Así como enuncia el título, se expresaba un señor en la cola de un banco del Estado. Es pensionado y fungía de líder y moderador de una conversa a placer, donde no existían desacuerdos en ninguno de los variados aspectos que eran tratados con tal seguridad que parecían dictámenes inapelables.
Presumiendo estar bien informado, el moderador advierte que escucha todos los días tempranito por "Mara Ritmo 900" y otras emisoras las declaraciones de los diputados ganadores, quienes afirman que el bono de alimentación tendrá rango constitucional. Como yo estaba al lado, pareció salpicarme tan garrafal afirmación que no pude aguantar, le pregunté: "¿Cómo es eso? Sé que la actual Constitución igualó las pensiones con el salario mínimo. ¿Y eso del bono cómo es?" Me respondió: "No sé, pero ellos dijeron que lo iban a hacer, porque la pensión no alcanza".
De esa conversa complaciente rescaté dos temas muy sensibles a la luz de la coyuntura, dignos de seguir analizándolos. Uno, la celebración del triunfo de la burguesía, el otro, influencia de los medios de comunicación tradicionales.
Me parecía tal el contrasentido que no podía entender cómo ese pequeño conglomerado de pobres, cuyo sustento básico para la mayoría es la pensión (vía convencional o por Amor Mayor) se sentía triunfante, asintiendo que el gobierno se merecían perder porque es el culpable del acaparamiento al controlar la red de distribución de los alimentos e impedir que las empresas hagan bien ese trabajo; porque es un gobierno mentiroso que no iba a reconocer los resultados y por eso los dieron tarde (o sea, para ellos el CNE también es el Ejecutivo); porque todos son unos corruptos…Y pare de contar sus otras tantas razones. Y a contrapelo, celebraban el triunfo de los nuevos diputados que van a cambiar las cosas en el País a partir del año próximo. Lo cual es igual a aplaudir al verdugo al verlo cómo empieza a barnizar el mazo con el que eventualmente pudiera golpearles.
Por otro lado, debo precisar que desde un tiempo para acá, la radio ha sido desdeñada como matriz fundamental en la creación opinión. No se escuchan las arengas impulsoras de las radios comunitarias. Más sí, las voces que anuncian la distribución de aparatos de nueva tecnología para la conexión mediática 2.0. Y cuánta importancia se le ha dado desde la clase dirigente del PSUV para posesionar mensajes. Pero merece preguntarnos, ¿Qué porcentaje de la población electoral la utiliza?
Bien sabemos que los jóvenes y profesionales son proclives al manejo de estas tecnologías. Y si los mayores esfuerzos comunicativos electoramente fueron dirigidos desde esa plataforma, aunque ahora critiquen su mal manejo lo cual es sumamente pertinente, debe criticarse con más ahínco, porque la radio no ha crecido para competir con esas grandes cadenas que posesionan opiniones en los sitio más humildes que por diversas razones, escuchan la radio. En los por puesto con noticieros tempraneros, los vigilantes en sus puestos, y en muchas casas de compatriota de la tercera edad donde será difícil eliminar esa caja sonora.
Lo cierto es que así como ese moderador que aludo al comienzo, influido políticamente por la persistente opinión lanzada desde las emisoras de radio, existe un gran porcentaje de la población electoral, desatendida por una política comunicacional radial activa, tal como la impulsaba Chávez.