Santos chilla como hiena herida y su embajador en la OEA monta una llorona

OTROS DATOS, PERO EN MAYOR PROFUNDIDAD, QUE NOS ILUSTRAN SOBRE EL PORQUÉ NUESTROS HERMANOS COLOMBIANOS NO SE DEVUELVEN A SU PAÍS NATAL, A PESAR DE LA "BUENA PRENSA" QUE TIENE COLOMBIA, QUE NOS HABLA DE SU MARAVILLOSA DEMOCRACIA, DE SU ESPLENDOROSA ECONOMÍA Y DE SU SOLIDARIDAD Y DEMÁS BONDADES HACIA LOS MÁS DESPOSEÍDOS.

La situación en Colombia ya venía empeorando, debido -más que todo- a la contracción de los precios internacionales del petróleo, lo que se ha traducido en una considerable reducción de la inversión extranjera directa -IED-, justo en ese campo de su economía, que le representa a ese país el 20 % de sus ingresos fiscales. La inversión extranjera en cuanto al rubro petróleo se ha reducido en Colombia, casi en 29 % (28,4 %), en los primeros siete (07) meses del presente año (2015), al pasar de 8.038 millones de dólares estadounidenses en el 2014, a 5.753 millones de dólares en lo que va de 2015. Y estos son datos que sobre ‘Balanza de Pagos’, han sido suministrados por el ‘Banco de la República’ (Banco Central de ese país).

Y empeora más, porque según se observa en esa misma ‘Balanza de Pagos’ colombiana, a la reducción de inversión extranjera, que se traduce en menores ingresos al país, se suma la fuga de capitales. Que por poseer Colombia el mayor mercado negro de divisas del mundo (como ya lo hemos señalado en anteriores escritos), alimentado por los enormes negocios que el narcotráfico ha establecido entre el mayor productor de drogas prohibidas (Colombia) y el mayor consumidor de las mismas (Estados Unidos), la fuga de dineros se torna incontrolable, al participar numerosos estamentos del estado en la ‘recepción’ y ‘reparto’ de estos frutos del narcotráfico, dineros que generan la parapolítica, que a su vez se manifiesta en escasos controles que eviten tales fugas. Es decir, un círculo vicioso en forma de culebra que se muerde la cola…

Para colmo, el anuncio de la Reserva Federal de los EEUU, de que aumentará las tasas de interés en las próximas semanas, presionará a una devaluación mayor a la macro-devaluación actual que arrastra Colombia desde fines del año pasado, y que -como ya hemos visto- superó sus "máximos históricos", aumentando en consecuencia los costos del endeudamiento público. El crecimiento significativo del endeudamiento ya los vemos reflejado en el presupuesto nacional presentado para el año 2016, en el cual el servicio de la deuda es superior en 8 billones de pesos al monto proyectado para inversión interna.

[ Estos datos, publicados por el Banco de la República, han sido difundidos recientemente (16/AGO/2015) por el diario ‘El Tiempo’, de Bogotá, en una especie de reportaje titulado "Se acelera caída de la Inversión Extranjera", que puede revisarse en la siguiente dirección: http://www.eltiempo.com/economia/sectores/inversion-extranjera-en-colombia-se-acelera-caida/16244270 ]

En las proyecciones fiscales del gobierno colombiano para el 2016, el monto asignado al servicio del pago de la deuda, alcanza los 48.6 billones de pesos, mientras que el de las transferencias para inversión en Salud, Educación, agua potable, y para el llamado ‘Sistema General de Participaciones’ (que trata de la obligación constitucional de transferir recursos a entidades gubernamentales del interior del país), llega a 33.258 billones de pesos, lo que significa una diferencia de 15 billones (por encima) en favor del pago a los acreedores.

