Es muy llamativo que la alta dirigencia eclesiástica de nuestro país no esté en sintonía con los principales argumentos esgrimidos por el Papa Francisco sobre el diálogo en Venezuela. Es tal el distanciamiento que no solo no forman parte de la mesa de diálogo, sino que sus continuas declaraciones están siempre en línea con lo que expresa el Departamento de Estado del imperio y sus repetidores locales y no con el objetivo expreso de preservar la paz en Venezuela y alcanzar mecanismos de convivencia política que nos permitan superar los serios problemas económicos y sociales que padece nuestro país.
Es muy ejemplarizante ver al Papa Francisco pedir perdón por aquellos cristianos que se hacen los indiferentes ante la pobreza, incluso la iglesia Argentina pidió perdón por su silencio y su comportamiento durante las cruentas dictaduras de su país, mientras que la alta jerarquía eclesiástica en Venezuela se comporta hoy como un apéndice de la MUD, y en el pasado de AD y Copei; jamás ha pidió perdón por los más de 3000 asesinatos políticos ocurridos durante la Cuarta República, solo guardaron y guardan silencio cómplice y mucho menos por haber firmado el decreto de Carmona Estanga que disolvió todos los poderes de la República durante el golpe de Estado en abril del 2002.
Cada vez que declara Urosa Sabino es como si declarara Ramos Allup o Capriles, jamás veremos de esa Conferencia Episcopal un pronunciamiento sobre los altos precios que debemos pagar los trabajadores y amas de casa para adquirir los alimentos, denunciando el acaparamiento, la especulación o la guerra económica, mucho menos emplazando a los grandes grupos económicos a realizar aportes para solventar esta aguda crisis económica inducida por un sector de la burguesía que quiere replicar aquí el mismo recetario que aplicó la CIA para derrocar a Salvador Allende, la Unión Soviética, Libia o Irak.
Esa oligarquía eclesiástica se olvida que en este lado hay un pueblo que además de ser Chavista es cristiano, que observa con profundo dolor y estupor sus actuaciones políticas, tan parcializadas con la derecha rancia y la alta burguesía parasitaria, que no nos perdonarán nunca el haber puesto la renta petrolera al servicio de la inmensa mayoría de los venezolanos, de haber utilizado la renta petrolera para llevar salud, educación, vivienda e inclusión a millones de venezolanos que antes estuvieron excluidos, olvidados e ignorados.
El pueblo venezolano espera aún que pidan perdón, que se arrepientan de sus complicidades y sus aberrantes actuaciones políticas al lado de la derecha que solo busca un golpe de estado en nuestro país. El PPT NO SE RINDE.