La garantía más segura para no cometer esas desviaciones es desarrollar y aplicar creadoramente la doctrina marxista-chavista, es una estrecha ligazón del partido con la clase obrera y con las amplias masas de los trabajadores. Esta ligazón, que se hace viva realidad inquebrantable si el partido PSUV consciente vincula sus esperanzas con la política de Venezuela, si se siente no un simple ejecutor de la voluntad del pueblo, sino que interviene activamente en la elaboración y aplicación práctica de los acuerdos partidarios.
Y otra conclusión más que tiene, a nuestro parecer, importancia internacional, universal. La revolución socialista da libre curso al progreso multifacético del pueblo. Pero esto no significa que desde ahora el progreso se asegure automáticamente, ni que las relaciones de producción y las fuerzas productivas estén en correspondencia de una vez y para siempre unas con otras. El impetuoso desarrollado de la producción, la ciencia, la técnica y la cultura, así como el propio desenvolvimiento de la personalidad plantean nuevas demandas ante la organización del partido. Se plantea el problema de la constante renovación del socialismo sobre su propia base. En caso contrario, en la social surgen trombos, fenómenos de estancamiento, y los problemas económicos y sociales pueden agudizarse hasta un límite peligroso.
Nuestro Líder lo dijo bien claro. La capacidad de hacer un análisis autocrítico, evaluar sensatamente su propia actividad, sacar las conclusiones necesarias de los errores y fallos del pasado también es una de las formas importantes de la lucha por el socialismo. Éste es el principio cardinal de la exitosa actividad del partido de la clase obrera, que nos legó el gran Chávez.
Debemos tomar enérgicamente el rumbo a acelerar el desarrollo socioeconómico, renovar del capitalismo nuestra vida, liberarla de todo aquello que impide al régimen socialista desplegar su apreciable potencial político, económico y espiritual.
En esencia, todos nosotros tenemos un mismo objetivo: aprender, lo más rápido posible, a utilizar en plena medida las enormes posibilidades de nuestro régimen; hallar una óptima combinación entre el centro y la periferia, entre las esferas estatal y social, entre la gestión y la autogestión; estimular mejor la labor del pueblo, su actividad laboral y política y su conciencia cívica.
La esencial del socialismo, como es sabido, se expresa con la fórmula: "De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según su trabajo." Procuramos que esta fórmula se vea confirmada por el quehacer diario, que no haya lugar a una nivelación de salarios, que se estimule por todos los medios el trabajo altamente productivo y se observen rigurosamente los requisitos de la justicia social. Utilizamos para ello también las palancas económicas, la fuerza de la convicción y la fuerza de la ley.
Vivimos en una época extraordinariamente compleja, en que tendencias contradictorias se han entretejido y han hecho colisión a escala global. Revoluciones sociales y desesperada resistencia de las fuerzas obligadas a desaparecer de la arena histórica; ascenso impetuoso del progreso científico-técnico y su reverso, que amenaza con poner fin a la propia vida del Chavismo y la Revolución; es importante progreso en todas las esferas de la ciencia y las artes, y degradación, que tiene su expresión en la "cultura masiva" engendrada por el imperialismo; lujo frente a la miseria y hambre en medio de la abundancia; pujante movimiento hacia la interdependencia, hacia la aproximación y enajenación, hostilidad entre país y grupos de Estados del mundo actual. Todo esto engendra en no poco pueblo el desconcierto y pavor ante el futuro.
El lema del socialismo en tan responsable período actual de la evolución histórica, es desarrollar el pensamiento vivo y de verificarlo en la práctica político-social. Debemos apoyamos todo lo que favorece a los genuinos intereses de los pueblos, a la paz, a la paz, a la justicia social y al progreso de los pueblos. A todo lo que contradice estos objetivos, lo dejamos resueltamente de lado.
Presidente Nicolás Maduro: En Venezuela hay 870.000 colombianos con sus papeles en regla; todos los 5.000.000, restantes colombianos no tienen los papeles en regla; pero todos tienen cédula falsa suministrada en Colombia. La mayoría de estos colombianos hay que investigarlos.
¡Gringos Go Home! ¡Pa'fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!
¡Chávez Vive, la Lucha Sigue!
¡Viviremos y Venceremos!