Y esto ocurre por la dependencia legal-financiera que tiene el país vecino, del Fondo Monetario Internacional -FMI-. Ya que según la legislación impuesta a Colombia por ese organismo, ese país está obligado a "priorizar" el pago de los intereses de la deuda externa (por encima de cualquier otro gasto o inversión). Que para el año entrante se calculan, "por lo bajo", en 7 billones 900 mil millones de pesos. El problema que tienen ahora es que allá han estimado una tasa monetaria de 2.480 pesos por dólar para manejar el presupuesto 2016, y en estos momentos, a la paridad actual, significaría desembolsos mucho mayores, ya que la macrodevaluación que viene sintiéndose y acentuándose desde finales del 2014, ya superó el hito histórico de 3.000 pesos por dólar del año 2003, para colocarse en 3.240 pesos por dólar, en la semana en que escribo este artículo.

Estas cifras echan por tierra el engañoso discurso oficial, que tanto ‘habla’ de las supuestas bondades de la inversión social en la ejecución del gasto público, puesto que -como vemos- se dedica muchísimo dinero más al pago de la deuda externa que a la inversión en el país. Y a una tasa de 3.000 pesos por dólar, sólo el pago de intereses equivaldría a 7,9 billones de pesos, es decir 1 billón 400 mil millones de pesos más, de lo previsto". Ahora imaginen (o calculen) ese pago de intereses con el dólar a 3.240 pesos…

MATERIAS PRIMAS A LA BAJA

Los llamados ‘commodities’ (que básicamente son las materias primas que tienen y venden los países, sobre todo países como los nuestros, que muchas veces son monoproductores) han venido perdiendo valor en los mercados, y han llegado a su punto más bajo en la última década. Si lo de China no es un primer ensayo para tratar comenzar a manejar la economía mundial, con el escalofrío y los temblores que le produjo a más de un país en este mundo, les ha servido para ‘probar’. Pero al parecer, la remezón de las bolsas chinas se debió a una mala jugada mediática, impulsada por un ‘periodista’ y unos cuantos ‘brokers’ (corredores de bolsa), quienes sembraron y crearon cierto estado de pánico. Y por esa jugada, están siendo enjuiciados y bajo arresto.

De todas formas, si por casualidad ese ‘bajonazo’ fuese producto de una verdadera ‘crisis comercial’, o de una movida económica que los ‘grandes’ juegan a doble banda, el nivel de precios de esas materias primas disminuiría aún más, por ser China el mayor comprador de "commodities". El índice Bloomberg (Bloomberg Commodity Index), que mide la variación de los precios de toda clase de materias primas, desde el petróleo, el gas y el oro, hasta el maíz, la soya, el café, el hierro o el cobre, ha caído casi un 11 % en lo que va del año 2015... Y ni Colombia, ni Venezuela, escapan a este fenómeno, por ser justamente países vendedores de ‘commodities’.

[ Nota que podemos leer en la edición de El País, de Madrid, de fecha 21 de Agosto 2015, titulada "La debilidad China…", en la siguiente dirección: http://economia.elpais.com/economia/2015/07/26/actualidad/1437937870_327794.html ]

EL COMMODITY LLAMADO CARBÓN, TAMBIÉN JUEGA EN LA FRONTERA

La estruendosa reacción de Colombia al cierre fronterizo tiene -además- otras razones. El carbón que sale por el Norte de Santander y va para Europa -vía Venezuela-, se sirve de la infraestructura vial venezolana, para tales fines. El Norte de Santander produce cerca de 200 mil toneladas de carbón por mes, las cuales son exportadas a Europa desde puertos venezolanos. El precio de la tonelada de carbón es de 52 dólares, por lo que con un cierre extendido hacia el norte, que incluya a esas vías, podrían llegar a producirse pérdidas diarias para Colombia, que rondarían los 350 mil dólares. Ese sector emplea, además, a unas 15 mil personas. De allí la doble preocupación en Colombia -en ese solo rubro- de que el cierre de la frontera se extienda, como lo viene anunciando el gobierno venezolano (para aumentar la presión y hacer que se cumpla lo propuesto por Venezuela), hacia los límites zulianos con el vecino país.

