Venezuela encuentra vías para vender su petróleo pese a presión de Trump

Credito: Archivo-Web

08-07-25.-El presidente Donald Trump firmó el 24 de marzo una orden ejecutiva para imponer aranceles secundarios a los países que compren crudo venezolano. Pero parece que algunos comerciantes petroleros no se dejan intimidar por las amenazas del gobierno estadounidense.

A finales de marzo Donald Trump dijo que a partir del 2 de abril impondría un arancel del 25% a todas las importaciones de cualquier país que compre petróleo o gas de Venezuela, además de imponer nuevas tarifas arancelarias al propio país sudamericano.

Pues bien, esa fecha pasó por lo que cualquier país que compre petróleo venezolano deberá hacer frente a dicho arancel en todo su comercio con Estados Unidos.

Paralelamente, la Casa Blanca también ordenó a las empresas con exenciones de sanciones que abandonen Venezuela antes del 27 de mayo, incluidas Chevron, Repsol y Maurel & Prom.

Sin embargo, según Elias Ferrer de Oil Price, todo parece indicar que algunos comerciantes se mantienen indiferentes ante las amenazas del gobierno estadounidense. En opinión de Ferrer, los petroleros siguen navegando hacia Venezuela, lo que contradice las declaraciones de Trump.

Aunque las decisiones del presidente estadounidense han tenido un efecto sobre quién está comprando petróleo venezolano, cualquier rastreador de buques muestra que todavía hay docenas de petroleros llegando o atracando cerca de las terminales de José, Amuay y Puerto La Cruz, explica.

Las refinerías de India y China han dicho que dejarán de comprar petróleo venezolano para no arriesgarse a un arancel punitivo a toda su economía. Por su parte, los gobiernos europeos han condenado la decisión de Trump, pero aún no han declarado si continuarán con las importaciones. Entonces, ¿alguien sigue comprando petróleo venezolano?

Ciertamente, y la razón parece deberse a un mercado de crudo pesado más ajustado, que es lo que produce Venezuela. Ferrer argumenta que el precio del crudo venezolano Merey-16 no se desplomó la semana pasada y que en el último año la brecha entre el Merey-16 y el Brent (la referencia mundial) se ha reducido.

Para tener una idea, el precio del Merey-16 para el 1 de abril rondaba los 64 dólares por barril, un descuento de 10 dólares frente al Brent. Y todo ello a pesar de la amenaza de sanciones secundarias y la cancelación de licencias petroleras.

Por otro lado, el puñado de empresas estadounidenses y europeas con licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) todavía pueden exportar productos petroleros venezolanos durante su periodo de liquidación. Pero hay otros petroleros no relacionados que siguen llegando a su costa caribeña.

Hay informes concretos de que hay empresas que están solicitando cargamentos de crudo de Venezuela para Malasia y Singapur. Y en los últimos años, esas exportaciones de petróleo siempre han significado reexportaciones a China, como forma de eludir las sanciones de Estados Unidos al país sudamericano.

En 2019, después de que la primera administración Trump introdujera estrictas sanciones al petróleo venezolano, China recortó sus importaciones del producto… al menos sobre el papel. (El comercio con Irán también cayó al mismo tiempo.) Pero simultáneamente, las importaciones de petróleo de Malasia se dispararon. De mayo de 2020 a junio de 2021, el volumen de los llamados envíos de «betún malayo» dirigidos a China se multiplicó por trece, según Atlantic Council.

Entre 2023 y 2024, con la introducción por parte de la administración Biden de licencias para Chevron y otras empresas, la cuota de exportaciones a China, Malasia y Singapur cayó, mientras que los envíos a India, Europa y, sobre todo, Estados Unidos subieron.

Si por segunda vez Trump lidera una estrategia de «máxima presión» contra Venezuela, el resultado no debería sorprender. El gobierno de Caracas —como los de Teherán y Moscú— ha aprendido con el tiempo cómo exportar petróleo bajo sanciones, con intermediarios, flotas fantasma, transferencias de barco a barco y ofreciendo descuentos, entre otras tácticas. En todo caso, siempre hay un comprador dispuesto a comprar cada barril de petróleo.

El secretario de Estado Marco Rubio, que tiene la facultad discrecional de aplicar aranceles secundarios, se enfrenta así a un dilema. El «Día de la Liberación», Trump aumentó el arancel para las importaciones chinas, añadiendo un 34% al ya existente 20%. Los exportadores chinos se enfrentan así a un impuesto del 54% sobre sus exportaciones a EE.UU., con sólo unas pocas excepciones.

Luego, si los informes sobre el comercio de petróleo venezolano llegan a Washington DC, la tasa debería aumentar en 25 puntos, hasta el 79%. O, como mínimo, un par de países del sudeste asiático verían incrementados sus aranceles si no hay voluntad de dañar más el comercio con China.

Ahora bien, de acuerdo con Ferrer, el panorama podría cambiar muy rápidamente si la administración Trump hace una cosa: Los aranceles secundarios solo se aplicarían a otros países, no al propio Estados Unidos. Mientras que los «aranceles recíprocos» establecen una tasa del 15% para Venezuela, los productos energéticos están exentos.

Por tanto, la OFAC podría sorprendernos a todos introduciendo licencias —u otras exenciones de sanciones— para los compradores estadounidenses, mientras excluye al resto del mundo con la amenaza de aranceles secundarios. Al fin y al cabo, esta Administración ha hecho muchas cosas inesperadas.


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La fuente original de este documento es:
ByN (https://www.bancaynegocios.com/venezuela-encuentra-vias-para-vender-su-petroleo-pese-a-presion-de-trump/)



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