La Inflación en la Historia (Caso Venezuela)

La inflación es un término o indicador macroeconómico conocido como el aumento generalizado de los precios de los bienes transados en una economía. Es una de las variables económicas más importante y controlándolo se puede garantizar el ingreso real a la población y la competitividad de los productos en el mercado nacional e internacional, por eso se combate.

La inflación, en Venezuela está determinada por factores como: la estructura de los mercados en la oferta y demanda de los bienes y servicios; la política de gasto y déficit fiscal; la política cambiaria y las devaluaciones del bolívar; la política monetaria, que corresponde al nivel de liquidez monetaria, tasas de interés, la estructura de costos y los márgenes de ganancias; y las expectativas macroeconómica.

La inflación, como nos ilustra el amigo Alonso Camacaro, es un fenómeno que no se puede inducir (generar, estimular, producir) desde afuera del gobierno, porque es el resultado de poner enormes cantidades de dinero provenientes de actividades no agropecuarias, fabriles o manufactureras, en manos del público. Cuando esto sucede las personas utilizan ese dinero para satisfacer sus necesidades (demanda de bienes y servicios), pero al no conseguir que comprar (por no haber oferta de bienes y servicios suficiente) los precios de lo poco que se consigue, se eleva desmesuradamente (inflación y especulación).

Eso ha sucedido y se repite desde la época del Imperio Romano, pues cada vez que Roma ganaba una guerra, entiéndase los recursos de los botines y robos por expoliación y saqueos, aumentaba el dinero en manos del público, lo cual generaba el aumento de precios de alimentos, sandalias, caballos, herraduras, aceites, entre otros.

Pero una de las verdaderas causas del fin de Roma como Imperio y, lo que es más importante, como civilización no fueron los bárbaros, si no los propios emperadores romanos, que dinamitaron su propio mundo aplicando recetas económicas que hoy nos resultan muy familiares. El Imperio Romano vivió, literalmente, de saquear a sus súbditos. Los gastos imperiales crecieron porque sólo se podía sobrevivir a la sombra del Estado. El Imperio legaba: "Vivid en armonía, enriqueced al ejército, ignorad lo demás".

Los romanos se habían empobrecido fenomenalmente en sólo unas décadas por culpa de su Gobierno; y con ellos el comercio, la industria y la agricultura del Imperio. La semilla del Estado omnipotente, siempre necesitado de fondos para sobrevivir, había arraigado. Esto es una muestra histórica de como la inflación acabó con el Imperio Romano.

Ahora, si un factor ajeno al gobierno quisiera inducir la inflación tendría que imprimir "Dinero Legal" y regalarlo a "Manos Llenas", lo cual es imposible porque esa es una actividad única y exclusiva del Banco Central de Venezuela (BCV), del Estado Venezolano y del Gobierno Bolivariano.

La realidad es que frente a la subida desmesurada y desordenada de precios, son muchos los comerciantes también especuladores que aprovechan la oportunidad para hacer de las suyas, lo cual se agrava por la falta de Moral y ausencia de supervisión y carácter de los funcionarios del Estado que en vez de sancionar, también aprovechan la oportunidad al facilitar el comercio ilegal y el contrabando, estimulados por el cohecho, la concusión y formando parte de la corrupción cómplice que abruma todos los niveles de la sociedad, es por eso que para mi humilde opinión Moral y Luces siguen siendo nuestras primeras necesidades, en síntesis, si hubiese una política económica que estimule la producción nacional que garantice la oferta de bienes y servicios, no habría tanta inflación y esta se podría controlar.

Por eso la importancia de la Asamblea Nacional como ente contralor y legislador de contrapeso de los otros poderes restantes del conjunto y de allí mi preocupación por la creación de una Ley de Producción Nacional y de la Defensa del Presupuesto Familiar conjuntamente aunado con volver a darle nuevamente la autonomía al BCV, además de modificar la proporción de tributos impulsando una rebaja del IVA (instrumento de paso mas neoliberal) y compensando la falta de este ingreso con el aumento del ISLR a las personas naturales de los estratos de mas altos ingresos.

En el mismo orden de ideas, impulsar una Ley de Hacienda Pública Estatal, que seria un instrumento viable y efectivo para acercar los recursos a las personas además para mejorar las infraestructuras de atención y de gestión mayormente de los servicios públicos esenciales.

Otros elementos importantes, serian el impulso de una Ley de Infraestructura que reanime la industria de la construcción, a través de préstamos multilaterales, en condiciones mutuamente aceptables para que de esta manera estos instrumentos económicos coadyuven a la consolidación de una sólida política económica que genere resultados positivos y que se manifiesten los indicadores, por lo tanto, debemos derogar leyes que interfieran con el desenvolvimiento del ámbito económico, como la Ley Orgánica de Precios Justos, que causa escasez y por lo tanto no favorece la producción de bienes.

En síntesis, como decía Simón Rodríguez: "La Espada sin ciencia y sin cultura, no consolida la libertad".



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Ricardo Sanoja

Profesor-Autodidacta, Político y Científico Social.

 elojodelgato7@gmail.com      @ricardo_sanoja

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