PERO COLOMBIA, POR ESTAR PLEGADA (SU GOBIERNO) A LOS DICTÁMENES DE LOS ESTADOS UNIDOS, GOZA DE "BUENA PRENSA" Y CON ESE RESPALDO MEDIÁTICO INTERNACIONAL, EL AUTOENGAÑO Y EL ENGAÑO A TERCEROS, ESTÁ A LA ORDEN DEL DÍA. POR LO QUE EL ONANISMO PRIVA EN LOS ANUNCIOS SOCIO-ECONÓMICOS QUE CIRCULAN CON PROFUSIÓN POR TODO EL ENTRETEJIDO MEDIÁTICO DE LA DERECHA MUNDIAL.

Como muestras de algunos de los anuncios que nos "venden" a Colombia como un ejemplo a seguir, en cuanto a índices económicos o maravillas democráticas, traemos algunas "perlas" que provienen de su gobierno, siempre en favor de las clases económicas poderosas:

A principios de este año, el 28 de Enero (2015), en plena Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el presidente Santos afirmó que la pobreza en su país había disminuido en 10 puntos porcentuales. Lo que no le dijo al público es que para llegar a esa "puntuación", el ‘DANE’ (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), modificó tanto los ‘criterios’ como la metodología para redefinir ‘la pobreza’, reduciendo lo que se conoce como ‘línea de pobreza’, de 281.384 pesos a 187.079 pesos… y la ‘línea de indigencia’ (pobreza crítica o miseria), de 120.588 pesos a 83.581 pesos. Es decir que si usted percibe mensualmente por debajo de estas nuevas líneas, es que es realmente pobre o realmente miserable o indigente… Por encima de estas líneas, correspondientes a ingresos en pesos, usted ‘ya no es miserable’ o ‘ya dejó de ser pobre’…! Lo paradójico, por una parte, es que el denominado ‘sueldo mínimo’ en Colombia está por los 650.000 pesos mensuales, los que a la luz de aquellos ‘topes’ de pobreza y miseria, no podemos imaginar sobre cuáles bases se calcula, amén de que mucho empleadores no quieren pagarle a los trabajadores el ‘mínimo’ acordado; y, por la otra, reducir la pobreza en 10 puntos -como aseguró Santos-, equivaldría a ‘sacar’ de la pobreza a tres millones seiscientas mil (3.600.000) personas… Como para creerle…

Sobre el tema pueden revisar las siguientes direcciones, para ampliar detalles:

[ https://www.dane.gov.co/files/noticias/Pobreza_nuevametodologia.pdf ]

[ La noticia sobre el anuncio de Santos, puede leerse en el Nuevo Siglo, de fecha 28 de Enero de 2015, en la siguiente dirección: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/1-2015-en-4-a%C3%B1os-la-pobreza-baj%C3%B3-10-puntos-porcentuales.html ]

Pero la verdad es que en Colombia la pobreza sigue creciendo. Y con el fenómeno que estaba ocurriendo con Venezuela, mediante el cual las casas de cambio apostadas en la frontera con ese país, llegaron a tener la potestad de fijar tasas de cambio diferentes a las oficiales que emitía el Banco de la República, en Bogotá, y, en consecuencia, tiraban a la baja todas las semanas el valor del bolívar, lo que permitió y provocó, grandes adquisiciones de productos venezolanos (primero los ‘subsidiados’ y luego de todo tipo), por los bajos precios que comparativamente tenían con los de Colombia, y que permitían entrar de contrabando, el gobierno de Juan Manuel Santos se hizo el loco frente a ese perverso fenómeno que cualquier país combatiría, por atentar contra el crecimiento y el desarrollo propios. Por lo contrario, permitió que aumentara, porque contribuía de muchas formas, tanto a paliar la pobreza, la miseria y las diversas necesidades básicas de casi un tercio de la población colombiana, en una región geográficamente lejana de los centros de poder, e históricamente abandonada y menospreciada en los repartos de la inversión estatal; como -también- contribuir a la desestabilización económica y política de Venezuela, siguiendo instrucciones del amo mayor, el que también lo provee de dólares por el sólo hecho de mantener siete bases militares en el territorio del país donde es presidente.

