo, América Latina tiene un grosero y deplorable historial de despojo, a sangre y fuego, de sus riquezas naturales. España, Inglaterra, Portugal, Holanda, Francia y, ahora, el bachaco moderno, mayor y vulgar: EE.UU.

En todo este tinglado de países desarrollados y modernos, hoy son lo que son porque sencilla y prácticamente "nos mudaron". Así, y a juicio de ciertas categorías sociológicas, nosotros somos "dependientes", "subdesarrollados" y "tercermundistas". Se explica que somos así, para que ellos sean desarrollados y el primer mundo.

La razón es sencilla para hablar de un bachaqueo histórico. Con la alcahuetería de los gobiernos locales nos han chupado y llevado todo lo que han querido. Desde nuestros guaiqueríes, a quienes se les reventaban los pulmones cuando los obligaban en cruentas jornadas a sacar perlas en las profundas aguas en nuestras costas orientales. Desde el petróleo hasta una piedra valiosa y referencial para el pueblo Pemón, como es la Piedra Kueka. Tenía que venir el gobierno Bolivariano para rescatar el oro, colocado en botijas imperiales.

Hablamos de una América Latina, signada por un criminal historial de saqueos, en el cual la vida de nuestros pueblos no ha importado. Para parafrasear a E. Galeano, hablamos de unas venas abiertas que aún no se cierran. Hablamos de una larga, cruel y dañina historia del bachaqueo que comenzó cuando el primer invasor pisó tierras americanas. Nos referimos a chupasangre, sanguijuelas y traidores que lo que han hecho es llevar y llevar, y dejarnos desolación y miseria.

 

 

 

 

 



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Juan Azócar


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