No les funcionaron ni las guarimbas ni "la salida" y ahora tampoco la guerra económica, todos los intentos por provocar un estallido social que les permitiera dar un golpe de estado como lo dieron en el 2002 no les han funcionado. Este pueblo que es sabio y paciente, les ha dado una lección de política y de vida que llevó a los propios gringos a asumir directamente su papel golpista, ratificando el decreto de Obama que nos declara una amenaza inusual para sus intereses y al pueblo norteamericano. El cinismo imperial no le paró a que en apenas meses de realizada la Cumbre de las Américas el mismo negro con complejo de blanco afirmara que ese decreto había sido un error.
En estos meses donde el imperio arrecia su ataque político, internacional y paramilitar, hemos visto su intento desesperado por activar la Carta Democrática contra Venezuela con el lacayo de Almagro que se ha prestado para utilizar su cargo de Secretario General de la OEA contra nuestro país, pero allí también fueron desenmascarados y derrotados por la solidaridad internacional; el bloqueo económico que hace que las calificadoras de riesgo nos den las tasas más altas pese a que en toda esta crisis, con el desplome de los precios del petróleo gracias a la producción de crudo liviano en EEUU a través del fraquin, nunca hemos dejado de pagar puntualmente los intereses y la amortización de capital de la deuda externa, y ahora, con su campaña para evitar que nuestro país logre la presidencia del Mercosur utilizando a los gobiernos títeres de Paraguay y de Argentina, solo demuestran la decidida intencionalidad imperial de tumbarnos a como de lugar.
Los operadores locales o criollos del imperio son tan torpes, que ellos andan ya en su matazón para ver quien será el abanderado presidencial en el 20017, ya vemos en las paredes, si, en la paredes los nombres de sus candidatos a gobernadores, afortunadamente para los revolucionarios estos operadores locales son tan torpes que resultan una verdadera bendición. Los gringos arreciarán decididamente sus ataques a las Fuerzas Armadas Bolivarianas, buscando desesperadamente romper su unidad interna y la fuerza de la alianza estratégica cívico-militar.
Mientras el imperio arrecia su estrategia de guerra de cuarta generación, a los revolucionarios nos corresponde trabajar incansablemente en elevar la conciencia de nuestro pueblo, aumentar la penetración y eficiencia de los CLAP, profundizar los logros de la agricultura urbana, potenciar la capacidad productiva de nuestros agricultores y emprendedores pero fundamentalmente trabajar arduamente por preservar la unidad de todos los revolucionarios y las Fuerzas Armadas Bolivarianas.