Y ESO SIN HABLAR DE LA GASOLINA LLEVADA DE CONTRABANDO A COLOMBIA

Tal es la magnitud del contrabando de gasolina a Colombia, que básicamente el 90% de la gasolina que circula en Cúcuta y el Norte de Santander proviene (provenía) de Venezuela. Según una nota aparecida en el diario ‘La Opinión’ (de Cúcuta), Cúcuta y el departamento Norte de Santander, demandarían un poco más de 41 millones y medio de litros de gasolina mensualmente, y el gobierno sólo destina a esa región 3 millones 800 mil litros, por lo que entre el diferencial de precios que existe entre ambos países y la permisividad para con el contrabando tolerado por Colombia, está montado el escenario para ese traspaso ilegal que desangra a Venezuela y le resuelve tremendos problemas a Colombia. Para Febrero de este año (2015), Eulogio del Pino, presidente de PDVSA, y ahora también ministro de Energía y Minas, apuntaba que cada día "se fugan cerca de 100 mil barriles de combustible". Si hablamos de litros, eso equivale a la cifra de 15 millones 900 mil litros de gasolina, que saldrían cada día. Y si ese trasvase de combustibles es así de grande, equivaldría al 65 % de toda la cantidad de combustible que se les suministra a los países vecinos miembros de PetroCaribe… (!)

Lo que también ha trascendido, según informes filtrados recientemente, es que Colombia tendría petróleo para apenas 6 años más, si no consigue nuevos yacimientos. Y en cuanto a gas, las estimaciones son de un máximo 10 años. Con la segunda gasolina más cara del mundo, Colombia vende internamente gasolina a sus nacionales, a precios que ocupan el segundo lugar en el mundo en cuanto a carestía, que en gran proporción proviene (provenía) de Venezuela, entra (entraba) de contrabando, y es (era) "legalizada" en ese país.

Con la emisión de los decretos 2337, 2338, 2339 y 2340, de Uribe Vélez, Colombia comienza a apropiarse "legalmente", y sin pagar, de grandes volúmenes de gasolina y gasoil venezolanos. Los combustibles introducidos de contrabando desde Venezuela ya no necesitarían de requisitos para su importación. Uribe también vino a Cúcuta, y en alarde de irresponsabilidad demagógica, y maldad alevosa hacia el proceso político venezolano, ‘legalizó a los fulanos ‘pimpineros’ (aquellos que contrabandean y expenden combustibles en garrafas de plástico, llamadas "pimpinas") y, paralelamente, se crearon los llamados ‘centros de acopio de combustibles’ a lo largo de la frontera con Venezuela, del lado colombiano, autorizando a "empresarios fronterizos" a manejar dichos centros, que desarrollaron capacidades de suministrar gasolina y gasoil, tanto al mercado interno nacional, como al mecanismo de exportación a través de la estatal colombiana, ‘Ecopetrol’.

A partir de ese momento, y según lo afirma el experto venezolano, David Paravisini, las empresas Vetra, Pacific Rubiales y Petromagdalena, junto a Ecopetrol (la petrolera estatal), comercializan como propia, la gasolina venezolana.

EL EMPLEO, ¿ TAMBIÉN DISFRAZADO ? …

Al hacer comparaciones con los demás países de la región, Colombia posee uno de los mayores índices de informalidad laboral, el que al analizarse ‘por género’ arroja mayores cifras en la informalidad laboral femenina. Una investigación adelantada por la Universidad de los Andes (de Bogotá), en Septiembre del 2013, concluyó que el 56 % de los trabajadores colombianos eran informales, añadiendo el dato de que el 88 % de los trabajadores denominados ‘independientes’ (lo que en otros países se denominan "por-cuenta-propia"), se encontraba -también- dentro de la categoría de ‘informales’.

