El principal problema que hoy enfrentamos los revolucionarios lo constituye la necesidad de reconquistar la hegemonía en la conciencia del pueblo si queremos avanzar en la construcción de nuestro propio modelo de Socialismo, para lo cual es imperativo resolver a la brevedad los graves problemas de escasez, desabastecimiento, especulación y de inseguridad, así como la imperativa necesidad de crear nuestra teoría científica con nuestros propios matices y especifidades. Convencidos que sin teoría revolucionaria no habrá proceso revolucionario, planteamos que nuestro modelo socialista debe ser crítico, ético y productivo. Debe ser ético porque no es compatible un revolucionario con la corrupción, con el despilfarro y con la ineficiencia; la necesidad de construir una sociedad más humana, más solidaria, mas inclusiva pasa por profundizar los valores, por tener lideres que sean ejemplo de desprendimiento, de honestidad y de firmeza revolucionaria, el problema de la corrupción y el despilfarro son males muy generalizados, que deben ser enfrentados seria y sistemáticamente para seguir avanzando en el seno del pueblo, en su conciencia y en la esperanza de un mundo mejor.
Adicionalmente nuestro modelo debe ser Productivo y capaz de competir con la alta capacidad que tiene el capitalismo para generar bienes y servicios en cantidades suficientes para satisfacer las demandas y requerimientos del mercado, sin embargo el escenario es sumamente complejo, la guerra económica, los bajísimos niveles de producción, el fenómeno de El Niño sumado a la estrategia norteamericana de sobreinundar el mercado hidrocarburos que mantiene una sobre oferta de dos millones de barriles diarios que ha producido un desplome del precio del barril del petróleo y que algunos analistas vaticinan que puede llegar a 15 dólares, plantean una severa restricción en el ingreso de divisas para el país.
Son ilusos los que creen que la derecha venezolana va a aprobar el decreto de emergencia económica en la Asambleas Nacional, pues ellos solo tratarán de sabotear, entorpecer, obstaculizar todo lo que trate de hacer el gobierno, sus promesas de cambio, de eliminar las colas, de resolver el desabastecimiento, sólo eran promesas electorales hoy un importante grueso de sus electores sabe ya que la que lo único que ellos quieren cambiar es al camarada Presidente Nicolás Maduro, por eso han dado de plazo seis meses. Nos corresponde a los revolucionarios asumir decididamente sin vacilaciones, con todas nuestras fortalezas y capacidades el desafío de producir desde los patios productivos, hasta las pequeñas, medianas, y grandes empresas en todo el país. Cualquier militante revolucionario que hoy no esté involucrado en el hecho productivo está actuando como un contrarevolucionario.