¿Qué le podemos creer al gobierno de Colombia?

En nada. Los hechos hablan por sí solos. En la RNV colocan cada día varias veces, la canción de Alí Primera sobre la guerra del petróleo que se refiere a la hermandad entre colombianos y venezolanos que debería mantenerse. ¿Cuál hermandad? No estaremos hablando de xenofobia, racismo, clasismo o algo parecido, debemos ubicarnos en el contexto geopolítico actual. El experimentado periodista Walter Martínez lo ha dicho reiteradas veces, sobre las declaraciones de un alto oficial gringo que afirmaba sobre el sometimiento a nuestro país a través de Colombia. Esa es una realidad palpitante, viva, en pleno desarrollo y muchos "revolucionarios" aún no asimilan esa amenaza y se limitan a dar declaraciones planas, triviales y evaden el objetivo de todo este maremágnum de eventos en la frontera kilométrica con Colombia y en nuestras entrañas invadidas hace años por paracos y delincuencia importada, entre esos el sicariato y la apropiación (lícita por cierto) de fincas y haciendas por gente de allá. Claro que existe complicidad interna y sobre todo desde la llegada del comandante Chávez (la finca Daktari, por ejemplo) pretendiendo socavar la legalidad mediante actos terroristas para derrocar al actual mandatario. El 15 % de nuestra población es de colombianos, muchos de los cuales trabajan honradamente pero hay un grupo de delincuentes que tienen otras motivaciones de carácter político. Cuando el ejército colombiano invadió la frontera con Ecuador (Uribe era presidente) para asesinar al militante de las FARC, Reyes, el ministro de defensa era Juan M. Santos, quien declaró que si era necesario lo volvería a hacer. ¿De qué tipo de dirigentes estamos hablando? Hoy J.M.Santos ocupa la presidencia y su manera de pensar, sentir y actuar no ha cambiado, solo ha maquillado sus discursos por razones obvias pero la represión en su país, el asesinato de sindicalistas, de más de 50 periodistas y miles de presos políticos, se mantiene como en los tiempos del criminal Álvaro Uribe. ¿Qué podemos esperar de un presidente así, que permite la instalación de siete bases militares gringas y da inmunidad (mejor dicho, impunidad) a los militares estadounidenses para que trafiquen droga y violen cuanta mujer colombiana quieran? ¿Dónde está la dignidad? ¿Dónde queda el respeto el eterno femenino? Y nos preguntamos: ¿Por qué la sociedad colombiana no reacciona ante tanta sordidez? La oligarquía de ese país, fuerte aliada y controladora del poder militar, no lo permitirá, así de simple. No tenemos de vecino al hermano Abel, es Caín en su máxima representación, esa es la cruda realidad de los hechos. La oposición venezolana, sus altos dirigentes y aliados del exterior, son cómplices de toda la conspiración que nos viene desde Miami, España y Colombia y con esos antivalores no deben gobernar este país lleno de gente decente y trabajadora. Muchos "hermanos" colombianos hablan pestes del gobierno desde que el comandante Chávez se posesionó por voluntad del pueblo y votaron masivamente en nuestro país por el bandido Álvaro Uribe desde aquí. Esos son ingratos pues los hemos recibido con mucha cortesía y beneficios que nunca tuvieron en la cuarta república. El gobierno ha dotado de viviendas al 25 % de las mismas a colombianos, fabricadas por la GMVV, algo impensable en el resto del mundo. No ha habido una depurada selección para otorgar esas viviendas y ya vimos lo que pasó en Caracas con la #OLP en esos conjuntos residenciales. La política migratoria del gobierno es un caos, cualquiera puede entrar y no hay seguimiento sobre sus actividades, por la frontera pasan miles de indocumentados con la complicidad de funcionarios y hasta varios delincuentes que estaban (¿estarán aún?) en el SAIME le otorgaron documentación irregular. Nosotros también hemos sido culpables de la alta invasión de colombianos que nos llegan con fines inconfesables, por ineficiencia y omisión. La frontera con Colombia es en verdad una trocha enorme dónde lo que por allí circula es un pantano de delitos sin delincuentes. Todo lo que prometa el gobierno de Colombia para ayudarnos en el desangramiento que sufrimos por la frontera es mentira, él se alimenta de eso y por eso Uribe legalizó el contrabando de gasolina y actualmente las casas de cambio de Cúcuta y Maicao no se rigen por las ordenanzas cambiarias del BRC. Si el tipo de cambio en esas ciudades fuese igual al de Bogotá, entonces veríamos un gesto de buena voluntad del falso positivo J.M.Santos pero lo dudo mucho. El presidente Maduro acaba de anunciar que hasta que no se prohíba la venta de alimentos y productos nuestros llevados de contrabando a Colombia no habrá diálogo. Muy buena decisión. La conspiración no se detiene. No seamos ingenuos. Nuestra patria primero.



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Efraín José Granadillo


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