En el tema sobre el empleo, el presidente Santos alega que éste ha mejorado significativamente durante su gestión, afincando su argumentación en los números emitidos por el DANE, que ubican el desempleo en 8,5 % para el primer semestre del año (2015). Pero resulta que los perpetradores de esas ‘estadísticas’, también modificaron la metodología que venía utilizándose para observar el fenómeno del empleo y el desempleo. Y para que bajaran drásticamente los índices de desempleo, incluyeron como ‘ocupados’ a "trabajadores familiares no-remunerados que trabajan una (01) hora a la semana"… (!) …cuando antes se exigía que un trabajador laborara un mínimo de quince (15) horas a la semana, para incluirlo dentro de los índices de empleo en ese rango... A ese absurdo metodológico, importado de no sé cuál sociedad (porque en ninguna -que yo conozca- existe esa categoría), le suman categorías tan ‘nebulosas’ como el sub-empleo y el sector informal, que también son manejadas por el DANE, conjugándolas con el término "empleo".

Lo que sí es cierto, evidentemente, es que a pesar de todos esos malabarismos ‘meta-estadísticos’, el empleo formal disminuye en la medida en que se profundiza la crisis económica. Y en la zona más próxima a lo que representa la frontera compartida con el oeste de Venezuela (Norte de Santander), el índice de desempleo alcanza el 17 %, es decir que dobla prácticamente el promedio nacional, maquillado con los malabarismos del DANE.

[ Sobre esto puede leerse en el diario ‘El Tiempo’, de Bogotá, en la siguiente dirección: http://www.eltiempo.com/economia/sectores/empleo-en-colombia-empleo-informal-crece-a-un-ritmo-similar-al-formal/15157335 ]

Ahora bien, aquel gobierno, el de Juan Manuel Santos, a pesar de todas estas calamidades que viene enfrentando, y que son muy diferentes a las que tenemos en Venezuela, sigue gestionando la crisis económica en favor de sus élites y de los pequeños (en número), pero poderosos intereses económicos privados, a diferencia de Venezuela, que continúa priorizando los destinos de la renta nacional en favor de los más desposeídos.

Y así como Santos preparó a espaldas del pueblo y de la opinión pública en general, los recortes al presupuesto de 2015, que han venido anunciándose ‘por cuenta-gotas’ en los últimos meses -luego de las reducciones por ingresos petroleros y las devaluaciones que han desbordado recuerdos históricos poco anhelados- y que seguramente continuaran en el segundo semestre del presente año, se lanzó con esta "bondad" en favor de los poderosos: el Ministro de Hacienda de la administración Santos, se comprometió frente a los industriales de ese país, en el último Congreso de la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), a rebajarles el IVA en las compras de bienes de capital, al 14 % (dos puntos menos), lo que se traduce en ‘perdonarles’ casi 2 billones de pesos. Lo peor es que este anuncio preludia una subida, por lo menos, de un punto más, del IVA que habían estimado los ‘técnicos gubernamentales’, para la población en general, y entonces tratar de medio-compensar la crisis de ese modelo que ha perfeccionado su calificación de "extractivista", en la medida en que el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con EEUU y Canadá, hace estragos en el resto de la economía.

Por todas estas razones es que el presidente Santos le echa y le "ucha" los perros de la jauría mediática colombiana a la medida del cierre de la frontera y a los presuntos abusos en la deportación de nacionales colombianos, y chilla como hiena herida, porque ahora tendrá que pararle bolas a los habitantes abandonados de siempre de esta frontera, en medio de la crisis que agobia a ese país por mantenerlo entregado de nalgas a los intereses de los Estados Unidos, a cambio de unas migajas que acrecientan notablemente las cuentas bancarias del menos del 10 % de privilegiados, representantes de la más rancia y entreguista burguesía de todo este subcontinente, quienes tienen el mayor peso en la conducción del gobierno de Colombia.

La jauría mediática logra en un primer momento voltear la tortilla informativa, desinformando y convirtiendo a los victimarios (delincuentes, ilegales, paramilitares, secuestradores, hampones y demás) en víctimas… Ya el concierto mediático para delinquir dictaminó que la deportación de un grupo de personas, ha generado "una crisis humanitaria". Y ya también el presidente Santos le respondió a ese coro, que "la{ prioridad de su gobierno es atender la "emergencia humanitaria en la que se encuentran sus connacionales".

Pero ya la contraofensiva mediática venezolana y el hecho de contar con la verdad en la mano y a la vista, han venido colocando las cosas en su lugar, y para el momento de encarar cualquier investigación independiente, objetiva e imparcial, el hacer que resplandezca la verdad verdadera de los hechos, frente a las tragicomedias que han pretendido vender RCN, Caracol, su madrina imperial CNN, y demás prensa y medios lacayos y amarillistas del mundo, será -una vez más- pan comido. Para mala suerte del embajador telenovelero, Colombia perdió la primera votación mediante la cual solicitaba una reunión de cancilleres para tratar el caso de los deportados…

Lo que veo malo, en estos momentos, para los dos países hermanos, es que la situación extrema creada como fricción entre ambas naciones, no sea solucionada en el corto tiempo… primero por encontrarse encaminadas las dos, hacia procesos electorales cercanos. Y ya sabemos lo que eso significa como aderezo para los pobres constructos mentales de nuestros políticos de tradición, expresados en la bravuconería de Santos y en la llorona del embajador colombiano ante la OEA, Andrés González. Y en segundo lugar, también me preocupa, que por una parte Santos pretenda que sigamos solucionándole problemas a su gobierno que son de su estricta competencia, y en consecuencia continuemos ofreciéndole gasolina regalada y comida barata; y por la otra, que el gobierno venezolano deje pasar el tiempo que ha venido devaluando a nuestra moneda, sin tomar medidas para contrarrestar esa demolición, porque se necesiten más bolívares por dólar para la compra de votos.

Pero así venimos desde que comenzó todo esto, cuando se decidió no invertir tiempo e inteligencia en la educación, en la formación, en la creación de conciencia y en dejar siempre ‘para después’ la formación de cuadros políticos para, a cambio, apelar a la compra de votos, mediante dádivas, ayudas, becas, etcétera, además de absurdas remesas, cupos para viajeros, equipamientos con electrodomésticos, y un montón de tentaciones capitalistas y consumistas, que convergen, en buena parte, en el caldo de cultivo de la corrupción.

*Dirigente de la organización política PORESTA, del Táchira.

Miembro del Equipo Directivo Regional.

P. S.: Juan Manuel Santos enfatizó -como dijimos- que "la prioridad de su gobierno" era atender la "emergencia humanitaria" en la que se encuentran sus connacionales. ¿ Será por eso que en un alarde "humanitario" de atender a su pueblo, el viernes pasado (28-A) ordenó aumentar en 30 % el precio de la gasolina en Cúcuta ? ¿ O será que al ver las fotos de las enormes colas que se han instalado en las bombas de gasolina, del Norte de Santander, quiso disminuirlas aumentándole el precio a los combustibles ? Con mucha razón algunos habitantes de la ciudad de Cúcuta, en tono irónico, aseguraron que "ahora si se acabarán las largas colas de carros y motos que esperaban para rellenar sus tanques de gasolina… El nuevo precio se encargará de matar las colas…".

Por cierto que de ser corroborado el aumento que el presidente Santos ordenó para la gasolina que se está vendiendo en Cúcuta, los precios estipulados para las estaciones de gasolina fronterizas (Safec), además de colocarse en pesos (si se arregla el problema de las paridades o tasas cambiarias con Colombia), o en dólares (si Colombia decide no respetar los convenios cambiarios binacionales originales), deben aumentarse, para al menos conservar o incluso disminuirle el margen de ganancia a aquellos que la adquieren a precios especiales, sin restricciones y sin cupos reducidos, de manera que obtengamos mejores ingresos en divisas para Venezuela. Deberíamos dar ese segundo paso, por demás lógico, para que esas bombas de gasolina se conviertan realmente en estaciones ‘internacionales’ de suministro de combustible. Deberíamos aprovechar la ‘tregua’ aportada por el cierre parcial de la frontera, para ir haciendo las conversiones monetarias en los contadores de esas bombas.



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Manuel Rugeles


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